126. Wedding planner. 4/5

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Buenos Aires. Diciembre 2023.

Juan Pablo Villamil.

Si se preguntan... estoy en un estado de felicidad plena.

Estoy que ni yo mismo me lo creo.

Estoy, que pienso la cantidad de veces que quise pedirle que se case conmigo.

Podría habérselo pedido en cualquier momento, en algún desayuno mientras la miro tomar su medicación, al despertar abrazado a ella, podría habérselo pedido cuando se doctoró o cuando vino a cuidar a mi madre, tal vez cuando supimos que ya tenía el alta definitiva o cuando decidimos intentar llevar una relación a distancia... podría haberle pedido que se case conmigo cuando despertó luego de aquel golpe que le di. Porque ni bien abrió esos ojos marrones con tintes color cobre, supe que era la mujer de mi vida.

Por fin encontré una forma de pedirle que se quede en mi vida y me deje formar parte de la suya, por fin me animé a decirle que ella es mi hogar. Donde sea que ella esté, allí será mi hogar. Y si el suyo está en Buenos Aires, pues, esa es mi segunda casa. Porque de allí es ella, amo todo lo que la formó como la persona que es hoy en día, y esa ciudad es de mis lugares en el mundo.

— Y su familia?.- me saca de transe mi suegro.

— Perdón?.- le pregunto.

— Las suegras son las problemáticas , pareciera.- dice Ani y todos asienten mientras miran a María.— pero por otro lado, Mauricio está más que encantado y lo mismo su hermana...-

— Desde que fuiste a cuidar a mamá que están de acuerdo con esto.- haciendo que la niña se sonroje.

— Y cómo está tu mamá en ese sentido?.- me pregunta Giorgio.— recuerdo aquel día que se fue la niña, bajó las escaleras con su valija y dijo "me voy a ayudar con la testaruda de mi suegra".- dice entre risas.— pensé que iba a salir en las noticias algo sobre esta niña haciendo alguna locura...-

Me río porque todos pensamos lo mismo.— Pues... mamá está bien, todo gracias a que Ana hasta reviso su boca para asegurarse que haya tragado su medicación...- veo como todos se incomodan un poco.— y somos todos conscientes que le debemos a ella la recuperación, incluso mi madre, y se lo agradeció, es por eso que si bien no le cae bien Ana, tiene que quedarse callada, porque sabemos que esta mujer me ama y me cuida mejor que nadie, así como yo la amo a ella y prometo hacer todo lo que esté a mi alcance para que sea feliz y esté a salvo.- les confieso mirando a mi querida prometida a los ojos, quien muestra todos sus dientes y pasa sus brazos al rededor de mi cuello mientras suelta un chillido y besa mi mejilla de una manera aniñada que me encanta.

— Me molesta lo empalagosos que son.- dice Caro que está sentada frente a nosotros en la mesa e Ítalo asiente a su lado.

— Envidiosos...- le responde Ani y le saca la lengua.

— Tenes treinta Markhez... es hora de madurar.-

— Wow...- digo.— qué edad tenías cuando te conocí?.

— Veinticinco, no?.-

Suspiro.

— Eres una anciana.-

Un golpe fue lo que recibí de su parte.

— Au! Violencia domestica.-

— Me van a perdonar cuando cuente que queres hacer doble ceremonia.-

— No traeré a la mitad de Colombia hasta Argentina.-

Pone esos ojitos en blanco de la manera más insolente que tiene.

Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora