Destino?

93. Cuestion judicial. 2/3

Vayan a ver el anterior.
Capítulo 92.

Simón Vargas.

Ver cómo la cabeza de Isaza explotaba poco a poco fue divertido.

Bastante interesante.

Pero lo que no fue lindo, fue ver cómo Ana le cerraba la puerta del portaequipaje a la niña.

Martín por otro lado, se reía.

— Y usted de qué se ríe?! No ve que esto es grave?!.- trato de hacerlo entrar en razón mientras Isaza le grita a Villamil por teléfono.

— Que no ve que es obvio que está trucado?.- responde divertido y  baja el video a su portátil para usar uno de sus programas.

En efecto, al pasarlo a cámara lenta se notan los cortes del video. Con eso quedamos un poco más aliviados.

Cuando fuimos a la casa de Villa, nos quedamos aún más tranquilos al saber que Ana sabía lo que hacía y lo que se venía.

La niña había grabado a las otras dos niñas con su teléfono, exactamente igual al otro video, sólo que este esta completo y se puede ver cómo la amenazaban.

Por otro lado, revisó las redes de sus agresoras  y ubicamos los mensajes negativos que siempre le llegan a Emilia. Terrible sorpresa, las dos aparecen en esa lista de acosadores.

Le sumamos a su amiga abogada que fue a la Argentina para instruirse como relacionista internacional como Ana, que por suerte estaba en Medellin visitando a su familia.

Entonces las lecturas de las acusaciones contra Ana se dieron a los dos días de haber recibido la notificación, los contactos de las muchachas, los de Ana y los nuestros, ayudaron a que este tema se solucione rápido.

Llevamos a nuestros representantes, pero nos pidió que nos quedemos afuera del problema. Aún así, nos quedamos en la lectura por si llegaba a complicarse la situación.

Las niñas que la denunciaron, se presentaron con quien parece ser un buen representante según nuestros abogados.

La lectura acusaba a Ani de agresión psicológica a una menor de edad y agresión física a la amiga que por suerte ya estaba mayor; y además establecía pagar una multa y una compensación económica que cubriese los honorarios del abogado, la "atención psiquiátrica" de las afectadas y demás gastos.

Le dieron la oportunidad de declararse.

Procuró ser inocente y prosiguió a demostrarlo con las pruebas que reunió más el video y una comparación de uno con el otro.

Por otro lado, además de alegar a su inocencia, advirtió al juez que lleva su causa, que su contraparte había cometido injuria y perjuicio contra su persona, presentando evidencias alteradas y falsas, lo que empeoraba la causa y ahora incluso el Estado caía perjudicado por no haber estudiado las pruebas. Algo muy imprudente por parte del juez si me preguntan.

Ani y su abogada se pasaron media hora hablando de las responsabilidades del estado como benefactor xenófobo, teniendo en cuenta cómo todo se aceleró en cuanto se denotó la nacionalidad extranjera de Emilia.

Ella sabe bien que no todo Colombia presenta estas características horrendas, pero aprovechó para expresar su desacuerdo con el juez y su descontento con el representante administrativo del gobierno colombiano.

Ese señor pasó por todos los colores ya que, si bien Anahí podía elevar una causa en la embajada contra él, se sabía que quedaría ahí estancada; pero quedaba la niña abogada matriculada en Colombia, a ella si le harían caso.