♥ Aquelarre ♥ Chankai [Exo]

13.

Miró al mayor con duda ¿De qué quería hablar exactamente? Él creía estar seguro de lo que quería preguntar pero ¿Luhan? ¿Qué podría decirle? No eran tan cercanos para contarse sus problemas más íntimos o tener charlas de corazón a corazón, era extraño que estuvieran los dos a solas, nunca habían tenido tal oportunidad.

Su mirada fue atraída por la luz que lograba colarse a través de las cortinas cerradas, Luhan estaba parado junto a la ventana con la vista pérdida en la pared a su espalda, Jongin suspiró llamando su atención y sacándole una sonrisa suave ¿A qué se debía esa acción? ¿Qué era exactamente lo qué quería?

—Cuando estuve en el Aquelarre Park, el Príncipe me preguntó por ti— le contó sin borrar la sonrisa.

—¿Por mi?— era imposible de creer —Eso no es posible— negó completamente incrédulo.

—Es verdad— se defendió —Me preguntó tu nombre y me pidió un favor— dijo serio.

—¿Mi nombre? ¿Un favor?— susurró aún sin creerlo.

—Sí, toma— le tendió una carta.

Jongin parecía reacio a recibirla, sus ojos lucían tan dudosos y sus manos temblaban, estaba inmóvil con la carta frente a su cuerpo. Luhan sonreía con paciencia, suspiró y tomó una de las manos del menor con cariño, dejó la carta sobre ella y retrocedió unos pasos, dispuesto a no tenerla devuelta.

—Yo...— no sabía cómo reaccionar.

—Tranquilo, no tienes que decir nada— dijo con suavidad.

Jongin miró la carta en su mano y luego la sonrisa contraria, Luhan le palmeo el hombro y abandonó la habitación rápidamente, ya había cumplido con el favor y estaba dispuesto a no repetirlo. No quería problemas con el Príncipe Kim o YiFan. Suspiró aliviado, sonrió y caminó con rapidez, buscando a Mark para continuar con aquella improvisada visita.

Se quedó petrificado, su mirada viajó nuevamente hacia su mano, la carta lucia tentadora pero también le aterraba. Caminó sin prisa hacia su cama y se sentó sobre el cómodo colchón, sus ojos fijos en aquel sobre algo amarillento y gastado ¿Cómo se sentía? Más que molesto, estaba dolido. Sus palabras habían logrado lo que ningún golpe había podido, lastimarlo profundamente.

Cegado por esos sentimientos negativos, arrugó la carta en su mano y la escondió bajo su almohada, tal vez de manera inconsciente aún quería conocer su contenido pero no en ese momento que recordaba vividamente su dolor y decepción. Suspiró mientras miraba hacia la ventana, realmente se sentía tan inseguro, no sabía que hacer.

—¿Qué estoy haciendo?— murmuró cerrando los ojos —¿Qué debería hacer?— estaba tan frustrado —¿Qué me haz hecho?— ya estaba a punto de colapsar.

Se dejó caer hacia atrás, siendo recibido por el colchón, suspiró aún con los ojos cerrados y colocó uno de sus brazos sobre su rostro. Se había sentido realmente mal durante varios días y Chanyeol terminaba mandando una carta, no podía creerlo, se levantó de un salto y caminó a la puerta. No debería estar deprimiendose en su habitación.

El tiempo era cruel. Se sentía eterno mientras miraba el sobre arrugado, sin atreverse a abrirlo pero cuando miraba hacia la ventana, ya había anochecido o amanecido. Un suspiro abandonó sus labios mientras volvía a dejar el sobre bajo su almohada ¡Era un vampiro! ¿Cómo podía ser tan cobarde? Salió de su habitación con la cabeza gacha, vagando por el castillo sin rumbo fijo.

—Buenos días— saludo a Jin.

—Buenos— murmuró pasando por su lado.

Volvió a suspirar, la mayoría seguían molestos por su "aventura". Quería hablar con alguien, sacar todas sus emociones y tal vez recibir algún consejo pero ¿Quién? JungMyeon siempre era un buen hermano mayor pero su odio hacia Chanyeol, lo hacía dudar de recibir ayuda de forma neutral.

Su primo también era una buena opción pero aún estaba resolviendo las cosas con su pareja, Jongdae estaba realmente herido y MinSeok intentaba recuperar la confianza que él mismo había arruinado. Definitivamente, no sería capaz de complicarle más las cosas. Después de todo, la culpa recaía en él con más fuerza.

—YuGyeom— negó —Mark— volvió a negar.

Los mayores apenas si le dirigían la palabra, eran los más dañados (sentimentalmente) por sus acciones. Namjoon también era de confianza y tenía una leve idea de su problema pero por esa misma razón, resultó estar más decepcionado que la mayoría. Los hermanos Lee siempre estaban apegados a las reglas y no eran capaces de mentirle a JungMyeon, no por segunda vez en sus largas vidas.

—¿Taehyung?— era el único.

Suspiró derrotado, no era posible, Taehyung era el vampiro con el que menos hablaba o pasaba tiempo incluso tenía más esperanza de ser escuchado por Jin. Continuó vagando, sus pensamientos lo tenían ido, sus pies actuaban por voluntad propia y realmente no le molestaba.

—Luces mal— era la voz de Taehyung.

Miró alrededor, buscándolo, sus sentidos actuaron con precisión pero confundiendolo con el resultado. Taehyung colgaba del techo. Con solo una mano sosteniendose de una viga de madera y una expresión serena, lo observaba en silencio desde arriba. Jongin ladeo la cabeza a un lado, confundido. El mayor se soltó, cayendo con gracia y sin hacer ruido frente suyo.

—Por tu expresión...— dijo analizandolo —Creo que necesitas hablar y ser escuchado— asintió para sí mismo, convencido.

Agachó la cabeza, derrotado. Tenía razón ¿Era tan obvio su estado anímico? Sonrió con ironía pero rápidamente sintió ganas de llorar, se vio sorprendido cuando su muñeca fue envuelta por una mano delgada y larga, levantó la mirada del suelo para mirar a Taehyung, incrédulo por su inesperada acción.

—Tú necesitas hablar...— dijo suavemente —Y yo te puedo escuchar— sonrió.

—¿Lo harías?— Taehyung asintió.

Fue capaz de sonreír con sinceridad en mucho tiempo, se dejó arrastrar por el mayor, Taehyung sostenía su muñeca con fuerza pero sin lograr lastimarlo. Caminaron rápidamente por los pasillos, evitando a sus amigos a toda costa, no era común verlos juntos y podrían levantar sospechas. Bueno, no estaban haciendo algo malo pero querían privacidad.

—¿La tuya o la mía?— preguntó Taehyung sin disminuir el paso.

—¿La mía?— el mayor tomó eso como una respuesta.

Terminaron usando su velocidad sobrehumana para llegar a su habitación, se quedó de pie en la mitad del cuarto mientras Taehyung asomaba la cabeza para asegurarse de estar solos y cerraba la puerta al comprobarlo. Se giró hacia él y lo miró en silencio, esperando pacientemente a que hablará. Ya no había vuelta atrás.