Señorita Lúgubre

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Después de haberme calmado lo suficiente como para no romper a llorar cuando alguien me dijera "Hola", y de arreglar mi maquillaje, bajé, después de todo es el cumpleaños de Camille, no puedo hacer mi papel de Reina del Drama, aunque hoy estoy dispuesta a serlo.

- Hola. - Saludé, colocándome a un lado de Kyle, quien me miró de manera extraña, pero, no dijo nada, ni una sola palabra, supongo que de algún modo, entendió.

La casa estaba llena de jóvenes, amigos de Camille felicitándola y colmándola de regalos y felicitaciones.

- ¿Quieres algo de beber?.

- Un poco de agua me vendría bien. - Intenté sonreír.

- Por la cara que traes, creo que te vendría mejor una cerveza y buena compañía.

- Kyle, sabes que yo no bebo.

- No te estoy diciendo que debas emborracharte, si quieres bebemos una entre los dos, pero, sólo una, ¿Si?.

- Está bien. - Dije sin ganas, en realidad no quiero discutir algo tan pequeño como esto, sólo aceptaré y me libraré de esto rápido.

- Vale. - Se acercó a mi y besó mi frente.

Debo admitir que es reconfortante, queme hace sentir mejor, pero esto, de ningún modo me está haciendo un bien mayor.

Sentí una fuerte mano en mi hombro y volteé, allí estaba mi mejor amigo.

- Hayden.

- Alexey. - Nos abrazamos al instante.

- Cómo has cambiado. - Lo miré de pies a cabeza, estaba más alto y vestía elegante, mi pequeño Alexey había crecido.

- También tú, te ves preciosa. Reluciente. - Me acarició las mejillas.

- Oh por Dios, Hayden. - Camille se acercó a abrazarme, eufórica.

- Camille, feliz cumpleaños, luces hermosa. - Le sonreí.

- Tú también, estás radiante. - Me guiñó un ojo. - ¿Dónde está Andy?.

Golpe bajo.

- Yo... Él no vino conmigo. - Alexey lo notó.

- Cariño, ¿Esa no es Sasha?. - Ella volteó.

- Si, lo es. En seguida vuelvo, mamá se enfadará si no saludo a todo el mundo.

- Haz tu paseo de la fama. - Dije con una sonrisa falsa que ella no notó, y que esperaba que Alexey tampoco.

- Claro, ya vuelvo. - Se fue.

- Sasha es su... - Inquirí.

- Su prima. - Me miró. - ¿Están peleados?.

- Terminamos.

- ¿Qué te hizo ese idiota ahora?. - Le coloqué la mano en el hombro.

- Esta vez no fue su culpa Alex... - Me abrazó. - Estoy segura de que él no quiere ni verme.

- Se arreglará, siempre... - Negué con la cabeza, rompiendo el abrazo.

- No pasará, esta vez lo perdí todo.

Después de la barbacoa exquisita que preparó la mamá de Kyle, ella se marchó, para dejar que los jóvenes se divirtieran, dejándonos a Kyle, Alexey y a cargo de la fiesta y la casa, por ser los mayores, y por lo tanto, los "más" responsables.

Hace rato que no podía oír ni siquiera mis propios pensamientos por el volumen de la música y el bullicio de la gente, aunque en realidad, no me molestaba, no necesito pensar ahora mismo, no quiero, no puedo hacerlo.

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora