Señorita Abandonada

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Subí al auto con él, porque papá casi me obliga a acompañarlo al aeropuerto, ninguno dijo nada, supongo que estamos muy heridos como para pensar en hablar.

Llegamos y bajamos, le ayudé con una mochila, y él llevó su enorme maleta, esperamos, hasta que su vuelo estuvo listo y comenzaron a llamar a los pasajeros, lo acompañé hasta la entrada.

Iba a dejarlo ir... Realmente iba a hacerlo.

Le entregué su mochila y él se paro frente a mi, me miró, lo miré, nadie dijo nada, me abracé a mi misma, y él agachó la mirada con los ojos llorosos. Se acomodó la mochila sobre el hombro, y se dio la vuelta.

- Ten un gran viaje. - Al fin dije y él se detuvo. - Se volteó a mirarme y sonrió con pena.

- Gracias... - Volteó.

- Si la ves... - Se detuvo nuevamente. - Lo que es lo más seguro... Dale mis felicitaciones... Dile que ganó, y que espero que ella sepa cuidarte como yo no lo hice...

Esta vez no volteo a verme, sólo siguió adelante, mientras tiraba de su cabello hacia atrás.

De nuevo estaba llorando, llorando por él, porque era verdad, terminamos, él tiene el camino libre y ella lo sabrá, y se va a aprovechar.

Ya no existe nada...

Me dirigí al ventanal que dejaba ver hacia los aviones, él estaba allí, y volteó, y me miró, sostuve con fuerza mi cadena, la que él me había obsequiado por mi cumpleaños, y acaricié los anillos que me había dado con la misma, debí devolverle esto, porque ya no me pertenece.

Sollocé y él me miró con la boca abierta, puse mi mano sobre el ventanal, lentamente, como si tuviera miedo de que este se viniera abajo, tan rápido como me vine abajo yo.

Mi celular vibró en mi bolsillo, lo saqué y vi su número, contesté.

- Antes de despegar y que hagan que apague mi celular... - Su voz se cortó. - Te amo Hayden... Y te juro que volveré por ti, no soportaré mucho sin ti a mi lado... Así que por favor, no te enamores de alguien más. - Sorbió por la nariz. - Y si lo haces... No lo ames tanto como me amas... O me amaste a mi, porque sólo así podré recuperarte.

Sollocé mientras sonreía.

- Te amo Hayden Hunter, recuerda que lo eres todo para mi, viste lo que pasó cuando me dejaste. - Soltó una risita. - Sabes que siempre volveré a ti. Porque te pertenezco, Yo, mi mente, mi alma y mi cuerpo, te pertenezco. Porque eres mi ángel. Cuídate mucho mientras no estoy, sé que lo harás bien... 

- Espera.

Colgó, en ese momento una azafata le dio la bienvenida y lo dejó pasar, por última vez él se volteó y se despidió con la mano.

Llevé al aeropuerto al hombre que amo, para que me dejara...

(...)

Ha pasado una semana, y... Ha pasado muy lento, o todo se ha sentido así, por el hecho de que he estado en cama llorando, sin hacer nada más...

Lo extraño demasiado, mucho.

- Hija. - Tocó la puerta. - ¿Puedo pasar?

- Adelante.

- Cariño, ¿Segura que no quieres venir? - Estaba vestido de traje, tenía una cena importante con Caroline, quien en ese momento apareció tras él.

- Te vas a divertir. - Apoyó.

- No gracias, no tengo ánimos. - Me acomodé en la cama para sentarme. - Vayan ustedes y diviértanse.

- Está bien, tienes visitas, ¿Lo dejo pasar?

- ¿Quién es?

- Ese muchacho que peleó con Andy la otra vez aquí, se acaba de disculpar por eso, como unas cinco veces, supongo que es alguien bueno.

- Está bien, deja que pase.

- Bien. - Ambos se acercaron a mi y me abrazaron, papá depositó un beso en mi frente y ambos se fueron, minutos después Kyle se dejó ver en la puerta.

- ¿Estás bien?

- Estoy bien.

- No estás bien. - Entró y encendió la luz, cerró la puerta. - Hablé con Alexey y Robert.

- ¿Ahora hablar con Alexey?

- Si no lo hago, mi hermana se enfadará, resulta que es mi cuñado. - Sonreí.

- Hasta que al fin lo aceptaste.

- Ese no es el punto. - Sonrió. - Ambos me dijeron que no has salido de casa.

- Es verdad.

- ¿Por qué?

- Estoy cansada de estar allí afuera, y... - Le di dos palmaditas a mi cama. - Aquí estoy bi y me siento cómoda.

- ¿Qué sucedió?

- Kyle.

- Confía en mi, puedo ayudarte si me dices lo que pasa.

- A menos que puedas ir a Boston y traerlo de vuelta, dudo que puedas ayudarme.

- ¿Qué? - Sonreí, mira a quien le estás diciendo las cosas.

- Andy se fue...

- ¿Se fue? Pero, ¿A dónde?

- A Boston, allá trabaja.

- Pero. - Se mordió el labio, algo molesto. - ¿No se supone que se aman, y todo?

- Él terminó conmigo antes de irse. - Las palabras resbalaron por mi boca como veneno de una serpiente, recordar todo lo que había pasado, todo lo que nos habíamos hecho, me dieron ganas de morir.

- ¿Ter...? - Levantó ambas cejas sorprendido. - No lo creo, no pudo haberte dejado.

- Lo hizo.

- Es que es imposible. - Quería apoyarme, y eso es lindo, al menos no está tratando de aprovecharse de la situación. - Eres perfecta, ¿Por qué él te dejaría?

- Estaba muy celoso, nos hemos hecho mucho daño, y le dije que me besaste.

- ¿Se lo...? - Frunció el ceño. - ¿Se lo dijiste?

- Si, no puedo mentirle. Pero, esa no fue la razón por la que terminamos.

- Es un idiota por haberte dejado. - Se sentó a mi lado en la cama y me abrazó. - Digo, yo no te tengo, y sin embargo, jamás te dejaría, pero él si, él te tiene, tiene tu amor y todo, ¿Y se va? 

- Su vida está allá, su trabajo, todo.

- Uno hace sacrificios por la persona que ama.

- No permitiría que deje su sueño de lado para tenerlo conmigo, jamás.

- Tú eres mi sueño... - Soltó de la nada. - No sé como él puede tener otra necesidad aparte de ti...

- Kyle, son...

- Tal vez son cosas que no entiendo porque no soy un adulto maduro como ustedes. - Se encogió de hombros y yo reí. - Pero entiendo y sé lo que quiero, y eso eres tú...

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora