Señorita Reencontrada

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Caminaba por las calles con una mano en el bolsillo, y la otra sosteniendo la correa de la bolsa de mi cámara, cámara que Ryan me había comprado en el pasado; el viento soplaba fuerte, tal vez vaya a llover más tarde.

Respiré profundo, el ambiente... Incluso el aire de este lugar son tan distintos, recordaba estas calles de un modo distinto, a pesar de que sé que todo está igual.

Caminé por los mismos caminos que solía recorrer, las nuevas luces en la acera le daban un aire tan mágico al ambiente, hacía mucho tiempo que yo no me encontraba tan bien, que no me sentía tan viva.

Es como si hubiera estado cargando con pesadas cadenas que no me dejaban avanzar, y ahora, por fin estoy libre.

La tarde cayó sobre los altos edificios, y un manto de oscuridad cubrió la ciudad entera, suspiré, sacudí la cabeza para evitar así, que el recuerdo fugaz de sus ojos regresara a mi cabeza. Entonces me di cuenta, de que estaba cerca, muy cerca de un lugar al que adoraba ir cuando vivía aquí.

Caminé a paso apresurado, espero que después de tanto tiempo el lugar siga abierto, y así... Sólo así, tal vez pueda recuperar algo de mi pasado, miré mi reloj, son a penas las 6:50 pm, debe seguir abierto, cierran a las 8 pm, si es que el horario no cambió.

Rápido, más rápido, casi estaba corriendo ahora mismo, tengo demasiadas ansias, quiero llegar ya, necesito estar allí lo más rápido posible.

El "Breng's", llegué y lo vi, estaba remodelado, con más luces, y ese ambiente hogareño invadiendo el lugar, saqué mi cámara y enseguida le tomé una fotografía por fuera al lugar, se la enviaría a Alexey al llegar a casa.

Entré, un olor a pastel de vainilla me invadió al instante y supe que estaba en casa, había vuelto a mi lugar, al lugar en el que había nacido, crecido y vivido la mayor cantidad de dramas en mi adolescencia, esta cafetería y yo tenemos tanta historia juntas que no sé por dónde empezar.

- Llegaste. - Escuché a mis espaldas, su voz me hizo estremecer, ese precioso sonido recorrió mi cuerpo entero y llegó hasta mi corazón donde se quedó un instante, buscando consuelo.

Desde el momento en el cual me habló, fue como si el mundo se hubiera detenido, pero, yo avanzaba, seguía, seguía el camino que dictaba la cordura de su voz.

No quise voltear, ¿Miedo es la palabra?, ¿Nervios?, ¿Qué hace él aquí?.

Sentí su mano tomar la mía, mi corazón late demasiado rápido, sería un milagro que no tenga un paro cardíaco ahora mismo.

Todo está tan quieto, y sin embargo, siento demasiadas cosas.

- Andy... - Susurré. Cuando me di vuelta y le miré allí con el cabello alborotado, con esos preciosos ojos mirándome, buso gris y pantalón y zapatos negros, se ve tan bien, es tan... Fue muy inteligente convertirse en mi perdición, desde el momento en el que entró al salón, tan despreocupado y tranquilo como sólo lo he visto a él.

- Empezaba a temer que no vinieras. - Sonrió, sus ojos brillaban, en ellos danzaban las llamas de un cielo nuboso, azul grisáceo.

- Yo... - No podía hacer más que sonreír. - ¿Qué haces aquí?. - Dio un paso.

- Son las 7 pm... Y es nuestro lugar de siempre. - Sonrió. - Tenía miedo de que no lo recordaras. - Yo di un paso.

- ¿Es aquí?. - Dije atónita, y él rió levemente.

- Lo dices como si no lo supieras. - Cerca, más cerca.

- No lo sabía hasta que te encontré aquí. - Frente a frente.

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora