75. Atrapados

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Buenos Aires. Febrero 2020.

Anahí Markhez.

Estoy al borde del colapso. Mi respiración estaba agitadisima, quería que mi día termine.

Sólo tenía que echarlos de mi edificio.

— Se van.-

Les digo mientras Maca se acerca con unas carpetas.

— Te dejo esto.- apoyando lo que traía en la mesa de juntas, y desconecta el teléfono de línea de la sala de conferencias.— y me llevo estos.- mostrándome mi teléfono en una mano y el de línea en la otra.

— Qué?!.- trato de alcanzarla pero se fueron corriendo todos.

Lo empujaron a Juan Pablo dentro y cerraron la puerta.

La tensión se cortaba con un suspiro. Quería sacarme los tacos y tirárselos por la cabeza.

No me miraba.

No podía.

Ya había hecho eso conmigo.

Siempre lo hizo.

Y ahora estamos nuevamente acá, repitiendo historia.

Iba a decir algo, pero se me adelanta.

— Me trajeron engañado... me obligaron a venir aquí. Yo...-

— No me interesa.- niego con una sonrisa que trata de entender sus excusas.— honestamente no me interesa nada de lo que trates de explicar. Por qué habría de...?.-

— Porque esto es incómodo y hasta molesto!.-

— Y por qué es incómodo? Acaso sentis algo? Culpa? Pena? Enojo? Porque sino, no veo por qué debería de ser incómodo.-

Estaba enojado conmigo. Quería literal arrancarme los ojos por mi hipocresía y falsedad.

— Esto es una maldita broma? De verdad me lo preguntas?.- apoyándose sobre la mesa.

Yo me apoyo en la otra punta de la misma larga mesa, golpeando mis manos contra la mesa en un arrebato de rabia.— SI JUAN PABLO! Porque todas tus excusas para dejarme no tuvieron sentido, entonces me pregunto... estuviste este corto tiempo conmigo por PENA!?Primero por un simple juego, como te dije en España, un puto juego, después viste cuan jodida estaba y sentiste pena por mí, y por último, culpa...- mirándolo a los ojos.— nunca sentiste nada más por mí, el resto fue una mentira desesperada para evitar que me mate, pero te digo algo, no era estar con vos lo que me salvó, era tu confianza en mí. Así que perdón si no vuelvo a mi agujero.-

Me dirijo a la puerta detrás de él y trato abrirla, pero estaba cerrada con llave. — Ábranme.- dando un par golpes.

— Tu crees que todo esto fue un juego? Entonces todo el cariño que te di este tiempo te sabio a nada!.-

Bufo.— Ya te dije que tu pena no me interesa.- tironeo del picaporte pero no cede.— ABRAN!.- dando un par de golpes con el puño.

— Vida mía, te confundes si crees que eso fue pena, no puedo creer que estés así de ciega y no puedas distinguir un sentimiento verdadero.- detrás mío, con un sarcasmo bastante enojado.

— Y qué mierda queres que haga?! Eh?!.- en susurros.— ya te dije que estoy estropeada, me echaron a perder, si, tenes razón, yo no distingo cuando alguien se me acerca con cariño genuino o simplemente me la quiere poner en una oportunidad de una noche, que pena, así me enseñaron.-

Sus ojos se volvieron negros.— Eres una hipócrita!.-

— Yo?! Decime quién me prometió cosas a pesar de que dije que odiaba las promesas?!.- vuelvo a la puerta.— ABRANME LA PUTA MADRE.-

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