Señorita Intolerable

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- Si, tenías razón, no debí venir. 

- No, espera, Andy. - Adam me detuvo, tomándome por mi brazo, mientras que Andy corría con tal decisión a su auto, que juro, que creo que no volveré a verlo... Tal vez, nunca.

- ¿Qué estás haciendo?, ¿Por qué le dijiste eso?.

- Porque creo que estás atada Hayden.

- ¿Que estoy qué?.

- Creo que sientes algún tipo de empatía, algo así como una responsabilidad con él, que no lo amas, pero, siente que debes hacerlo por algún motivo.

- Adam, tú eres un niño, no entiendes de esto.

- Me parece que ustedes se conocieron a mi edad.

- Es totalmente diferente.

- ¿Por qué?.

- Porque... - ¿Por qué Hayden?, contéstale.

- Porque quieres seguir sintiendo eso, porque necesitabas un motivo para estar atada a él, cosa que no necesitas, para nada Hayden.

- Adam, por favor... - Me pasé las manos por el rostro. - Deja de torturarme.

- Hayden, sólo quiero lo mejor para ti.

- Si eso quieres, entonces déjame en paz.

- Eso no puedo hacerlo, soy incapaz de alejarme de ti.

- Creo que tienes que ir a clases.

- Si, tengo que ir.

- Pues ve.

- No, claro que no, a nadie le importa si voy o no. - Mi corazón se estrujó.

- A mi me importa, vas a ir, quieras o no. - Me miró, directamente a los ojos, y en su lugar, pareció encogerse, jugó con sus dedos mientras agachaba la mirada.

- Quiero quedarme contigo.

- Adam, ¿Qué es esa obsesión tuya?, ¿Qué tienes conmigo?.

- No lo sé. - Dijo él, mientras que sus ojos se tornaban más brillantes de lo normal, estaba mostrándome su lado débil, estaba mostrándose vulnerable ante mi, no, por favor Adam...

Derramó una lágrima.

- Adam. - Le acaricié el brazo cubierto por la tela de su sudadera.

- La verdad es que... Mis padres no están de viaje, mi familia se está disolviendo, y al único que parece afectarle, al único que parece importarle es a mi, me refiero a que, fuimos unidos siempre, hasta que hace un año todo se fue al caño, ahora mis padres no pueden ni hablarse si no hay un abogado de por medio.

- ¿Estás bien?. - Negó con la cabeza, y luego miró sus manos y asintió.

- Si, claro que si, siempre estoy bien. 

- Estás llorando. 

- Pero, estoy bien. - Sus ojos habían enrojecido considerablemente. - Contigo estoy bien.

- Pero, ¿Por qué yo?.

- Porque una vez vi un desfile tuyo, un desfile de modas que organizaste y te invitaron a pasar en pasarela. - El desfile en el que Andy fue a buscarme. - Supe al instante que me había enamorado de esa sonrisa inocente y los ojos tristes que te perseguían, imperceptibles, pero, pensé en que si tu sonrisa era bellísima siendo falsa, sería maravillosa, increíblemente preciosa si fuera real.

- Creí que nadie se había dado cuenta. - Susurré.

- Y yo creí que tendría que rendirme en tratar de conocerte, hasta esa tarde en la que caíste sobre mi, y tuve la oportunidad de verte de cerca, tan cerca que supe que... No podría estar lejos de ti de nuevo. - Admitió, dejando caer un par de lágrimas más.

- ¿Es todo?. - Negó con la cabeza.

- Sé que es egoísta, pero, quiero estar conmigo, quiero ser tuyo, y que tú seas mía, te lo dije, no me molesta que hables con Andy, no me molesta en absoluto que siga en tu vida, porque fue él quien te enseñó a amar, quien te ayudó a ser quien eres, pero, en cuánto lo vi, tomando tu mano, supe que quería arrastrarte de nuevo a él, y habría sido la perdición para mi, te habría perdido para siempre.

- Adam... Yo... Realmente no sé si sea lo que busques, ni siquiera lo que necesites, yo... Sigo enamorada de Andy y... Ahora mismo tengo un hijo, tú tienes tu adolescencia y tu vida por delante, yo no...

Dio un par de zancadas desde su ubicación a la mía, y cuando me di cuenta sus labios estaban pegados a los míos, sus manos en mi cintura, él se encontraba desaforado, ensimismado en robarme el aliento, en besarme.

- Adam... - Susurré sobre sus labios. 

- Me gusta como dices mi nombre. - Me cargó, tomándome por mis piernas, y caminó conmigo encima, tan fácil como yo cargaba a mi hijo.

Me dejó en el sofá y se posicionó entre mis piernas, siguió besándome.

- Adam, espera. - Si Dominik supiera de esto. - Adam. - Lo empujé y él me miró.

- ¿Qué sucede?. - Negué con la cabeza. - ¿Quieres que vaya más lento?.

- ¿Qué?.

- Es que... En realidad no sé si lo estoy haciendo bien, ¿Es eso?, ¿Hice algo mal?. - Sonaba realmente preocupado.

- Adam, no entiendo de que hablas. - Agachó la mirada y negó con la cabeza.

- Nada. - Sonrió. - Hayden, creo que debes dejar ir a Andy, y no sólo porque yo esté tras de ti, sino porque, él va a casarse, ¿No?, y creo que si sigues pensando en él, con el tiempo eso te hará daño. Creo que debes empezar a pensar en ti, y en tu hijo, también tu puedes darte una oportunidad, y me encantaría que sea conmigo.

Le di un beso en la mejilla.

- Gracias por eso. - Sonreí y él imitó mi acción, me giró ligeramente el rostro y me besó nuevamente.

- Hayden.

- ¿Si?.

- ¿Quieres que te prepare el desayuno?. - Me reí.

- No, no te preocupes, de eso me encargo yo, tú alístate porque vas a ir al colegio.

- Pero. - Lo miré. - Está bien. - Agachó la mirada.

(...)

- Y tenemos una demostración el viernes en la escuela. - Dominik dejó su mochila sobre el sofá.

- ¿De qué será?. - Fuimos al comedor tomados de la mano.

- Es sobre palabras, a mi me tocó "Magia". - Dijo él, moviendo sus manos sobre su frente, yo reí y le despeiné el cabello.

- ¿Magia?.

- Si. - Asintió con efusividad y sonrió. - ¿Puedo vestirme de mago?.

- Claro que si. - Sonreí, de hecho ya lo había pensado. - ¿Y qué vas a decir?. - Me sonrió, mostrándome todos sus bonitos y pequeños dientes de leche.

- Es una sorpresa. - Lo miré entrecerrando los ojos y sonreí. 

- Está bien. - Le toqué la nariz rápidamente y él sonrió.

- Mami.

- ¿Si?.

- ¿Qué es eso?. - Volteé, sobre la mesa se encontraba un aparato negro bastante grande, era el PlayStation Vita de Adam, lo dejó aquí.

Más le vale que sea por error, porque si lo dejó aquí con intención, lo voy a matar.

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Vale, me quedaré escribiendo esta noche :'v

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora