12. Desconocidos

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Madrid. Octubre 2018.

Martín Vargas.

Lo vi a Villamil levantarse disimuladamente e ir hacia el pasillo, el baño quizá, pero yo se muy bien lo obstinado que puede llegar a ser. Luego de unos segundos me levanto a ver cómo está Anahí. Supongamos.

Llegando a la habitación de Villa, escucho que está con Ana susurrando por lo bajo. El dice que ella le prometió algo. Le prometió quedarse.

— Vos te das cuenta de lo que me estás pidiendo?!.- le reclama por lo bajo y yo entro viendo cómo ella se quita la mano de Villamil de la cara.

Mi mirada es acusadora, invitándola a irse. Lo cual hace. Huye como lo que es.

— Te llevo.- Villamil está loco si piensa que después de terrible escándalo lo dejaré.

— La llevo yo.- y lo fulmino con la mirada. Pero Anahí ya tenía otros planes, por lo que sólo se va.

Siento rabia, y se que no me corresponde. Pero Villamil es mi amigo y puede ser impulsivo a veces. Debo defenderlo, a él y a su felicidad, y si esta muchacha la amenaza, debo ser yo quien la aleje.

Voy detrás de ella. No fue muy difícil alcanzarla, caminaba lento.

Tomo el brazo que estaba por tirar de la perilla de la puerta, más brusco de lo que me gustaría reconocer. Eso la tomó por sorpresa.

— No se si te fijaste, pero Villamil tiene novia, así que déjalo en paz.- su expresión lo decía todo. Estaba confundida, pero al mismo tiempo veía lo humillada que se sentía, junto con el enojo, pero yo no doy un paso atrás. Y hasta que no me diga que lo dejará, no le suelto.

— Vas, y se lo decís a él. Hace una semana que me quiero alejar de todos ustedes.- se suelta bruscamente y se acerca aún más a mi, yo trato de no inmutarme, definitivamente estábamos desafiándonos en todo sentido.— y si me volves a tocar, no esperes una cachetada de mi parte, te rompo las putas manos de baterista malcriado que tenes. Y vas a tener que rezar por poder seguir agarrando una baqueta. Esta claro?-

Veía que estaba dolida, los ojos se le cristalizaron de la rabia que sentía. Parecía una damisela cuando se cayó con Juan Pablo, cuando se la llevó Isaza cargando, pero en este preciso momento, es todo lo contrario. Dejó su punto bien en claro, y no es de las que se defienden con un cachetadon y un insulto, la niña te da una maldita lección. Tiene intenciones de hacerte daño para que aprendas. Pero eso no hizo quebrar mi expresión. La quería fuera de aquí y eso hizo. Rompió con mi mirada, no sin antes demostrarme silenciosamente su odio hacia mí.

Sus formas sólo me dejaron enojado, de mal humor. Nunca trate a alguien así y me saca que ella lo haya logrado.

Me siento y termino con mi desayuno.— no se quiso quedar?.- me pregunta Simón.

— Ah?.- me saca de mi trance.

— No le preguntó si se quería quedar? Le preparamos el desayuno, recuerda?.-

— Ah... no. Su auto ya estaba afuera.- miento, ni siquiera se si se fue caminando.

— Que pena. Jamás podremos terminar bien con esa muchacha.- Isaza se siente culpable y no lo entiendo.

— Por?.- pregunta Gaby.

— Verá, el primer día, su novio le deja terrible golpe a la pobre.-

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