97. Navidad.

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Bogotá. Diciembre 2020

Juan Pablo Villamil

Subimos con Ana y el enorme paquete.

Buscó las llaves en mis bolsillos y abrió la puerta.

Dejo sus cosas en el sillón mientras yo dejaba esa cosa en la mesa del living y lo miraba extrañado.

— Tenemos que abrirlo.- dijo emocionada, quería ver.

No!.- agarrando su mano.

— Juan, es un paquete, vino por correo, tiene tu nombre, el correo se abre...- como si fuese obvio.

— No sabemos que puede ser... y si es droga? Y si creen que soy traficante y la DEA me siguió hasta aquí y se alió con la división especial contra el narcotrafico en Colombia? Y si...-

— Y si Pablo Escobar no está muerto y te quiere usar de mula?.- haciéndome ver lo estupido de mi dramatismo.— me llevarán presa, quiero saber qué onda...-

— No!.- otro grito.

— Dejá de gritarme!.-

— Lo abriré yo, no quiero que te explote en esa carita que tienes.-

Pone los ojos en blanco y levanta sus manos en rendición, para luego sentarse sobre el sillón, descalzarse y cruzar las piernas sobre el asiento.

Uso una navaja para cortar la cinta adhesiva y la miro mientras abro la primer solapa. Ella aprieta sus dientes mostrando su sonrisa mientras achina los ojos esperando una especie de sorpresa.

Me fijo y dentro había una figura empapelada, resguardando los golpes.

— Qué...?- pregunta golpeando sus rodillas.

Saco la figura de la caja y comienzo a romper el papel.

Al terminar y descifrar en una primera instancia lo que era el paquete, me pongo de pie, como si fuese una bomba.

— QUÉ?!.- golpeando sus rodillas más fuerte e impacientemente.

Me agacho y levanto el objeto quitando la envoltura completamente sacando un estuche.

Ella me mira divertida.

— Que?.- insiste pero ya revelado su secreto.

Quito todo de la mesa para dejar solamente el estuche.

"Deering". Decía el bordado dorado sobre el cuero negro.

Abro el maldito estuche y lo primero que veo es un Banjo Deering Black Dimond cinco cuerdas.

Un gran lujo.

Miro en la tapa del estuche y había una nota cosida levemente.

Perdón por la demora.
Feliz cumpleaños, amor.
E.A.O.M

Me vuelvo a alejar y me levanto de golpe.

Era exactamente el mismo banjo que me regala en el sueño... sólo que ella no estaba conmigo.

La sensación de ese recuerdo me invade y me emociono como si lo estuviese viviendo nuevamente.

Llevo una mano a mi frente. Mi respiración estaba agitada.

Realmente estaba impresionado.

La miro a los ojos y ella se hace la que mira a cualquier otro lado, menos a mí.

— Estás loca...- negando con la cabeza aún sin creer.— completamente loca.-

— Teóricamente estoy en recuperación.- poniéndose de pie, estirándose sobre el estuche tratando de ver el instrumento.

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