♥ Aquelarre ♥ Chankai [Exo]

19.

Aunque tal vez era algo pronto. Estaba emocionado, no había duda en ello pero tal vez, solo tal vez, estaban avanzando muy rápido. Chanyeol apretó con fuerza el agarre en sus caderas y mordió su labio inferior, sacando un poco de sangre, era exitante pero sentía que algo no estaba completamente bien. Se separó un poco del mayor y lo miró con preocupación.

—¿Príncipe Park...?— no pudo terminar de hablar.

Al llamarlo así, Chanyeol pareció reaccionar de mala manera, se acercó rápidamente a él y lo tomó con fuerza de la cadera, alzandolo con facilidad. Lo llevó a la cama y lo dejó caer sin delicadeza, su espalda hubiera sufrido de no ser por la cama bien alcolchonada, frunció el ceño sin entender lo que le sucedía al mayor. Chanyeol se acomodó en medio de sus piernas y se acercó peligrosamente a su rostro.

—¿Qué estás hacien...?— nuevamente fue interrumpido.

Chanyeol desgarró su camisa, dejando a la vista su perfecto cuerpo, no era capaz de entender lo que le sucedía. Movió la cabeza para esquivar los labios del mayor, eso pareció molestarlo, sus ojos viajaban entre el negro y el rojo. No era él mismo, estaba ido y no respondía a sus intentos por hacerlo reaccionar, cerró los ojos al ver como sus colmillos sobresalían y lo inmovilizaba para acercar la boca a su cuello.

—¡Chanyeol!— gritó desesperado.

Eso funcionó, el mayor volvió en sí y abrió los ojos horrorizado por ver lo que había hecho, soltó las manos del menor y saltó hacia atrás. Su espalda chocó contra el librero que estaba frente a la cama, el ruido que produjo no había sido demasiado fuerte pero el silencio de la habitación lo hizo parecer así, algunos libros cayeron mientras Jongin se sentaba y lo miraba.

—¿Estás bien?— preguntó sin apartar la mirada.

Levantó la mirada del suelo y la fijó en su cuerpo, Jongin se acomodó mejor mientras cubría su pecho descubierto con los brazos y manos, Chanyeol desvío la mirada con la respiración agitada y sus manos fuertemente sostenidas del librero. Sus ojos seguían cambiando de color, se estaba conteniendo y eso parecía afectarle más, su cuerpo temblaba notablemente. La puerta se abrió bruscamente, haciendo que ambos se sobresaltarán y mirarán en esa dirección.

—¡¿Qué sucedió?!— Jaebum estaba histérico.

Entró en la habitación mirando alrededor con preocupación, primero vio a Jongin sentado en la mitad de la cama, abrazándose a sí mismo para cubrir su aparente desnudez y luego a Chanyeol que se sostenía fuertemente del librero y lo miraba fijamente. Pasó saliva nervioso, tenía los ojos completamente negros y parecía verlo con odio.

En la mente de Chanyeol, nublada por la sed de sangre, solo se repetía una escena: cuando Jaebum sostenía a Jongin del cuello contra la pared. Eso lo enojaba horriblemente. Sus colmillos sobresalían peligrosamente y sus manos comenzaron a soltar el librero poco a poco. Estuvo frente a Jaebum en tan solo un parpadeo, relamio sus labios, lucia tan amenazador.

—¿Bummie?— JinYoung entraba en la habitación.

No pasaron ni tres segundos cuando el resto del clan estaba presente pero no hubo reacción, no había forma de intervenir, no había forma de poder ir contra su líder. Jongin miraba desde la cama en silencio, Chanyeol sostenía a Jaebum del cuello contra la pared y nadie era capaz de intervenir, frunció el ceño recordando cuando JungMyeon estaba castigando a Jongdae y el resto del clan permaneció inmóvil. Aún era capaz de sentir esa horrible sensación.

Sus ojos se abrieron con terror, Chanyeol sostenía a Jaebum del hombro con una mano y con la otra su cuello mientras sonreía de manera escalofriante, planeaba quitarle la cabeza. Se levantó rápidamente y sin considerar tener dudas, corrió hacia ellos y embistió a Chanyeol, tumbandolo y rodando juntos por el suelo. Tomó las manos del mayor e intentó inmovilizarlo con toda la fuerza que poseía.

—Vayanse— murmuró con dificultad —¡Ahora!— gritó enojado.

Changkyun y JinYoung se acercaron a Jaebum que respiraba agitado en el suelo mientras acariciaba su lastimado cuello, unos segundos más y hubiera terminado sin cabeza, sin la poca vida que lo mantenía de pie para beber sangre. Los demás también parecieron reaccionar y rápidamente abandonaron la habitación, dejándolos solos nuevamente.

Estaba sobre el mayor pero no parecía ser ninguna ventaja, Chanyeol se removía violentamente, buscando liberarse. Sus piernas presionaron con fuerza, con gran esfuerzo logró sostener las dos manos contrarias con una de las suyas y así dejar una libre, tapó la boca y nariz para evitar que siguiera oliendo la sangre. Eso pareció calmarlo un poco, al menos para que pudiera idear un mejor plan.

—Quieres sangre, ¿cierto?— sonrió de lado.

Era obvio por el deseo que expresaban los ojos contrarios, levantó la mano, dejando la boca y nariz nuevamente libres. Mordió levemente su labio inferior, no estaba seguro de lo que haría pero no tenía muchas opciones, ¿o si? Acercó su muñeca a la ansiosa boca de Chanyeol y dejó que los comillos atravesarán su fría piel.

—Ah~

¿Qué había sido eso? ¿Acaso gimió? Su sangre siendo succionada por Chanyeol le entregaba una sensación mucho más exitante que el beso, sus piernas perdieron fuerza, dejando de sostenerlo inmóvil pero el mayor ya no buscaba escapar. Sus ojos estaban cerrados, concentrado en disfrutar únicamente de esa sangre que viajaba por su cuerpo, tan revitalizante.

—¿Chanyeol~?— se sentía extraño.

No había respuesta por parte del mayor, quien estaba dedicado a beber su sangre, a nada más. Soltó sus manos para apoyarse en el suelo, su respiración se agitó, el aire entraba y salía sin ritmo. Su pecho subía y bajaba siguiendo ese desordenado movimiento, no entendía por qué actuaba de esa manera, por qué su cuerpo reaccionaba así por una simple mordida.

Abrió los ojos, los había cerrado inconscientemente por todas las nuevas sensaciones, miró el rostro de Chanyeol, quien disfrutaba en sobremanera de beber su sangre. Volvió a cerrar los ojos, se comenzaba a sentir débil, algo no estaba bien. Abrió los ojos (nuevamente) y miró alrededor, todo se veía borroso, su cuerpo perdía fuerza incluso había comenzado a temblar.

—¿Qué sucede?— preguntó al aire.

Las manos de Chanyeol sostenían su brazo con firmeza, impidiendo que se alejará pero no lo haría, después de todo ya no tenía la fuerza necesaria para hacerlo. Comenzó a inclinarse al frente, ni siquiera era capaz de sostenerse, su cuerpo cayó sin ninguna pizca de resistencia. Sus ojos se cerraron y estaba muy seguro de que no podría volver a abrirlos por su propia cuenta, así como no podía mantenerse despierto.