114. Agradecimientos.

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Buenos Aires. Agosto 2021.

Anahí Markhez.

Solo dormimos unas horas.

Me quedé sollozando en su pecho mientras el besaba mi coronilla repitiendo que odiaba el sueño, que odiaba a Tomas, que odiaba mi trabajo y que quería que me vaya a vivir con él.

Pero aún así, no puedo irme. No se si lo voy a poder hacer algún día. Es egoísta dejar que me espere.

Sollozo nuevamente creyendo que estaba dormido, pero no es así.

— Ya amor, todo está bien...- poniendo sus manos sobre mí.

Me siento cruzando mis piernas y el me mira con el ceño fruncido.

Negué.— No es justo que te haga esto.- mis labios comenzaron a temblar y mis lágrimas precipitaron antes de lo pactado.

Juan se alarma y se sienta poniendo sus manos en mi cintura, pero me suelto.

— Nunca voy a poder irme Juan Pablo... no puedo darte eso que vos queres...-

— De qué carrizos hablas Anahí?.-

Me puse de pie y tomé aire.

— No puedo hacer esto... no puedo tenerte acá rogándome que vaya con vos, porque es obvio que nunca me voy a ir, toda mi vida está acá y... y... es egoísta que te tenga angustiado de esta manera, no es justo, simplemente no lo quiero para vos...- le digo con dificultad, ya que todo mi ser temblaba temeroso de lo que estaba haciendo porque la verdad era que no me importaba seguir como veníamos, pero sólo pensaba en mí. No puedo hacer que venga de la nada a buscarme para asegurarse de que estoy bien. No puedo seguir viendo cómo se decepciona cada vez que me niego ante su sugerencia...

— No te puedo prometer na-da...- me estaba comenzando a hiperventilar.

Juan viene a mi.

— No me vengas con esas pendejadas Emilia.- me dice enojado.

— Nunca te obligaría a venir conmigo. Sólo te sugiero que te alejes de todo esto que pone en peligro tu vida... si, me haría extremadamente feliz que vengas conmigo, bonita, pero la verdad es que yo ya superé cualquier límite de felicidad sabiendo que me esperas en algún lado y de que tienes la certeza de que espero con ansias el vuelo que nos lleve de regreso al otro...-

Lloro aún más.— Yo quiero que seas feliz...-

Abraza a ese manojo de nervios con puchero caído y se ríe.

— Soy mucho más que feliz. Estoy feliz porque tengo a mi novia que se recuperó completamente de una enfermedad conmigo a su lado, porque se tituló de dos profesiones conmigo a su lado, porque estuvo a mi lado cuando más la necesité, porque la empujo a dar lo mejor para que sea mi sexy doctora... y sobre todas las cosas... estoy feliz porque está viva.- dice con una voz temblorosa.— a pesar de haber visto la muerte más de una vez.-

Resoplo frustrada.— No ves que estoy tratando de dejarte?!.- le digo mientras lo abrazo por la cintura.

— Pues poca credibilidad tienes cuando en el discurso dices que me amas, eres pésima para esto...-

Me alejo para poder verlo.

— No dije que te amaba...- al menos no en el discurso.

— No, pero me miras con esos ojitos que pones siempre que me lo dices... así que te buscas otra excusa, porque no la compro.-

— Aysh, cómo haces para que te ame tanto?!.- le exclamo frustrada y me tiro en la cama.

El viene y se deja caer encima mío con cuidado de no lastimarme más de lo que estaba.

Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora