𝑳𝒖𝒏𝒆𝒔
– ¡Alexandra, es hora! –exclama Carla desde la planta baja.
La castaña se levanta de la cama, se acerca hasta su ventana y al abrirla puede ver el coche patrulla que conduce su padre, estacionado frente a su casa. Guarda el móvil en uno de sus bolsillos y baja las escaleras con paso lento.
Al llegar al recibidor ve a su padre con dos grandes maletas de color azul puestas frente a él.
Por la puerta se asoma un muchacho caminando con muletas. Tiene el cabello de un negro azabache un poco largo y alborotado, una pequeña gasa cubre parte de su ceja derecha y algunos moretones rodean su rostro, unas bolsas oscuras yacen bajo sus ojos, ojos verdes que en este preciso momento están apagados, la tristeza y cansancio se refleja en ellos.
–Familia, él es Alex –la voz de su padre hace que quite la mirada del pelinegro–. Alex, ella es mi esposa, Carla –prosigue Felipe señalando a su mujer.
Carla se acerca al muchacho y deposita un beso en su mejilla.
–Ella es Mara, mi hija menor –dice señalándola también.
–Hola –saluda Mara acercándose a estrecharle la mano–. Es un gusto, Alex.
El muchacho parece querer sonreír, pero no lo hace. Sigue con la expresión neutra.
–Y ella es Alexandra, la mayor –concluye Felipe. La castaña le mira algo nerviosa y mete las manos en sus bolsillos traseros haciéndose espacio entre su móvil, Alex le mantiene la mirada y asiente con la cabeza en forma de saludo.
–Por ahora dormirás en una habitación que está aquí abajo –dice su padre girándose hacia el muchacho.
–Sígueme, es por aquí –indica Carla y Alex empieza a andar tras ella.
–Alex cariño, ¿puedes traerle sus maletas? –le pregunta su madre.
Sin protestar toma ambas por las asas y las arrastra para caminar hacia la habitación de invitados. La puerta está entreabierta, aun así pone sus nudillos sobre la madera y toca despacio. Pero nadie responde, entonces decide entrar a dejar las maletas en un rincón de la habitación y cuando se dispone a salir, la puerta del cuarto de baño se abre frente a ella.
–Vine a dejar tu equipaje –se anticipa a decir.
Este no responde, solo la mira fijamente sin pronunciar palabra.
Alexandra sale de la habitación para dirigirse a la suya. Cierra la puerta tras ella y se tumba en la cama, en la misma posición en la que se encontraba antes de la llegada del inquilino.
El móvil empieza a vibrar provocándole cosquillas, lo saca y al ver la pantalla sabe rápidamente de quien se trata.
–Hola preciosa –dice la gruesa voz del joven tras la línea.
–Hola –saluda Alexandra sonrojándose. Siempre que habla con él, le pasa. Aunque este no la vea.
–Te echo de menos.
–También yo, ¿cuándo regresarás?
–La familia de mi madre insiste en que nos quedemos. Mamá está feliz, planea regresar unos días antes de que empiecen las clases.
–Has pasado más de la mitad del verano en casa de tus abuelos –murmura decepcionada–. Y aún faltan dos semanas para las clases.
–Lo sé Alexandra, y lo siento. Te lo compensaré cuando llegue, lo prometo.
–Está bien.
–Harry me llama, debo ir a comer. Te llamaré después, te quiero.
–También te quiero –dice finalmente para cortar la llamada.
Se gira para encontrar otra posición que le haga sentir cómoda y se mantiene así mirando el techo de azul cielo, con algunas estrellas pintadas a mano.
Se sobresalta cuando escucha a alguien tocar su puerta. Su hermana asoma la cabeza.
– ¿Hablando con tu novio? –pregunta levantando una ceja.
– ¿Escuchando conversaciones ajenas? –contraataca hábilmente.
– ¿Es muy atractivo verdad hermana? –vuele a preguntar Mara sentándose sobre la silla blanca del escritorio junto a la ventana.
– ¿Qué?
–Alex... es guapo.
–No me he fijado –miente sintiendo calor en sus mejillas.
–Claro –murmura guiñándole un ojo.
–No me molestes –le regaña Alexandra.
–No es mi intención hacerlo. Solo quisiera hacerle una pregunta.
– ¿Cuál?
– ¿Tendrá novia?
Alexandra no sabe la respuesta a esa pregunta pero el simple hecho de imaginar que así sea, le causa algo que no puede explicar, no por ahora.

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Todo por Alex
Novela JuvenilAlex Noriega lleva una vida normal, como la de cualquier adolescente, le va muy bien. Pero todo cambia repentinamente al sufrir la tragedia más grande de todas. Tras perder a sus padres en extrañas circunstancias, su vida no vuelve a ser la misma...