Fue demasiado, demasiado tiempo gastado, que creí que sería inservible, hasta que la maquillista volteó la silla en la que estaba sentada, haciendo que me mirara en el espejo.
Era yo otra persona, no sólo por el increíble trabajo que hicieron la maquillista y la peluquera, sino porque ya era yo una persona distinta, automáticamente de ayer a hoy, y lo que era aún más loco, era que sabía que sería otra persona en un par de horas, cuando entre las manos de Andrew Biersack diera el si definitivo a ser su esposa.
Y sonreí, nunca me había sentido tan lista en mi vida para algo, y no sabía que alguien se podría sentir así en su vida.
Subimos al auto de Wendy, ella era mi Dama de Honor, así que había planeado todo esto, en donde me iba a arreglar, como y quien me iba a peinar y a maquillar, y simplemente su elección es perfecta.
Lo único raro es que hizo que me pongan uñas acrílicas, no tan largas, pero no estaba acostumbrada a ellas, eran de un bonito color Nude, combinada con detalles y adornos en color blanco y dorado, ella se había puesto unas iguales y había pedido un maquillaje dramático, lo que era genial, porque su forma de arreglarme no era convertirme en ella...
Era convertirme en mi.
- Aún no puedo creer que no hayas querido hacer una fiesta de Despedida.
- Es que no tenía ganas, y esas cosas no son para mi.
- ¿Esas cosas? - Rió. - ¿Cuántas fiestas de despedida has tenido en tu vida?
- Ninguna. - Sonreí. - Sabes a lo que me refiero.
- Ay, Hayden, ¿Qué crees que iba a hacer? ¿Llevarte a un cabaret? - Volteé a verla, aguantando la risa. - Claro que no, ¿Cómo crees? - Se rió.
- Era broma.
- Lo sé. - Estaba conduciendo. - Es sólo que, son tus últimas horas como la novia Hayden Hunter, y me hubiese gustado pasar más tiempo contigo de ese modo, porque ahora vas a ser la Sra. Biersack y te conozco, vas a estar en tu burbuja de amor por lo menos unos... - Fingió que hacía cálculos en una libreta invisible. - ... Cincuenta años. - Le golpeé el hombro en broma, levemente.
- Claro que no.
- Lo creeré cuando lo vea. - Reímos.
Llegamos al lugar, la boda se celebraría en un jardín precioso, hermoso, divino, todo era total y completamente hermoso y perfecto.
Cada vez faltaba menos para la boda, y ahora, ahora si que empezaba a sentir los nervios.
Taylor acababa de traer mi vestido y las damas estaban llegando, cada una de ellas estaba hermosa, Wendy, Adrianna, Parker y Camille se veían maravillosas.
Estaba temblando.
- Rayos. - Me vi en el espejo y vi sobre mi pecho colgando, las alas plateadas que mi futuro esposo me había regalado, y por alguna extraña razón, la calma entró a mi cuerpo por cada poro de mi piel y sonreí.
- Es la hora.
Corrí a ponerme el vestido, era precioso, me había encantado desde el momento en que lo vi, espalda descubierta y lindo escote, vestido corte de sirena y la cola del vestido era larga muy larga.
Las damas entraron, todas celebraron junto conmigo que me veía hermosa y que pronto, dentro de muy muy poco, todo esto sería uno de mis más preciados recuerdos.
Todo estaba pasando tan lento y de pronto, el momento había llegado y faltaban tan sólo 10 minutos para que la boda empezara.
- Dios mío, estoy temblando, voy a hiperventilar.
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Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda Temporada
Fanfiction- Jamás creí que llegaría a referirme a ti a manera de sarcasmo Hayden... Ya no eres tú... - Sigo siendo yo... - Le grité molesta y frustrada. - No, no de la que me enamoré...