♥ Aquelarre ♥ Chankai [Exo]

Especial II

¿Cómo se revive un clan? Esa era la pregunta que daba vueltas sin descanso en las mentes de las tres figuras que se deslizaban por la oscuridad de ese día nublado, buscar un territorio era lo más sencillo, utilizarían el destruido y abandonado castillo Wu, donde habían nacido (dos de ellos) pero tuvieron que dejar en ruinas.

—Te ves algo triste— BamBam se oía preocupado.

—¿Yo?— Sehun se señaló a sí mismo con duda.

—Sí— asintió con ánimo.

Desvío la mirada hacia un lado, YiFan caminaba un paso adelante pero le prestaba atención a su conversación, suspiró al no escuchar una respuesta. Por supuesto que lo había notado, después de todo era su hermano mayor, lo conocía lo suficiente como para saber que algo no estaba bien a pesar de su rostro inexpresivo. BamBam no se rindió, volvió a preguntar.

—¿No querías irte del castillo Kim?— no tenía malas intenciones.

—Yo...— no podía responder.

—Shh— YiFan los silenció —Creo que hay alguien— sus sentidos no parecían reaccionar como siempre.

El olor de un humano inundaba sus sentidos, impidiéndole concentrarse bien, ese olor era extraño, algo no estaba bien. Ese olor parecía atraerlo, como un adicto en recuperación que recaía, no le era posible controlarse. Comenzó a caminar sin prestar atención a sus dos acompañantes, prácticamente estaba volando, levitando hacia algo desconocido pero tan deseable.

Sehun miró a BamBam con el ceño fruncido, el mayor le devolvió la mirada con duda, después de asentir en acuerdo mutuo y silencioso, siguieron al mayor de los tres. YiFan se dirigía a un pueblo que estaba bastante cerca, era un pueblo oscuro y con un ambiente tétrico, la definición perfecta de "un pueblo abandonado por Dios".

Casas pequeñas y casi en ruinas les dieron la bienvenida, las calles solitarias y sin ninguna luz eran alarmantes, miraron alrededor esperando encontrar monstruos como ellos o peores y más aterradores. Ese pueblo parecía el ambiente propicio para la creación de bestias o el infierno perfecto para castigar a los peores pecadores.

—¿Dónde esta YiFan?— BamBam fue el primero en notar la ausencia del mayor.

—¿Eh?— Sehun miró alrededor confundido —No puede ser— suspiró.

No era posible, simplemente no era posible. Eran vampiros al igual que YiFan ¿Cómo podían no sentir su presencia? El olor del mayor era débil, difícil de detectar pero no imposible, estaba realmente lejos ¿Cuándo llegó al otro lado del pueblo? Emprendieron su camino en busca de él, esperando que realmente fuera él, podían sentir la presencia de un vampiro en esa dirección pero no podían asegurar que se tratará de él.

—¿Hola?— era solo un murmullo —¿Hay alguien?— preguntó dudoso aún sabiendo la respuesta.

Podía sentirlo, el olor de esa sangre era lo que siempre había esperado encontrar. Lo sabía. Lo sentía. Ese olor pertenecía a su pareja, aquella criatura que estaba destinada a ser su acompañante, su amante eterno. Alguien que debería amarlo solo a él y para siempre sin ninguna excepción.

Continuó adentrándose en el callejón, podía sentirlo tan cerca pero lejos, el olor era débil, su presencia parecía desvanecerse con el paso de los segundos ¿Estaba muriendo? Apresuró el paso, sus colmillos sobresalieron, estaba tan cerca de encontrarlo. Al otro lado del callejón, detrás de basura tirada en un montón en el suelo y tendido como un cadáver, había un chico. O lo que quedaba de un chico.