Señorita Confundida II

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La sonrisa se le borró del rostro.

- ¿Al Señor Biersack? - Sonreí entre mis delirios.

- Al Señor Biersack... Por favor, llámalo.

- Señorita, creo que debe descansar, le traeré alguna medicina.

- Por favor, Ángel, ayúdame, llámalo.

Me tapó con las cobijas y apagó la luz.

- Debe descansar.

Todo estaba oscuro, demasiado oscuro, tanto, que mis ojos solo decidieron cerrarse.

Abrí los ojos, cuando la claridad se filtraba por las ventanas de la habitación.

De nuevo había amanecido.

Y de nuevo, no había ni un rastro de Andy.

Me acomodé en la cama, y a un lado, en una silla, estaba dormido Ángel, me reí, él es tan grande y musculoso, que esa silla se ve extremadamente pequeña para él.

Me puse de pie para poder despertarlo, según sé, hoy es su día libre, tal vez pueda preparar el desayuno antes de que despierte.

Fui a la cocina y preparé café y tostadas con mantequilla, junto con jugo de naranja.

Andy...

Si él estuviera aquí, tal vez estaríamos desayunando juntos.

Caminé hasta la habitación con la charola y el desayuno, Ángel trabaja mucho, y es muy dedicado, anoche me cuidó y no está de más que le agradezca.

Me acerqué a él, lentamente, iba a tocar su hombro, pero en seguida se movió y me agarró la muñeca.

- Por Dios, señorita, creí que sería otra persona. - Respiró tranquilo y sonrió. - Perdón, me quedé dormido y bueno... - Se puso de pie.

- No, Ángel espere. - Sonreí. - Le preparé el desayuno.

- ¿En serio?

- Claro, no puede esperar que yo me coma todo esto sola. - Sonreí.

- Cierto, ¿Ya se encuentra mejor?

- Mucho mejor. - Sonreí.

- Perfecto.

Desayunamos juntos, de hecho es muy divertido y muy noble, tiene muchos valores y respeta mucho su trabajo. Nos sentamos en la mesa y comencé a organizar algunas cosas pendientes de los eventos que tengo, mientras que Ángel estaba allí, conversando conmigo y vigilando que no muera.

- Señorita, tiene otra llamada del Señor Andersen.

- ¿Qué querrá?

- ¿Contesto? - Una ventana emergente apareció en mi computadora, Ryan.

Hace rato que no veo a mi mejor amigo.

- Está bien, contesta.

Yo contestaré mi propia video llamada. Ángel se levantó y contestó aparte.

- ¡Preciosa! - La video llamada era desde su celular.

- Hola Ryan, ¿Dónde estás?

- Eso no importa. - Sonrió.

- Ryan.

- ¿Cómo estás?

- Quisiera decirte que bien.

- ¿Andy? - Miré sus ojos. 

- ¿Qué comes que adivinas?

- Ahora, ¿Qué hizo?

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora