Señorita Denotada

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- ¿Estás bien? - Entró a la habitación con una bandeja llena de comida.

- ¿Por qué? - La miré.

- Has estado viendo al techo con una mala expresión en tu rostro desde que me fui. - Se sentó a mi lado en la cama y dejó la bandeja sobre la mesa de noche.

- Estoy bien... - Me acomodé, para sentarme y Hayden me miró.

- Te traje desayuno, anoche... Como lidiaste conmigo y Dominik... Te lo agradezco. - Dijo después de un silencio incómodo.

- Yo... Hayden...

- Cuando fui a dejar a Dominik a la guardería, no lo dejé allí porque quisiera, de hecho... Tengo el día libre, pero, sé que le afecta el haber perdido a Ryan, tanto como me afectó a mi, debía dejar que se distraiga.

- Hayden... - La atraje hacia mi lentamente, en camino hacia sus labios, pero, ella me detuvo, colocando una mano suavemente en mi hombro.

- No, Andy... - Se mordió el labio. - No es el momento. - Sus ojos estaban envueltos el lágrimas.

- Hayden... Quiero, quiero ayudarte, quiero volver a tu vida.

- No puedes. - Recuperó su postura, a la defensiva..

- Hayden, por amor de Dios. - La jalé e hice que quedara debajo de mi, la aprisioné, colocando mis brazos a los lados de su cabeza, su cabello se revolvió y quedó despeinado en gruesos mechones por sobre las almohadas, sus ojos, tenía máscara de pestañas manchándole el borde inferior de los ojos, y aún así, se veía perfecta ante mis llorosos ojos.

- ¿Qué haces? - Pataleó. - Suéltame. - Sostuve sus muñecas contra la cama. - Me lastimas.

- ¡No más de lo que tu me has lastimado a mi! - Me espetó en la cara.

- Yo no fui quien se marchó durante años, escondiendo que teníamos un bebé.

- Tú me orillaste a hacerlo... - Se soltó de mi agarre, y me empujó con algo de fuerza, quedamos sentados frente a frente y ella comenzó a llorar. - Si no hubiera sido por ti... Tú...

- Hayden, me dejaste. - Ella tuvo una sonrisa, esas que sacas cuando sabes que no puedes matar a la persona que está en frente.

- ¡Tu me fuiste infiel, idiota! - Gritó. - ¿Qué crees? ¿Qué durante este tiempo me estuve riendo y saltando en un campo de flores? ¡No! Estuve llorando, en cama, con Ryan intentando hacerme la vida de nuevo y sonriendo solo en presencia de Dominik, porque de cierto modo me recordaba a ti... Me recordaba a nosotros.

- Pero, Hayden...

- Me dejaste, dijiste tantas veces y todo el tiempo que estarías conmigo, que me amabas. - Entornó los ojos. - Y que nunca, jamás, me harías daño, y frente al primer problema, en cuanto surgió un pequeño inconveniente en nuestra relación te fuiste...

- Yo no...

- No, no he terminado. - Se limpió las lágrimas de las mejillas, pasando sus dedos por su rostro suavemente. - No te fuiste, no me abandonaste, no, claro que no, eso hubiera sido mejor que lo que me hiciste, Andy, fuiste a meterte a la cama de tu ex. - Se le quebró la voz. - ¿Crees que eso no me dolió? Deja de hacerte la maldita víctima, porque eres quien menos sufrió... Tú...

La tomé por las mejillas e hice que me mirara.

- Escúchame... - Sus ojos, denotaban tanto odio, resentimiento. Una mirada encharcada y fría. - Azul contra Celeste, ¿Recuerdas?, Hayden... Lo sé, sé perfectamente lo que hice, fue el error más estúpido que pude haber cometido en toda mi vida, yo lo sé, porque lo he estado pagando caro desde que aquel día en el hospital me dejaste. - Empezaba a temblar, no sé si ella, o yo.

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora