Desperté, el sol estaba ya muy alto, significa que es tarde... Volteé ligeramente y lo vi, dormido a mi lado, su boca entre abierta y su cabello despeinado, se veía tan... Increíble.
Sacudí la cabeza y me incorporé, me cubrí el cuerpo desnudo con una sábana y al ver la habitación no pude evitar sonreír. Andy y yo no paramos hasta que notamos que comenzaba a amanecer y nos marchamos de la escuela, entonces venimos a este lugar, el departamento que había conseguido Andy y seguimos en lo nuestro.
Suspiré.
Miré por todos lados, nuestra ropa no está, y si me levanto con la sábana le despertaré, no quiero eso.
Solté la sábana y la acomodé sobre la cama, me puse de pie, hace algo de frío, busqué en el armario y encontré una sudadera de Andy, una que creo que incluso a él le queda grande, me la puse.
¡Perfecta!, me cubre hasta arriba de las rodillas, aquí no hay nada que ver.
Me recogí el cabello en un moño alto despeinado y dejé un par de mechones al frente, salí de la habitación y cerré la puerta con cuidado de no hacer ruido, caminé lentamente por el lugar, es precioso.
Este lugar parece el estudio fotográfico de un gran artista... Al pensar en ello, Adam vino a mi cabeza, espero que ahora esté bien, debe estarlo.
Bueno, hay que preparar el desayuno, bajé las escaleras y me encontré con una linda y amplia cocina.
Prepararé Hot Cakes, busqué los ingredientes en las distintas gavetas, lo coloqué todo sobre la mesa y saqué un tazón limpio.
- ¿Por qué no me despertaste?. - Susurró sobre mi oído como un ronroneo, mientras me abrazaba por la espalda.
- Quería hacerte de desayunar, necesitas comer. - Eché un ligero vistazo hacia atrás, noté que llevaba puesto solamente sus boxers a la altura de la pelvis, sonreí.
- Hay otras cosas que preferiría comer. - Erección matutina, eso era lo que tenía ahora mismo, y me la estaba poniendo encima.
- Andy, vamos... Anoche...
- Anoche fue anoche, hoy es hoy. - Metió las manos bajo la sudadera y yo me exalté. - Es un nuevo día.
- Andy, no, espera. - Le sostuve las manos.
- ¿Qué pasa?. - Me quedé callada y me mordí el labio, de repente soltó un jadeo.
- ¿Qué?.
- No llevas ropa interior. - Dijo... ¿Emocionado?.
- No, no la encon... - Me empujó ligeramente sobre la mesa, mire atrás.
- Que grata sorpresa.
- Andy, espe... - Acaba de entrar.
- Oh nena. - Dijo en un hilo de voz. - Estoy muy excitado. - Me dijo, mordiendo mi oreja. - Tú lo causaste. - Una mano fue a mi cuello y apretó ligeramente, gemí, su otra mano en cambio me tomaba por la cadera, haciendo que mi cuerpo esté aún más cerca del suyo.
- Andy... - Jadeé su nombre mientras que él entraba y salía lentamente de mi, colocó dos dedos en mi boca, los lamí y chupé y al sacarlos los llevó directo a mi clítoris, lo siguiente fue que me dejé caer sobre la mesa, agachada ante él.
Lamió lentamente la piel de mi espalda, en mi hombro se detuvo y me mordió, y lo mismo en el cuello, después de un par de besos, subió sus manos a mis pechos.
- Me encanta tu cuerpo Hayden. - Dijo de repente. - Me encantas tú. - Nalgada.
- Basta. - Le dije, ha pasado tanto, hemos hecho tanto y aún así, cuando me dice eso...
- Sonrojada te ves preciosa. - Otra nalgada y un beso pasional.
... Siento tanta vergüenza.
- Andy... Más. - Aumentó el ritmo.
Vergüenza por lo que hacemos.
Se detuvo, me dio vuelta y me subió a la mesa, me abrió las piernas de par en par y las colocó sobre sus hombros, sin piedad entró en mi, mi carne sensible comenzaba a ceder ante él.
- ¿Así?. - Sonrió, con cada embestida mis gemidos sonaban más agudos.
Vergüenza por lo que él me hace.
- Así, Oh por Dios... Andrew... - Se agachó un poco y me besó.
Con cada brazo cargó mis piernas a los lados de su torso, me tenía aún más abierta y se estaba aprovechando.
Vergüenza porque me gusta todo esto.
Nalgada.
Vergüenza porque no quiero que quede ni una parte de mi piel que él no toque.
- Andy. - Le dije a modo de advertencia, agarrándome con fuerza de sus hombros. - No puedo más.
- A penas empezamos... - Sonrió y disminuyó sus embestidas. - Aún no termines nena, vuelve conmigo. - Me acarició el rostro con ambas manos y me miró directamente a los ojos. - Necesito desquitar el tiempo perdido Hayden.
- ¿Necesitas?. - Me besó, mordiendo mi labio suavemente .
- Hayden necesito que sepas algo. - Me ayudó a sentarme, aún sin salir de mi. - Durante la siguiente semana... - Me abrazó por la cintura. - ... Quiero estar en mi lugar favorito.
- ¿Cuál es tu lugar favorito?. - Esa sonrisa maliciosa causa orgasmos.
- Aquí, justo aquí, junto a ti, entre tus piernas. - Sus manos tomaron mis pechos con algo de fuerza y me dio otro beso. - Dentro de ti es mi lugar favorito.
Le empujé.
- No podemos seguir. - Le dije.
- ¿Por qué?.
- No de este modo.
- ¿Qué?, ¿Quieres que usemos protección?, porque estoy seguro de que a Dominik le encantaría un hermanito. - Sonreí ante su ocurrencia y negué con la cabeza.
- No me entiendes. - Le tomé por la mano y lo guié hasta los sillones, hice que se sentara y me arrodillé frente a él.
- Hayden... - Susurró antes de saber lo que iba a hacerle, me agaché rápidamente y me metí su erección hasta el fondo de la garganta, profirió entonces el gemido más sexy que en la vida le había escuchado.
Me levantó el rostro y me besó suavemente.
- Por favor... - Rogó. - Vuelve a hacerlo.
Lo metí en mi boca, al sacarlo lo lamí desde la base hasta la punta, y en esta tracé círculos con mi lengua, me sostuvo por la nuca, y me lo metió, con tal rapidez y profundidad que yo sola no hubiera alcanzado.
- Amor, ven... - Me haló hacia él, a horcajadas y me senté sobre su miembro erecto, haciendo que ambos soltáramos un gemido que llenó el departamento entero.
- Tu corazón está acelerado. - Dijo al poner las manos sobre mis senos.
- No se puede evitar. - Me encogí de hombros y él sonrió.
- Te amo tanto...
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Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda Temporada
Fanfic- Jamás creí que llegaría a referirme a ti a manera de sarcasmo Hayden... Ya no eres tú... - Sigo siendo yo... - Le grité molesta y frustrada. - No, no de la que me enamoré...