37. Un par más.

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Buenos Aires. Febrero 2019.

Anahí Markhez

— Y entonces?.-

— No pude. Su novia... creo que ella quiere dejarlo, no... ella lo ama pero se siente mal porque dice que no son lo que eran antes.- paso mi mano por mi frente para sacarme la transpiración.— no se Mare. No puedo evitar sentirme culpable.-

— Por?-

— Porque todo cambió cuando me conoció. Él cambió ... y me cambió a mí, siento que se me pegó su terquedad, yo era más fría. Ahora siento que tengo que insistir. Ejemplo: el otro día cuando hablé con él me dijo que no pasaba nada. A la primera ya habría desistido y le hubiese dicho "Ey, mira, todo bien pero no quiero hablar más con vos." Ahora simplemente le insistí que me cuente y todo para qué? Para terminar diciéndole que no lastime a la flaca, que le sea honesto, y evité decirle lo que yo quería por miedo a hacerle peor de lo que ya estaba.-

— Lo peor... es que te podes hacer mal vos si seguís con esto...-

— Qué?! No exageres, fue algo que pasó. Listo, no es que me enamoré del flaco.-

— Pero si de Diego.-

— No quiero hablar de él.-

— Él sabía qué pasaba. Te dijo que tenía sus sospechas y dijo que caíste con Juan y para mí que tiene razón...-

— Qué?! Marena por favor, deja de decir pavadas!.- le digo con una sonrisa sarcástica.

— Yo sólo digo lo que veo. Juan Pablo te está complicando la vida, pero sólo porque te gusta, y va más allá de eso. Sino, ya le habrías dicho "ponete media pila y busca a la flaca" no le habrías hecho elegir entre un si o un no.-

— Porque no lo voy a obligar a salir con alguien que no quiere de esa manera.-

— Lo dijiste porque no queres sentir culpa. No queres que la novia siga sufriendo, que no sufra por tu culpa. Aunque para mí, no es tu culpa enamorarte y que te correspondan.-

Simplemente pongo los ojos en blanco y vuelvo a mi rutina de ejercicios. Necesitaba descargar todo lo que Mare me ayudó a cargar.

Ya pasó casi un mes desde que los chicos empezaron la gira, y si, estoy evitando a Juan, pero no lo hago de mala persona, realmente estoy atareada, quiero terminar con mis estudios y dejo el teléfono en silencio. Uso todos los tiempos posibles y siempre me encuentro con que me estuvo llamando. Cuando eso pasa, le explico, se que no es necesario, pero así tendría algo que contar.

Es raro pero siento que tengo su apoyo incondicional. Se la pasa diciéndome que confía en que me va a ir bien, que soy capaz y muchas cosas más. Lo que tiene de particular y diferente de los demás... le creo. Siento que de verdad cree en que puedo con todo.

Eso no me ayuda a dejar de hablarle.

Ese día a la noche, mi teléfono suena desesperadamente, estaba tomando una siesta a las diez de la noche porque realmente estaba muerta.

Lo ignoré la primera vez, pero insistió.

Era Juan Pablo, quién más?

Hola?.- con mi hermosa cara y esa voz que anuncia que voy a matar a alguien.

Buenas... noches?- escucho que me toma el pelo, no me podía despertar.

Noches...- le respondo casi yéndome al mundo de los sueños.

Ani! Despierta bonita, no hablo contigo hace semanas!-

— Es que hoy hubo mucho trabajo y después entrené, y tomé una siesta para estudiar un poco más cuando me levante.-le digo mientras me siento con el teléfono en la mano y lo apoyo para peinarme.

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