Señorita Halagada

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Vi a Cassie corriendo hacia mi y juro que vi mi vida pasar al frente de mis ojos... No ha sido muy buena.

Amber corrió detrás de ella para detenerla y la tomó por la cintura, impidiéndole seguir.

- ¡Basta! ¡Cassie! Recuerda la manicura.

Mani... ¡¿En serio?!

- Yo creo que debemos irnos... - Los chicos comenzaron a llegar a mi lado.

- ¿Qué? Pero, si ella...

- Vamos a arreglar la fiesta. - Le interrumpió un chico alto y moreno. - ¿Era en tu casa, Alex? - Señaló a un chico de cabello negro y piel blanca, que al parecer se llamaba Alex.

- Si, ah, y... No quiero que lo arruinen como hicieron con nuestro juego. - Cada quien tomó sus cosas hasta que estuvieron listos para irse. - Así que no vengan a mi casa.

- Pero, el problema fue de todas. Hayden tampoco debe ir. - Exclamó Victoria.

- Es mi casa, mi fiesta y yo sabré que hago. - Sonrió. - Vámonos.

Colocó su brazo por sobre mis hombros, ahora resulta que hasta me defienden. Aunque sea muy lindo y bueno, todo esto me suena falso.

- ¿Estás bien?

- Rayos, Cassie está demente viejo, parecía una fiera detrás de su presa. - Me miró. - Sin ofender Hayden.

Sonreí confundida y asentí con la cabeza.

- ¿Por qué estabas con ella? - Preguntaron, y todos miraron a Kyle, curiosos.

- Pues porque creía que estaba enamorado de ella.

- ¿Creías?

- Oh, vamos, no nos engañas, es la popularidad y sus enormes pechos. - Sonrió uno de ellos y otro le chocó el puño.

¿Qué rayos...?

- ¿Era buena en la cama? - Preguntó Alex y Alexey los miró mal.

- ¿No pueden ser más respetuosos? Hay una chica aquí. No necesita escuchar esas cosas.

- Oh, si, perdón. - Todos agacharon la cabeza, arrepentidos. - Charla de chicos. Ya sabes. - Incluso puedo decir que estaban avergonzados.

- Un caballero no tiene memoria, eso no les importa. - Dijo Kyle sin quitar su mirada del horizonte.

Al menos, él hablaba pensando.

Llegamos a casa de Alex, o más bien a la mansión de Alex, según entendí en el camino, él es el niño rico del grupo, compra cosas para todos, presta su casa para las fiestas y consigue todo lo que quiere con pedírselo a sus padres.

Sentí pena por él, en algún momento de la conversación, cuando él simplemente, sonrió sin ganas.

Él debe de estar muy vacío.

Mi deber para arreglar la fiesta, era servir botanas en tazones, agradecía no tener que tocar nada de alcohol.

Cuando todo estaba listo, el alcohol rebosante, la música haciendo que el suelo vibre y todos los objetos que puedan romperse guardados... Los invitados comenzaron a llegar.

Chicos, chicas... Todos del colegio y unos cuantos colados, por no decir la mitad o más de la fiesta.

- ¿Bailas? - Sonrió Kyle. - Prometo que será inofensivo.

- ¿Inofensivo? - Sonreí.

- Completamente.

Me levanté y tomé su mano, caminé a donde todos estaban bailando junto con Kyle y comenzamos.

- Amo esta canción. - "Rosanna" de Toto, estaba sonando, y él estaba ensimismado bailando, y dándome vueltas.

La idea de bailar tampoco es que me disguste del todo, gracias a Ryan he tomado muchos cursos y seminarios, entre ellos, varios de baile, si puedo y me decido, haré eso de mi vida. Bailar, aunque no lo creo, tal vez no....

Reí cuando di un paso atrás y pisé a un chico que estaba demasiado cerca y casi caemos por eso.

- Cuidado. - Sonrió y me miró directamente a los ojos, como si buscara algo dentro de ellos. - No quiero arruinar el momento Hayden, pero...

- ¿Pero...?

- No puedo evitar pensar en que eres hermosa... Y en lo que pudimos haber tenido si yo hubiera reaccionado y terminado a tiempo con Cassie, y tu no hubieras estado con Andy.

- Kyle...

- ¿No te da curiosidad? - Negué con la cabeza, levemente.

- ¿Qué cosa?

- Saber... Saber cómo sería un noviazgo de nuestra edad...

- Yo sé... - Me interrumpió.

- No sabes, te saltaste una etapa de tu vida. - Me dio la vuelta sin soltarme y me habló al oído. - Maduraste para poder entender demasiadas cosas cuando no era el momento...

Mis padres...

- Te perdiste de mucho, de mucho que no pudiste disfrutar... Por tratar de afrontar cosas que no debías a tu edad.

La que era mi madre...

- Por entender la mente de un hombre mayor, y poder enamorarte de eso, de lo que no comprendías...

Eso era verdad.

- Dicen que el hombre le teme a lo que no conoce, pero, tú no, tu amas lo desconocido porque te gusta hallar cosas nuevas... Y eso es lo que te hace especial.

Él sabe demasiado.

- Básicamente. - Me dio la vuelta para quedar frente a frente, y luego me inclinó hacia atrás, haciendo que yo curvara mi espalda y arrojara mi cabello hacia atrás. - No querías hacerlo, pro, tenías que, te viste obligada a madurar para saber lo que pasaba contigo y con tu vida, alrededor.

Una lágrima resbaló traviesa por mi mejilla, no sabía que me estaba haciendo, o si era lo que me dijo, o porque todo por lo que he pasado volvió a mi mente y se reprodujo como una película dentro de mi cabeza.

Mis padres peleando desde que tengo consciencia de mi misma, que al hombre que amo sobre todas las cosas, mi padre, no es mi padre biológico, y que soy sólo el resultado de una asquerosa y repugnante violación, el divorcio, mi padre desapareciendo y yo pensando, por más de diez años que él nos había abandonado por otra mujer. El ser diferente, el bullying en mi vida, el estar sola porque mamá trabajaba, y cuando se decidió a pasar más tiempo en casa, era porque había traído a un cerdo criminal a casa...

Andy, a él sólo lo resumiría así, como Andy, porque ha sido demasiado lo que he vivido con él, y sólo su nombre es capaz de cubrirlo todo. Lo más reciente y lo que fue la gota que casi derrama al vaso, mi madre queriendo entregarme a manos de un hombre, hombre que supuestamente era su novio.

- Perdona, ¿Dije algo que no debía?

- Dijiste lo necesario. - Realmente, me hacía bien escucharlo decir eso.

De algún modo, me hacía sentir muy valiente.

- Creo que no estamos en el ambiente adecuado. - Acarició mis mejillas y sonrió. - Ya sé, vámonos de aquí.

- ¿A dónde iremos?

- Es una sorpresa.

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora