74. Febrero

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Buenos Aires. Febrero 2020.

Juan Pablo Villamil.

— Qué pasó?- su voz me saca de mis pensamientos. Apoyo mis labios y el resto de mi cara sobre esa marca.

—Nada. Sólo que...- suspiro profundamente.—que al ver esto en ti, me pregunto, cómo fui tan tonto al dejarte venir aquí? Cómo pude dejarte tan sola?.-

Ella apoya su mano sobre mi cabeza.—Juan...-

—No Ani... recuerdo la primera vez que me contaste tus problemas, y la primera vez que te vi sufrir las consecuencias de todo eso. Te vi llorar en silencio por esos dolores, no me cuesta mucho imaginarte tirada sobre un charco de sangre, porque ya lo hice... ya te vi. Y al ver esto y saber exactamente lo que paso... imaginarte sacando los restos de vidrio de tu cuerpo, Dios, sólo me recrimino el haberte dejado sola.-

Villa?.- la voz de Moncho nuevamente.

No.

Otro sueño no, por favor.

Abro mis ojos, Simón a mi lado, en un avión, no recordaba mucho.

— No...- llevo mis manos a mis ojos.— por favor dime que no fue un sueño.-

— No socio, estamos en Buenos Aires. Lo sentimos pero debíamos hacerlo.-

— Debíamos?! Ustedes me toman por pendejo!?.-

— Es que eres terco Villamil, ya casi que rayas lo imbecil!- me dice Marto.

— No ve  que la niña lo quiere, le prometio todo, le prometió quedarse con ella y hacerla olvidar de todo, y mírate, tuvimos que meterle  algo en la bebida para subirte a esta cosa.-

— Son todos unos... unos...-

— Ni siquiera se le sale la palabra porque sabe que tenemos razón.-

Me cruzo de brazos y espero el aterrizaje para poder subirme a algún otro que me devuelva a Colombia.

Llegamos efectivamente, buscamos nuestras "maletas ligeras", y salimos discutiendo a la zona de arribos.

— Que me vuelvo!

— Usted se va a arreglar sus problemas.-

—No puedo creer que me hayan arrastrando...-

— Solo así...-

— No, no, me oyen!.-

— Nada, tu nunca...-

En eso, sentimos una presencia delante nuestro.

Violeta.

Y el chofer de Ana. Augusto.

Ninguno de los dos me miraban amablemente.

— No sabes lo mucho que te agradecemos Viole.- le dice Martín.

— No lo hago por él...- responde cruzada de brazos.

— Ya lo sabemos.- le dice Isaza.

— Y esto qué?!- Bastante sacado de quicio.

— Disculpe pri, podría ser primero al hotel de médicos y luego a la empresa? Alguien se tiene que bañar.- le pide Martín.

— No pienso ir a ningún lado, es más, me vuelvo...- dando media vuelta.

Los demás me agarran y me llevan a rastras.

— Camine si no quiere volver con la policia Villamil.- amenaza Simón empujando y señalando a los guardias que nos miraban.

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