118. Sin descanso. 1/5

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Ya fue todo, terminé de escribir este bebé y soy ansiosa, quiero que me digan qué opinan y voy sacando maratones.

Vivo de sus opiniones.

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Buenos Aires. Enero 2022.

Anahí Markhez

Poco a poco me estabilizo. No me desmayé, pero por poco y lo hago.

Una mascarilla de oxígeno cae en mi cara.

Creo que es un paramédico.

La policía también está acá tomando declaraciones.


Yo respondo preguntas de si o de no, pero no nos lleva a ningún lado. Lamentablemente nadie maneja las señas.

Todo se hizo incómodo de repente, porque nadie entiende nada.

Mi familia se desespera por saber lo que acababa de pasar pero... qué les voy a decir?

"Si, pasa que hace un par de años, Tomás me dijo que me amaba, y entonces le entregué mi virginidad con doce años sin saber lo que eso significaba, y fue mi polvo hasta los dieciséis, pero después lo quise dejar y el me amenazo con contarles que soy una puta prematura, entonces me dejé chantajear suciamente por favores sexuales a cambio de su silencio. Decidí enfermarme asi le doy asco y hasta ahora que nos encontramos y decidió que no quería que cuente nada, asi que me prefirió durmiendo con los peces... ah, y él me mandó a matar en el estacionamiento... sip..."

Suena estúpido? No se, a mi no me llega bien el oxigeno al cerebro, asique no sabría decirles bien.

—Qué pasó?.- pregunta mamá que se acerca a mí tratando de tocarme, pero tiene miedo de lastimarme. Sus ojos están cristalizados y al darse cuenta que nadie le contesta, empieza a perder los estribos. – AGUIEN QUE ME DIGA QUÉ MIERDA PASÓ POR FAVOR!... Hija!!...- mamá me mira con desesperación y yo como soy la más cobarde, no puedo sostener la mirada.

Lo miro a Juan, él me estaba mirando. Debatíamos entre los dos si era posible contar todo ahora. Tomás se fue y dejó en claro que no va a parar hasta "eliminar" su pasado turbio.

Asentí mientras respiro con dificultad, con ese ruido horrible que parece que tengo una bisagra mal aceitada en la garganta.

—De acuerdo.- Dice Juan.—Pero esto es algo muy delicado, por lo que les pido que sólo se queden María, Héctor, Carolina, Jeremias y Rodrigo...- yo tomo a Juan de la mano y el me mira. Desvío mi mirada hacia mi primo Mariano y Juan sabe entender.—Y Mariano... por favor...-

También pedimos que un policía se quede a tomar la declaración que estaba por hacer Juan.

Estoy aterrada. Toda la verdad esta por salir a la luz, ya no tengo salida. Mi respiración vuelve a sonar desesperada y mis lágrimas comienzan a salir.

Juan ve cómo el pánico se estaba adueñando de mi cuerpo y toma mi mano para luego besar mi cabeza.

—Bien... sólo... les pido que me dejen terminar, y les pido que no la juzguen, lo explicará a su debido tiempo. Todo esto no lo sabe nadie más que tres personas y su psicólogo.- Juan se seca las manos en sus Jeans y luego de un suspiro y de volver a tomar mi mano, prosigue.—Todo empieza cuando Ani tenía sus once o doce años.- me mira y asiento, mientras veo al policía prestar atención.—poco a poco Tomás... él se fue acercando a Ani y "germinó" una especie de relación donde aparentemente todos creyeron inocente.-

Sentí como todos me miraron al momento en el que bajo la mirada. Sentía el horror en el ambiente junto con la confusión, porque claro, Tomás fue un gran chico, y ahora es un gran padre de familia con un trabajo excelente, muy responsable y amable...

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