Señorita Alegría

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Subimos a su auto, y en seguida arrancó, miré por la ventana, las cosas que dice... Son tan, pero, tan...

- ¿Quieres que ponga música?

- ¿La radio? ¿O qué me ofreces?

- Pondré algo de música de mi celular, ¿Está bien? - Asentí.

- Está bien.

Entonces el sonido de una guitarra empezó, y comenzó a cantar un joven, una voz que me sonó familiar.

- ¿Él no es el que canta la de "When you were young"? - Rió.

- Si, son ellos. - Me corrigió. - The Killers, sólo que esta canción se llama "Mr. Brightside".

- Ah. - Sonreí. - Está bien. - Regresé mi mirada a la ventana. - Creí que iríamos a tu lugar especial.

Me di cuenta de que no estábamos en camino a ese lugar.

- Nuestro lugar especial. - Sonrió. - Tu también  lo conoces y puedes frecuentar, y no, no vamos a ir allá.

- ¿Entonces?

- Ya te dije, es sorpresa. 

No me miraba a los ojos, sólo seguía adelante, sólo espero que no sea a otra fiesta.

Pasamos por muchos lugares, habían parques, casas y de pronto todo se volvió plano y lleno de vegetación, hasta que el ruido y las luces me invadieron por completo.

- Esto es... - Me pegué a la ventana.

- Creí que te gustaría venir aquí...

- Nunca había estado en un lugar como este.

- ¿En serio? - Me miró mientras entrábamos al estacionamiento.

- Si, nunca hice nada de esto... - Porque mi madre estaba demasiado ocupada, haciendo pedazos la vida de mi padre.

- Pues es un honor traerte aquí por primera vez, te va a encantar. Mi mamá nos traía a mi y a Camile cuando eramos niños, esta feria viene sólo un mes al año, en Agosto.

- Supongo que debe ser genial tener una infancia. - Lo miré, y él a mi, con los ojos completamente abiertos.

Pensé en voz alta.

- Hay muchas cosas de las que te has perdido, Hayden... - Me miró, sonrió y luego bajó del auto para abrirme la puerta, me extendió la mano y yo la tomé lentamente. - Te pondré al día. - Dijo tirando de mi, quedando frente a frente.

Se separó de mi, y yo traté de hacer que mi corazón se relajara, no me malinterpreten, que se relajara del susto, creí que me acorralaría y me haría algo.

Ahora que lo pienso, soy muy desconfiada con él, cuando él me dijo que no haría nada.

- Ven, vamos. - Me tomó de la mano y comenzamos a caminar para entrar.

Una feria, jamás había entrado a una, cuando era pequeña no sabía que existían, y mi padre trató de llevarme alguna vez, pero, mi madre le dijo que no me iba a meter a hacer estupideces en un lugar cualquiera, y mi papá subió conmigo a jugar, porque no quería que escuche las cosas que mi madre tenía por decir.

- Dos por favor. - Lo escuché decir, y volví al mundo real.

- Puedo pagar mi entrada. - Dije metiendo mi mano a mi bolsillo y él me detuvo.

- Yo te traje, yo te estoy invitando, no debes hacerlo. - Unas chicas detrás de mi suspiraron, ¿Por qué? ¿Que es tan bueno?

Entramos y todo, todo estaba absolutamente cubierto de luz, ruido y olor a comida y dulces, esto es demasiado lindo.

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora