Especial IV

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Un simple ladrón. Bueno, tal vez no tan simple. Su rostro era conocido en todo su pueblo natal y algunos de alrededor, una sonrisa de lado se formó al ver aquel trozo de papel amarillento colgado en el muro de la taberna, su rostro estaba mal dibujado; los ojos eran demasiado grandes (aún para él), su nariz no era tan puntiaguda y las cejas formaban una única línea sobre su frente.


-Ni siquiera el nombre esta bien- murmuró con burla.



¿El búho? ¿De quién fue la brillante idea? Miró a los lados, terminando de beber su cerveza y se levantó, era un lugar de mala muerte y nadie se atrevería a llevar a la ley ahí pero tampoco podía confiarse. Dejó el tarro sobre la mesa y miró a los lados, no planeaba pagar por esa asquerosidad que habían llamado cerveza, además de que no solía pagar por lo que consumía o usaba.

Salió del lugar con éxito y caminó orgulloso de su logro, siempre era sencillo escaparse, siempre lo era para él. Tal vez se debía a su vida en las calles, a su figura pequeña o a la habilidad innata. Fuera lo que fuera siempre lograba salirse con la suya o eso creía. Caminaba mirando las casas iluminadas, por las ventanas lograba ver las familias felices compartiendo la cena ¿Por qué no tuvo una vida como esa?


Ahí está!- miró al origen de ese grito.


Era un hombre alto y musculoso que parecía guiar a un grupo físicamente similar, mordió su labio inferior y se giró lentamente, respiró profundamente y se dio a la fuga. Si esos hombres lo atrapaban solo tendría dos resultados: golpeado hasta la muerte o llevado a la justicia para ser colgado por sus crímenes. Lo estaban alcanzando y los lugares para escapar se terminaban.


-No tienes escapatoria, pequeño búho- se estaba burlando.


-Primero; yo no elegí ese nombre y segundo; no estaría tan seguro de eso- sonrió con superioridad.


Miró hacia un lado de ese delgado callejón y corrió hacia la cerca de la parte de atrás, sonrió victorioso pero rápidamente entró en pánico, aparecieron más hombres delante suyo. El hombre tenía razón, no tenía escapatoria, estaba completamente rodeado por figuras más grandes y fuertes que él. Por como lucían, era obvio que no lo entregarían, se iban a encargar ellos mismos de matarlo.


-Pequeña rata- mencionó uno, sonriendo de manera escalofriante.


-¿Qué no era un 'búho'?- se burló.


-Esa sonrisa prepotente se convertirá en deliciosos gritos de agonía y misericordia- había logrado molestarlo.


En parte tuvo razón, gritó lleno de dolor y agonía pero nunca pidió misericordia, sin importar el daño recibido nunca pidió que se detuvieran. De hecho, cuando ya no sentía su cuerpo, pudo sonreír. Tal vez ese era el final, su vida había sido desastrosa y ya era hora de dejarla. Sus ojos estaban a medio cerrar, permitiéndole ver los rostros satisfechos de quienes lo habían dejado al borde de la muerte y luego lo escupian, alejándose envueltos en risas.


-Hay alguien por aquí- escuchaba voces.


-YiXing no te alejes mucho- otra voz.


♥ Aquelarre ♥ Chankai [Exo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora