Señorita Oportunista

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- Es aquí. - Ryan estacionó y papá me miró desde el asiento de copiloto.

- Quiero que te quedes aquí. - Me miró.

A juzgar por el lugar, Caroline no está en nada bueno.

- No, voy contigo. - Formó una sonrisa gatuna con sus labios y bajamos del auto.

- Yo me quedo. - Dijo Ryan, ha estado algo raro últimamente.

- Está bien. - Lo miré un rato y bajamos.

Cuando nos paramos frente al guardia de seguridad, nos miró algo divertido, y sonrió.

- Ok, las habitaciones están al fondo a la derecha. - Papá solo lo miró y yo lo jalé, no valía la pena pararse a discutir por un hombre con morbo en su cabeza.

- Tranquilo. - Susurré, sobre su hombro, y él asintió, me aferré a su brazo y entramos.

Habían muchos hombres, la mayoría mayores y ebrios, que con miradas asquerosas, incluso a mi que llevaba mucha ropa puesta, me acosaron.

Las mujeres se paseaban por el lugar con charolas y bebidas, con apenas ligueros y ropa interior, o disfraces, de policía, enfermera, bikini, profesoras y estudiantes, etc.

Varios escenarios de diferentes tamaños ocupaban el centro del lugar, siendo adornado por las luces de colores sobrios y opacos, las chicas bailaban en los tubos que estaban allí ubicados, ¿Aquí está Caroline?

- Hay que buscarla. - Dijo, con apenas un hilo de voz.

- Está bien. - Di unos pasos y choqué con una mujer, una mujer de cabello negro.

- Ten más cuidado cielo. - Sonrió.

- Disculpa. - Estuvo a punto de irse, y yo la detuve.

- ¿Si? - Miró a papá? - ¿Quieren algo? - Nos extendió la charola.

- Buscamos a alguien. - Sonrió.

- No sé si pueda ayudar.

- Sólo dinos si has visto a una mujer rubia, de ojos azules, alta y delgada es...

- Si, ya sé de quien hablas. - Torció los ojos. - La única rubia de Papi.

- ¿Papi?

- El dueño de este y otros lugares.

Por favor, no me digan que me vine a meter en la madriguera del horrible novio de mamá, a quien ella también llamaba "Papi". Que este lugar no le pertenezca a Dante.

- ... Aquí viene Jade. Un aplauso para la nena más sexy del lugar. - Dijo un hombre por el micrófono y todo el mundo comenzó aplaudir y chiflar, los hombres estaban como alunados, esto es muy deplorable.

Y allí, detrás del escenario más grande salió ella, claro que nadie más sabía, traía una máscara, y mucho maquillaje, además de ropa diminuta, si a eso se le puede llamar ropa. Miré a papá y él estaba boquiabierto, anonadado, sin nada que hacer o decir.

- Aplausos, ¿Quieren que se quite la ropa? - Todo el mundo empezó a hacer ruido. - Papá caminó con vehemencia hacia el lugar, a pesar de que lo llamé e intenté detenerlo, nada pude hacer, llegué a su lado cuando él estaba hablando con el encargado.

- Quiero un privado ahora mismo con ella.

- Deja que termine el espectáculo.

- ¿Cuánto cuesta ella?

- Ella no tiene prec... - Interrumpió.

- Te doy doscientos si ahora mismo la bajas y me das lo que quiero. - Lo miré, y el hombre vaciló un poco antes de hablar.

- Muéstrame el dinero.

- Papá sacó su billetera, y le mostró varios billetes de veinte. - El hombre los miró y la llamó, cuando estaba a punto de quitarse la parte de arriba de su disfraz.

- Nena, ven aquí. - Le dio la mano para ayudarla a bajar del escenario y la sonrisa que traía antes de bajar, despareció, estaba fingiendo, no está bien que esté aquí, menos si no quiere.

- ¿Qué es lo que pasa?

- Tienes un cliente. - La tomó del brazo con fuerza, y la empujó hacia papá. - Trátalo bien.

Ella lo miró mal, al igual que papá, pero ella no reaccionaba, ni siquiera, le había visto el rostro.

- Sígame. - Lo tomó de la mano y caminó por un pasillo de habitaciones.

Esperé allí parada, después me senté en una mesa y miré a todos lados, debe ser muy duro depender de este tipo de negocios. Después de media hora, un mensaje llegó a mi celular, lo saqué.

De: Ryan.

"Tu padre está aquí, con Caroline, ven al auto."

- Perfecto. - Nótese el sarcasmo, me di la vuelta con nuevas miradas acosadoras, y una, una que me heló la sangre y me puso los cabellos de punta, decidí no voltear, sé que es él, ¿Quién más? ¿Quién si no?

Comencé a correr y salí del lugar, subí al auto como pude y los miré a los tres.

- ¿Lo viste? - Caroline habló al fin. Sé a quien se refiere.

- Lo vi.

Nos quedamos en silencio y ella acarició mi mano.

- Acelera Ryan. - Pidió mi padre con calma en su voz.

Es increíble que tan lento pasa el tiempo cuando tu vida no tiene algún sentido, había aceptado organizar la fiesta para la amiga de Adrianna, y todo iba excelente, papá estaba ayudando a Caroline a salir del agujero en el que había caído, a sus espaldas estaba investigando a Dante, quería atraparlo, a cómo de lugar, Ryan ha estado algo ausente estos últimos días, y cuando está aquí, ni siquiera quiere hablar.

¿Qué puedo yo hacer?

- Tengo que salir. - Me dijo desde la puerta de la habitación.

- ¿A dónde...?

- No preguntes. - Iba a cerrar la puerta.

- Ryan. - Lo llamé y él se regresó.

- ¿Si?

- ¿Hoy no teníamos la Feria de Libros?

- Si, mi hermana no puede, tiene asuntos familiares, y yo... - Suspiró. - Honestamente, no tengo ganas, pero, puedes ir tu... - Sacó su billetera y dejó dinero sobre el escritorio. - Te debo una.

Se acercó a mi y besó mi frente, despeinó mi cabello y me miró.

- Perdón por dejarte sola, en serio te debo una. - Depositó un suave beso sobre mis labios y con una sonrisa fingida, se marchó.

Yo realmente quería ir a esa feria.

Me levanté y me acerqué a escritorio, me había dejado mucho dinero. ¿Qué le está pasando? ¿Por qué no quiere decirme nada?

Por una vez, voy a pensar en mi, y voy a ir sola a esa feria.

¿Qué es podría salir mal?

Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar. [Andy Biersack y tu] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora