Andy lo empujó.
Un golpe.
Kyle retrocedió aturdido, y estuvo a punto de devolverle el golpe.
Un grito.
El mío.
Detuve a Andy antes de que él lo golpeara nuevamente.
- Andy por favor... - Dije llorando, jamás me gustó que se metiera en peleas, y jamás me gustaría.
- Yo soy lo que ella necesita, necesita a alguien de su edad que le de lo que ella necesita, que es vivir su vida... ¡Tú sabes por lo que ha pasado! ¡Lo menos que necesita es volver a adelantarse a otra etapa!
- Maldita sea, cállate. - Gritó Andy, y amenazó con avanzar nuevamente.
- Andy, por favor... Detente. - Sostuve sus brazos suavemente.
- Tiene a penas veinte años, no la dejaste tener su adolescencia, déjala tener al menos su juventud.
- ¡Dije que te calles!
- No puedes negar Hayden... Que también pudiste sentir algo por mi.
Andy estaba cayéndose a pedazos, estaba más que furioso.
- ¡Hayden! - Gritó antes de empujarme a un lado, ya que Kyle se había lanzado sobre él para golpearlo.
Y la pelea comenzó.
Salí corriendo inmediatamente hacia la puerta, donde se encontraba el guardia que cuidaba especialmente la puerta... Ángel.
- Por favor... - Rogué. - Ayúdame.
Respiró con dificultad y me miró.
- ¿En qué la ayudo señorita Hayden? - Entró y los vio, inmediatamente se metió entre Andy y Kyle, y los separó con tanta facilidad.
- ¡Suélteme! - Gritó Kyle, ahora mismo no podía ni verlo, sus ojos estaban colmados de furia, y podría jurar que su propósito era pelear hasta que sólo uno quede consciente.
- Joven, necesita irse. - Lo llevó a rastras hasta la puerta y la cerró tras él.
- ¿Estás bien? - Me acerqué para poder ver su rostro, que ahora estaba un poco magullado.
- Él... - Miró al suelo y a sus manos, pasó sus dedos con fuerza por su cabello y tiró de él varias veces, estaba desesperado.
- Andy...
- Lo quieres...
- Como quiero a cualquier amigo mío, lo sabes muy bien, pero Andy, sabes que a ti te amo.
- Lo sé. - Levantó la voz, haciéndome estremecer.
Kyle había logrado alterarlo de una manera increíble.
- ... Pero, de algún modo tiene razón... Y, puede ser tentador para usted conocer la vida que no tuvo, o que yo no le permití tener.
- Andy.
- ¿Y si en algún momento cede ante él?
- Eso no pasará. - Me miró.
- Perdóname Hayden, pero ahora mismo necesito salir de aquí.
- ¿A dónde vas? - Me paré frente a él, y me esquivó.
- Sólo necesito irme.
- Andy. - Me coloqué en su camino entre la puerta y él.
- Hayden por favor, déjame salir.
- Varias veces has dicho que soy lo único que necesitas, no quiero que te vayas, estás muy mal y...
- Hayden. - Dijo seco. - Por favor... Ninguna de esas palabras es mentira, pero, ahora mismo necesito pensar... Volveré... - Suspiró. - Volveré a la noche, por favor deja que me vaya.
Me hice a un lado, y él pasó, sin siquiera tocarme. Ángel entró.
- ¿Necesita algo?
Lo miré, me mordí el labio y una vez más rompí en llanto.
- Señorita.
- Por favor... Déjeme sola.
- Por experiencia sé que alguien lastimado y frustrado no puede estar solo señorita, se suelen cometer locuras.
- ¿Cómo lo sabe? - Se agachó un poco para quedar a mi estatura.
- Pues, yo he hecho muchas estupideces y... Bueno, así perdí a mi hermano.
Lo miré.
- ¿Qué?
- Mi hermano se suicidó ya hace mucho tiempo. - Sonrió. - Por eso no puedo dejarla sola, escuche... Jason se fue con el Señor Biersack. - Se refería al otro guardia. - Yo puedo cuidarla adentro de la casa, usted haga lo que quiera, yo me quedaré aquí junto a la puerta. - Se incorporó nuevamente y se movió hasta llegar a la puerta.
Llegó un mensaje a mi celular, y fui a buscarlo... Andy.
"Voy con Wendy, volveré mañana."
Sonreí.
- Mejor... Salgamos, ¿Si?
- ¿A dónde desea ir?
- A dónde sea.
- Entonces no importa si se queda aquí en casa, porque no quiere ir a ningún lugar en especial.
Este tipo...
- Vamos a una biblioteca.
- A una biblioteca será entonces. - Y sonrió.
Bajamos y dos guardias más, esperaban allí abajo, era el cambio de turno, y él pidió que cuidaran la casa en lo que no estábamos.
- ¿Tiene alguna idea de cuál? - Me abrió la puerta de la camioneta que ahora usábamos.
- ¿A la más cercana?
- La más cercana no es tan buena, yo soy de aquí y puedo mostrarle una mejor.
- ¿Si?
- Si. - Sonrió, y se colocó sus gafas de sol.
Cerró la puerta y rodeó el auto, para seguido, subirse.
Comenzó a conducir.
- ¿Quiere escuchar algo de música?
- ¿Cómo qué?
- ¿Ha escuchado a Avenged Sevenfold?
- Claro que si. - Le di una media sonrisa, que no tenía ni ganas de dar.
- Muy bien, entonces... Pondré algo de ellos.
En el auto, la canción "Unholy Confessions" empezó a sonar.
- Oh vaya. - Sonreí y cerré los ojos. - Hace tiempo que no escuchaba música así.
- ¿Así?
- Este género, últimamente he escuchado mucha música tranquila y relajante, algo así como Indie...
- Ese género también es muy bueno, me parece que usted es un balance perfecto entre esas dos.
- ¿Por qué?
- Fuerte pero... Pequeña y tranquila. - Sonrió.
- No lo creo, hay mucho desastre en mi cabeza que si usted lo viera, probablemente enloquecería, es un desastre muy complejo que nadie puede ver ni entender... Ni siquiera él... - Susurré lo último para mi misma, y gracias al Cielo, que Ángel no me escuchó.
- Los desastres son muy buenos, para organizar algo, debe haber un desastre primero. - Lo miré.
- Jamás lo había visto desde ese punto.
- Tiene que aprender a ver todo desde todos los puntos, desde todos los ángulos. - Su sonrisa, tiene una sonrisa hermosa...
No pude evitar pensar en Robert o en Ryan, comparten ese mismo gesto, esas sonrisas que te alegran el alma... Y no te dejan estar tranquila.
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Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda Temporada
Fanfiction- Jamás creí que llegaría a referirme a ti a manera de sarcasmo Hayden... Ya no eres tú... - Sigo siendo yo... - Le grité molesta y frustrada. - No, no de la que me enamoré...