Después de todo, una hora después, me duché, vestí y maquillé para ir a trabajar, Ryan estaba en su habitación, me abrazó y reímos un rato, hasta que le dije que debía irme, y volvió a su estado de depresión neutral, que era su estado natural últimamente.
Llegué a la oficina y ya me esperaba un pareja enfadada, por el hecho de que había retrasado constantemente sus citas por mis asuntos personales, cosa que no es nada profesional.
Me ocupé de ellos, toda la mañana la gasté en complacerlos, en hacerlos felices, tal como no podía hacer con Andy y conmigo, ¿Qué estoy diciendo?.
- Bien, este pastel es perfecto. - Había elegido el de nuez y caramelo blanco.
- Perfecto, entonces pondré a mis chefs a trabajar.
- Muchas gracias Hayden, lamento lo de hace un rato. - Me gritó "perra", cuando sugerí otro vestido, ya que el que quería usar la hacía ver como una muñeca con globos como pechos.
Es una modelo con grandes argumentos y quiere un vestido con escote corazón, con un GRAN escote corazón, que hacía que sus argumentos parecieran sandías, no se veía bien, porque es demasiado delgada.
Se marcharon después de firmar unos cuántos papeles, para las fechas y los contratos.
- ¿Dylan?. - Llamé al asistente encargado de hoy.
- ¿Si, Señorita Hunter?.
- ¿Hay alguien más?.
- En realidad, si.
- Bien, hazlos pasar por favor. - Me senté a revisar los planes para la boda de Steven Henley y Kristi Justice, personajes pintorescos de Beverly Hills.
Luego de unos minutos oí que alguien corría en el pasillo, y la puerta se abrió, bruscamente.
- ¡Mami!. - Gritó eufórico, corriendo como podía hacia mi!
- Oh, ¡Por Dios! Dominik. - Literalmente me tiré al suelo, para abrazarle, mantener su cuerpo junto al mío el mayor tiempo posible, extrañaba tanto a mi pequeño.
- Mami, te extrañé. - Dijo, con una cara muy triste, estaba a punto de llorar. - ¿Por qué no has vuelto a casa?, ¿No me quieres?.
- Mi amor, no digas eso. - Andy entró a la oficina y cerró las puertas detrás de él, llevaba en sus manos una chaqueta muy pequeña y una mochila de las mismas dimensiones, ambas de mi niño. - Yo te amo, nunca lo dudes. - Lo abracé con fuerza y me puse de pie con él entre mis brazos.
Me estaba abrazando con todas las fuerzas que su pequeño cuerpo le permitía, y era el sentimiento más hermoso que jamás había tenido.
Andy se acercó y me tomó por la nuca.
- Te extrañé. - Dijo sobre mis labios y me besó.
Nos separamos y Dominik nos abrazó a ambos.
- Los amo tanto. - Les dije, besando la frente de Dom, y luego la boca de Andy.
- Te traje algo. - Dijo Dominik emocionado. Lo bajé y Andy le dio su mochila, comenzó a buscar en ella y luego extrajo un libro pequeño y delgado, de un color amarillo pálido y el borde rojo, en su portada se veían un niño pequeño, y un conejo, ofreciéndole una flor.
Llevaba por título "La Puerta Olvidada" de Paúl Maar.
- Mami, terminé de leerlo sólo, por mi cuenta. - Sonrió. - Ya sé leer por mi cuenta, sin ayuda. - Sonrió, poniendo sus manos en su cintura, pareciendo así un súper héroe.
- Estoy muy orgullosa, mi bebé. - Lo abracé y Andy sonrió.
- Esperen. - Sacó su celular y nos tomó una foto, así nada más, abrazados los dos, con una sonrisa enorme.
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Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda Temporada
Hayran Kurgu- Jamás creí que llegaría a referirme a ti a manera de sarcasmo Hayden... Ya no eres tú... - Sigo siendo yo... - Le grité molesta y frustrada. - No, no de la que me enamoré...