𝑫𝒐𝒎𝒊𝒏𝒈𝒐
–Debes verte presentable para mañana. Pasaré por ti en veinte minutos.
– ¿Sabes cómo llegar?
–Matheo ya me dio la dirección.
–Te estaré esperando.
Apoyándose con las muletas, se levanta para hacer la cama y darse una ducha antes de salir.
Al terminar se inclina con cuidado hacia sus maletas, niega con la cabeza para sí mismo, pues en todos estos días no ha colocado su ropa en el armario que hay en la habitación. Pero en su defensa, Felipe le dijo que hasta que pudiera caminar se quedaría allí. Cosa que espera, pase pronto. Además ha estado más tiempo en su casa, que en esta. Y eso lo compensa absolutamente todo.
Se peina el cabello con las manos, nunca le ha gustado usar el cepillo. Aprecia su reflejo frente al espejo. La cicatriz en su ceja, va desapareciendo poco a poco. No le queda ni un solo moretón en el rostro y este vuelve a verse pálido. Al verle, lo único que le queda del accidente es la escayola en la pierna izquierda, más lo que no salta a la vista es el vacío emocional que siente.
Se sienta sobre el sofá al salir de la habitación y revisa el móvil sin despegar la vista de la pantalla.
–Buenos días, Alex –escucha que alguien dice desde las escaleras.
Gira la cabeza, y ve a Carla caminando hacia él.
–Buen día –responde apagando el móvil, no sin antes ver la hora.
– ¿Por qué tan temprano? ¿Estás hambriento?
–No. De hecho quería pedirle permiso para salir.
–Claro, pero no regreses muy tarde.
El chico asiente con la cabeza y vuelve a su teléfono para evitar la mirada de la mujer sentada frente a él.
– ¿Vas solo o quieres que te lleve? –pregunta esta.
–No, vendrán por mí –asegura precisamente en el momento en que tocan el timbre de la casa.
–Voy yo –se anticipa a decir la madre de Alexandra levantándose y caminando hacia la puerta.
Sin perder el tiempo, él también hace lo mismo, sabiendo de quién se trata.
–Hola Jess –saluda el muchacho de ojos verdes sonriendo al llegar a la puerta.
<<Línea de división>>
Sale de la heladería afirmándose en sus muletas, mientras su acompañante sostiene ambos conos.
–Te ves muy bien –comenta la rubia por tercera vez.
–Gracias Jess –contesta Alex, también por tercera vez con la mirada en sus zapatillas, recordando melancólico que a su madre siempre le ha gustado que llevara el cabello corto.
–Sé que a tu madre le encantaría –suelta Jessica relamiendo el helado que sostiene con la mano derecha.
–¿Por eso las indicaciones a Martín? -pregunta incrédulo refiriéndose al barbero.
– ¿Por qué otra cosa sería?
–Definitivamente soy muy afortunado.
–Yo lo soy también -asegura presionando la mano del muchacho–. ¿Cómo te sientes en esa casa?
–Pues... cada vez menos extraño –reconoce dándole un bocado a su helado.
–Supongo que eso es bueno.
– ¿Cómo va todo entre Santiago y tú? –dice el pelinegro cambiando de tema.
–Pues, todo va bien por ahora. Pero no sé, hace unos días me dijo que sus padres pensaban mudarse en unos meses, por su abuela.
– ¿Qué tan lejos estaría?
–Lo suficiente como para no continuar...
–Todo irá bien, Jess.
–Eso espero. ¿Nos vamos? Quiero darle una buena impresión a la señora Carla.
***
Ambos bajan del taxi y la rubia le ayuda a caminar hasta la entrada de la casa de Los García.
–Deben quitarte eso pronto –suelta la joven, el pelinegro se gira a verle al no entender–. Nadie querrá ir al baile de bienvenida contigo si no puedes bailar –concluye provocando la risa de Alex.
–Ya sabes que no bailo –dice mirando su pie dentro del yeso. Escucha que la puerta se abre frente a él. Levanta la mirada y ve unos ojos café que no expresan nada en específico. Sigue la mirada, y ve que se dirige hacia sus espaldas. Hacia Jessica, específicamente.
Lo que siente a continuación es la leve brisa que ocasiona el corto cabello castaño cuando Alexandra se echa a correr hacia la calle, acariciarle el rostro.
–Gracias por lo de hoy, te veré mañana.
–Nos vemos -dice dejando un beso en la mejilla de Alex, quien entra en casa sintiéndose confundido por la actitud de la hija mayor de Felipe.
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Todo por Alex
Teen FictionAlex Noriega lleva una vida normal, como la de cualquier adolescente, le va muy bien. Pero todo cambia repentinamente al sufrir la tragedia más grande de todas. Tras perder a sus padres en extrañas circunstancias, su vida no vuelve a ser la misma...