Señorita Dudosa

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¿Sabes lo que es saber que alguien es demasiado bueno... Y luego saber también que es demasiado ingenuo como para ser dañado o engañado?

No se en que lugar me encuentro realmente.

Tampoco sé en que lugar se encuentra él.

Abracé a Kyle y él sollozó, mas no lloró, pero ganas no le faltaban, estaba resistiendo, conteniéndose, guardando todo para sí mismo, y eso sólo es veneno.

Todo lo que guardas para ti pronto te ahogará, y no hay manera de que te libres de eso.

- Estarás bien Kyle. - Lo miré. - Colega. - Le sonreí.

- ¿Cómo es que haces que todo parezca ser mejor cuando apareces? - Juntó su frente a la mía.

- Yo... - Hubo silencio. - Es sólo tu perspectiva. - Sonrió.

- Te besaría, pero podrías golpearme o enojarte, y eso es lo último que quiero. No quiero que salgas de mi vida Colega, no quiero siquiera imaginármelo, estuve...

Respiró profundo y continuó.

- Ni siquiera la universidad me distrae, estuviste en mi cabeza todo este tiempo. Cuando te vi en la fiesta después de tantos años, no sabes lo que sentí.

- Kyle. - Lo miré.

- Tengo muchas ideas locas cuando estás a mi lado... Cómo... - Me tomó por mis mejillas, haciendo que lo mire a los ojos. - Desde que peleamos en tu casa, me he preguntado, qué pasaría si le presentara a una chica como tú a mi mamá. - Dijo casi llorando. - De seguro la aprobaría y estaría muy feliz. O, qué pasaría si llevara a una chica como tú al altar... Bueno, no que pasaría con una chica como tu, que pasaría si fuera contigo... Que pasaría si fuera con Hayden Hunter... Mi única y especial Colega. - Sonrió, la primera lágrima se derramó y él la limpió rapidamente.

Sonreí ante sus dulces palabras.

- Kyle... Sé por lo que estás pasando... - Tomé su mano.

- Nadie lo sabe. - Se encogió de hombros.

- ¿Crees que necesitas vivir lo que la otra persona para sentir su dolor? Pues, lo entiendo perfectamente Kyle, si esa es tu filosofía, lo entiendo...

- Tu papá...

- No, él no... - Me miró, con los ojos entrecerrados y confundidos. - Mi mamá...

- ¿Tu mamá le hizo eso a tu padre?

- Así es. - Me acomodé en mi asiento. - Lo cambió por una escoria humana, si es que a eso se le puede llamar humano... Y si es que a ella se le puede llamar madre...

- Hayden... - Me miró y tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos.

- La última vez que la vi, ella estaba dispuesta a dejar que su novio me violara. - Sus ojos se abrieron a tope, y su piel, pálida. - Sus palabras exactas fueron "Te la entregaré en bandeja de plata".

- Hayden, no sabes cuánto lo siento. - Me miró sorprendido, sin saber que hacer. - Ahora me siento tan estúpido y egoísta.

- No tienes porque...

- No puedo creer que hiciera algo así...

- Al menos me hizo ver la realidad... Me gustaría poder confiar en alguien como debería confiar en la que era mi mamá. - Pensé en Caroline... Y cómo había sido tan injusta con ella al no aceptarla, tan pronto vi que hacía feliz a mi padre.

- No sé como eres tan fuerte. Pero... Eso es lindo, y haces que yo también me fortalezca, eres el premio mayor Hayden... Mira, yo nunca. - Limpió otra lágrima fugitiva. - Yo nunca permitiré que nada te pase, absolutamente nada te dañará, y es una promesa. - Besó mis manos entre las suyas.

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora