♥ Aquelarre ♥ Chankai [Exo]

Especial III

"La familia es primero", esa era la regla de oro en el clan Kim. MinSeok nació bajo el seno de ese clan, al igual que Jongdae, quien apenas tenía unos años menos que él. Se criaron con amor y una amistad fuerte, siempre juntos, como almas gemelas nacidas específicamente para amarse y acompañarse. El apoyo y la confianza mutua eran las bases de su inocente pero duradera relación.

—¿Crees que algún día encuentre a mi compañero de la eternidad?— preguntó con inocencia.

MinSeok lo miró y sonrió, estaban sentados frente a la fuerte, mirando la hermosa noche. Jongdae tomó su mano como siempre solía hacer y apretó el agarre, esperando una respuesta por parte de su mejor amigo, el mayor amplió su sonrisa. Desvío la mirada al cielo nocturno y suspiró, su voz era dulce y aniñada.

—¿Por qué piensas en eso ahora? Sólo somos niños— murmuró aún sin mirarlo directamente.

Jongdae lo miró con el ceño fruncido pero sin atreverse a objetar, los compañeros de la eternidad solo podían ser hallados después de la madurez y ellos apenas pasaban los diez años, entre los límites de ser niños y convertirse en adolescentes (según las creencias humanas). Para ellos era algo más complejo, su madurez llegaba naturalmente a los veintiún años pero en la percepción humana del tiempo eran aproximadamente cien años.

—¿Qué pasa si nunca lo encuentro?— Jongdae parecía decaído.

—Aún estaré a tu lado— MinSeok sonrió.

El menor lo miró en silencio sin expresión, apretó los labios, sintiéndose inseguro de qué decir ante eso. Desvío la mirada al cielo, al mismo lugar donde MinSeok tenía pérdida la vista, sus ojos rojos volvieron a caer en la pequeña figura de su mejor amigo y una sonrisa se formó al ver su perfil tranquilo.

—¿Lo prometes?— había emoción en su voz.

El mayor lo miró con el ceño fruncido como si pudiera negarse a hacer algo así, rió suavemente al ver la expresión contrariada de su mejor amigo, movió la cabeza en negación mientras volvía a mirar al cielo. Jongdae parecía desilusionado por aquella respuesta silenciosa, se levantó dispuesto a marcharse pero se vio detenido al escuchar la voz divertida del contrario.

—Por supuesto que lo prometo— MinSeok tenía una gran sonrisa —Pensé que era algo obvio— Jongdae volvió a sentarse a su lado.

Miró al mayor con el ceño fruncido y los ojos cristalizados, realmente había creído que MinSeok podría... Suspiró mirando nuevamente al cielo, movió la cabeza de un lado a otro, buscando relajarse y estiró los brazos. Llamó la atención de su mejor amigo al tomarlo de los hombros y girarlo, quedando frente a frente con sus rostros demasiado cerca.

MinSeok se sentía nervioso, no solo por la cercanía, sino también por la mirada fija de Jongdae en su rostro. Sus rostros estaban acercándose peligrosamente, el mayor pasó saliva con pesadez ¿Qué estaba sucediendo? El menor tomó sus mejillas rellenitas y cortó el poco espacio que los separaba, sus labios se tocaron superficialmente, por apenas unos segundos para separarse inmediatamente.

—Es una promesa— Jongdae le sonrió.

MinSeok estaba desorientado y avergonzado, se levantó torpemente y susurrando una disculpa, se adentró rápidamente en el castillo. Jongdae sonrió, mostrando su única y felina sonrisa llena de diversión, se levantó sacudiendo su ropa de cualquier suciedad y caminó sin afán. Miró alrededor, tal vez buscando a su mejor amigo o simplemente buscando alguna distracción, molestar al mayor era divertido pero nunca debía excederse.