51. Uno.

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Buenos Aires. Septiembre 2019.

Juan Pablo Villamil.

El cuarto tenía manchas de sangre por todos lados, era una escena de una película de terror. El piso, las paredes, el lavabo, el espejo roto... No puedo explicar el miedo que sentía mi cuerpo que lo expresaba de millones de maneras, pero yo sólo me concentraba en una sola cosa.

ANA!.-

Gritamos los dos al verla tirada en la bañera, en ropa interior con lo que sería una hoja bien afilada en las manos rojas.

Su torso y su pierna derecha, ambos cubiertos y perdiendo bastante sangre. Estaba semi consciente con la mirada perdida sollozando, perdiendo lágrimas por montón.

— Busquen toallas y cosas para curarla. Llamen una ambulancia.-

— No!.- grita ella y todos la miramos.— No, no llamen a nadie... déjenme acá...-

Me arrodillo delante de ella, a un costado de la bañera y le pido a los muchachos.— Traigan eso, luego veremos qué con lo otro.- acerco mi mano tímidamente a su rostro.— Ani...-

Me dolía ver todo esto. Me desesperaba ver todo esto. Y no era sólo la sangre. Era ver su piel trigueña pegada a sus huesos que salían para anunciar su nula alimentación.

Mis lágrimas comienzan a brotar.— Ani...- con la voz débil entrecortada.— Bonita, pero qué has hecho?.- era un niño asustado.— por qué lo hiciste?- mientras peino su cabello.

— Andate...- dice con las pocas fuerzas que tiene.

Deja vu.

- Andate... por favor...-
- No te dejaré. Te amo mucho como para dejarte hacer esto.-

En mis sueños, la sigo hasta una clínica... no pensaba dejarla sola, así como no pienso dejarla ahora.

— No te dejaré Ani... yo no seré así. Nunca te dejaré sola.- dirijo mi mano a las suyas.— entrégame eso.-

Ella suelta su agarre y deja al descubierto la cuchilla en su palma lastimada. Yo la tomo con cuidado y la tiro en el cesto.

— Ven conmigo bonita, quiero llevarte y curarte.-

— No...-

— Por favor... por favor Ani, hazlo por mí.-

— Juan... andate, antes de que sea tarde, te enamores y termine siendo una triste carga de caridad para vos también.-

— No hables así Ana, aquel tipo no fue lo suficientemente hombre, fue un cobarde, el no supo cómo cuidar tu noble corazón, y es un idiota, el más grande al que casi muelo a golpes de no ser porque moría por venir tras de ti.-

— Solo decepciono... te vas a cansar... se van a cansar. Todos lo hacen eventualmente y esta bien, porque ni yo puedo con lo que veo en el espejo.-

Cada una de sus palabras me estaban matando por dentro.

— Te equivocas hace casi un año que vengo tratando de encontrar una forma de llevarme contigo.-

— Sos el que peor me cae y aún así sos el único que está.-

Me sonrío, pareciera estar volviendo en si.

— Ya preparamos todo en su habitación.- me dice Isaza en lo que me entrega una toalla para taparla.

— Ayúdame bonita, ponte de pie. Yo te llevaré.- estirando mi mano.

Ella accede y la ayudo a ponerse de pie, para envolverla con la toalla. La levanto y la llevo en mis brazos a donde me dicen los demás.

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