108. Equivocados.

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Actualización.
Porque estoy en clase y me aburro.

Respecto del capítulo anterior, me olvidé de comentar que quiero probar en una narrativa erotica más descriptiva, para ver si logro meterme de lleno en una historia (no fic) que tenga estas características.
Así que díganme qué les pareció el capítulo anterior, plis.




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Bogotá. Junio 2021.

Anahí Markhez.

—Que bien se siente no tener que matar gatitos.- libera el aire contenido y hace que me ría por su comentario.

—Es obvio que vamos a pasar por la farmacia.- le digo todavía agitada, y es que me negaba a alejarlo, fetiches míos y esa necesidad de que se quede adentro mío, díganme loca, I don't care.

—Dijo que está con los anticonceptivos.- mientras seguía con besos sobre mi hombro y caricias sobre mi espalda.

—Si, pero el otro día fueron dos veces y ahora... digamos fue bastante- imaginando el serio problema que debe de haber allá abajo.

Trato de sacar eso de mi  mente moviendo mi cabeza y besándolo intensamente.—Vamos a ir a la farmacia y ese es el fin de la historia.-

Si bien pone una especie mueca, accede.

Tuve que limpiar mi maquillaje y meterme a bañar... sola... Juan Pablo tenía totales intenciones de entrar conmigo, pero me niego a seguir teniendo relaciones sin protección, no importa cuantas pastillas anticonceptivas tome... creo que debería de dejar descansar a mi suerte por un rato.

Nos alistamos y salimos algo apurados, teníamos que llegar a tiempo para el desayuno.

Estaba dispuesta a decir que fue mi culpa por una reunión de trabajo, no hay forma en el mundo de que les diga a mis suegros las formas en la que su querido hijo me lo hace en el escritorio.

Mejillas rojas... otra vez. Yo no me pienso quejar, eso estuvo muy bueno. Nos dejo con ganas de más... mucho más. Es más, vamos a dejar su sugerencia sobre hacerlo en la oficina en la caja de pendientes.

Mejillas más rojas... ahora me imagine contra la ventana... no hay manera de que me saquen esa idea de mi mente.

—Que tanto piensa?.- me pregunta atravesando su mano en mi campo visual.

Cómo hacer para no decirle a tu novio que querés hacerle de todo en ese preciso momento, dentro de la camioneta, al costado de la autovía y llegar mas tarde a cuidar a su madre?

No se lo decis.

Niego con la cabeza.—Tuve un sueño.- le digo con una sonrisa que le expresa que ese, gracias a los dioses, no fue ningún sueño.—Pero no te pienso decir qué soñé...-

Juan se ríe y se muerde el labio.—Pues yo te diré, que hoy a la mañana me sedujeron e hice con ella lo que se me antojó.- levanté una ceja.—No pareció quejarse... espero que le haya gustado.- estacionando en la entrada de autos de la casa de sus padres.

Yo suelto el cinturón de seguridad y me acerco a sus labios.—Me gustó tanto que cuando volvamos a la noche, voy a dejarte que me hagas tuya en esta camioneta.-

No me pregunten de donde saque esos modos, pero como dice el dicho: Perra y puta, pero así se disfruta, les aseguro que no tengo problema con eso.

Levanta una ceja, incrédulo.—En el asiento de atrás?.-

—Como a vos te guste.- Mordiéndole el labio... realmente no me alcanzó eso de hoy.

Juan suspira.—Mierda... gatitos tristes, gatitos abandonados...- haciendo que ría.

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