Bogotá. Diciembre 2020
Juan Pablo Villamil
Subimos con Ana y el enorme paquete.
Buscó las llaves en mis bolsillos y abrió la puerta.
Dejo sus cosas en el sillón mientras yo dejaba esa cosa en la mesa del living y lo miraba extrañado.
— Tenemos que abrirlo.- dijo emocionada, quería ver.
— No!.- agarrando su mano.
— Juan, es un paquete, vino por correo, tiene tu nombre, el correo se abre...- como si fuese obvio.
— No sabemos que puede ser... y si es droga? Y si creen que soy traficante y la DEA me siguió hasta aquí y se alió con la división especial contra el narcotrafico en Colombia? Y si...-
— Y si Pablo Escobar no está muerto y te quiere usar de mula?.- haciéndome ver lo estupido de mi dramatismo.— me llevarán presa, quiero saber qué onda...-
— No!.- otro grito.
— Dejá de gritarme!.-
— Lo abriré yo, no quiero que te explote en esa carita que tienes.-
Pone los ojos en blanco y levanta sus manos en rendición, para luego sentarse sobre el sillón, descalzarse y cruzar las piernas sobre el asiento.
Uso una navaja para cortar la cinta adhesiva y la miro mientras abro la primer solapa. Ella aprieta sus dientes mostrando su sonrisa mientras achina los ojos esperando una especie de sorpresa.
Me fijo y dentro había una figura empapelada, resguardando los golpes.
— Qué...?- pregunta golpeando sus rodillas.
Saco la figura de la caja y comienzo a romper el papel.
Al terminar y descifrar en una primera instancia lo que era el paquete, me pongo de pie, como si fuese una bomba.
— QUÉ?!.- golpeando sus rodillas más fuerte e impacientemente.
Me agacho y levanto el objeto quitando la envoltura completamente sacando un estuche.
Ella me mira divertida.
— Que?.- insiste pero ya revelado su secreto.
Quito todo de la mesa para dejar solamente el estuche.
"Deering". Decía el bordado dorado sobre el cuero negro.
Abro el maldito estuche y lo primero que veo es un Banjo Deering Black Dimond cinco cuerdas.
Un gran lujo.
Miro en la tapa del estuche y había una nota cosida levemente.
Perdón por la demora.
Feliz cumpleaños, amor.
E.A.O.MMe vuelvo a alejar y me levanto de golpe.
Era exactamente el mismo banjo que me regala en el sueño... sólo que ella no estaba conmigo.
La sensación de ese recuerdo me invade y me emociono como si lo estuviese viviendo nuevamente.
Llevo una mano a mi frente. Mi respiración estaba agitada.
Realmente estaba impresionado.
La miro a los ojos y ella se hace la que mira a cualquier otro lado, menos a mí.
— Estás loca...- negando con la cabeza aún sin creer.— completamente loca.-
— Teóricamente estoy en recuperación.- poniéndose de pie, estirándose sobre el estuche tratando de ver el instrumento.
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Destino?
Hayran KurguJuan Pablo tuvo un sueño. Pero no fue cualquier sueño. Fue uno que le transmitió una cantidad ínfima de sensaciones y sentimientos que lo descompaginaron. Luego de despertar y ver que nada de eso fue real, va a tener que lidiar con la realidad y co...