Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda Temporada

Señorita Destructiva

Me desperté, porque había escuchado ruido afuera, un par de hombres hablando, y de pronto, tocaron a la puerta y Merry apareció en las escaleras.

Ryan y Andy se asustaron al igual que yo.

- Tranquilos. - Fue a la puerta y nosotros corrimos a escondernos a la cocina.

- Buenas Noches. - Con un tono divertido, su voz se escuchó fuerte, y resonó en mis oídos un ar de segundos, Dante, había dado con nosotros.

Andy sacó su celular, y lo miré, marcó en seguida 911, y se fue a la otra esquina de la cocina para no ser escuchado por nuestros nuevos invitados.

- Buenas Noches. - Respondió Merry. - ¿En qué le puedo ayudar?

- ¿Usted conoce a Biersack verdad? - Silencio total.

- Si. - Respondió después de un par de segundos.

- Escuche, nos diga que si o no, tenemos conocimiento y pruebas de que él está aquí escondido con una jovensita y otro muchacho.

- ¿Andy? - Se rió, no creo que vaya a delatarnos, ¿Verdad? - Vamos, no he hablado con él desde que comenzó a salir con una mocosa, y a mi me tiró a la basura.

Dios mío.

- Señorita, coopere. - Estaba perdiendo la paciencia y en su voz se notaba.

- Mire, yo amo a Andy, ¿Cree que si él viniera con la mocosa esa, hasta mi casa a pedir ayuda, yo lo recibiría? No.

- Entonces, si entramos y revisamos la casa, ¿Ellos no estarán ahí?

- No. - Dijo segura y firme.

- Escuche, es la última advertencia. - Respiró profundo. - Si usted nos da a la "mocosa"... - Hizo referencia a lo que había dicho ella. - ... No le haremos daño al tal Biersack, porque él no nos importa, nos interesa la muchacha y ya esta.

- Me parece que ya le he dicho que ellos no están aquí.

Hubo un silencio, tan severo que creí que en cualquier momento moriría, podía sentir mi corazón casi saliéndose de mi pecho, y me estaba doliendo, me estaba desesperando.

- Buena respuesta. - ¿Se rindió? - Pero no es creo que sea suficiente. Adentro muchachos.

Escuché un golpe seco, y la sombra de Merry frente a la puerta, desapareció.

Rayos. 

Andy corrió y me abrazó, nos escondimos como pudimos detrás de la mesa.

- Hayden, tengo que hablar contigo pequeña, sal y no me hagas perder el tiempo. - Dijo como si fuera lo más divertido que pudo haber dicho en su vida entera.

No dije nada, escuché pasos, habían entrado.

- Ok, un trato, si sales, dejo que tu amigo y tu noviecito vivan. - Los miré y ambos negaron con la cabeza, una lágrima se derramó, y recorrió mi mejilla con rapidez.

Un disparo me hizo estremecer y sollozar, él estaba parado, con una sonrisa a un lado de nosotros.

- Creo que no habrá trato. - Le apuntó a Ryan.

- ¡No por favor! - Lo cubrí, colocándome encima de él, de pronto Andy estaba llorando y Ryan me pedía de mil maneras que me quitara.

- Hayden, Hayden. - Muévete para que pueda hacer mi trabajo.

- O más bien déjame hacer bien el mío. - Un policía apareció detrás de él.

Nos miró con toda la rabia del mundo en sus ojos.