♥ Aquelarre ♥ Chankai [Exo]

11.

La habitación era un desastre, la cama no estaba hecha, su ropa estaba regada por todo el suelo y su cabello estaba revuelto debido a su constante descarga de frustración ¿Por qué había hecho eso? ¿Por qué actuó de esa manera? ¿Tanto era su odio? Ya se parecía a su padre. Un escalofrío recorrió su cuerpo, él no se parecía a ese desgraciado vampiro ¡Él no era su padre!

-¡Demonios!- gritó.

Llevaba más de dos semanas encerrado en su habitación, jaló la cortina con demasiada fuerza, el polvo se levantó y la luz solar invadió su sombría habitación. Estaba tan molesto. Los chicos se habían encargado de llevarle sangre, asegurándose de que no tuviera sed, obviamente no querrían verlo de peor humor. Ya era suficiente con los constantes gritos de frustración y los sonidos provenientes de golpes o cosas rompiéndose.

-¿Chanyeol?- era YiXing.

-Pasa- dijo sin ánimo.

La puerta se abrió lentamente, era uno de los pocos que se atrevían a acercarse a él en ese estado, YiXing apareció con una botella y una copa en una bandeja de plata. Había llegado la hora del almuerzo. Chanyeol se sentó en la orilla de la cama, importandole poco la incomodidad que causaban las cobijas revueltas.

-Toma- YiXing le dio la copa.

-Gracias- sostuvo la copa con expresión decaída.

La botella fue destapada y el líquido rojo fue vertido en la copa, Chanyeol relamio sus labios y dejó que sus colmillos salieran ansiosos por tener ese preciado líquido en su interior, YiXing terminó de servirle y aún con la botella en la mano se alejó unos pasos. El silencio los envolvió mientras la copa se desocupaba y volvía a ser rellenada.

-¿Puedo preguntar algo?- su voz era suave y baja.

-Ya lo hiciste- contestó con gracia -Adelante- cedió al ver la expresión seria de YiXing.

-¿Tu malhumor se debe al hermano menor de Kim?- siempre iba al punto.

No contestó pero su falta de respuesta fue suficiente para confirmarlo, YiXing asintió tomando la copa vacía para dejarla junto a la botella sobre la bandeja y comenzar a caminar hacia la puerta, Chanyeol tenía la vista pérdida en la ventana. El cielo estaba oscureciendo, grandes nubes se reunían, una tormenta se acercaba. Su atención se desvío cuando escuchó que la puerta era abierta.

-Luhan vendrá hoy- avisó.

Suspiró asintiendo y volviendo a mirar hacia la ventana, YiXing hizo una reverencia y salió cerrando la puerta sin hacer ruido, se pasó las manos por el rostro con desespero. Antes de conocerlo no tenía esos problemas ¿Por qué extrañaba su olor? Sentir su piel tan fría como la suya se había vuelto una necesidad, tan grande como su sed de sangre, las copas que tomó no le sirvieron.

-¿Por qué?- murmuró a la nada.

Creyó mantener ese instinto bajo control, realmente pensó que no tendría de qué preocuparse, que aquel vampiro solo era algo pasajero. Jamás creyó extrañarlo como lo estaba haciendo, solo lo había visto dos veces ni siquiera se habían besado ¿Por qué tenía la necesidad de tenerlo junto a él? ¿A quién engañaba? Él sabía muy bien el por qué.

-¿Viendo a la nada, pensando en todo?- era una voz llena de burla.

Se giró lentamente, enfrentando al invasor, era Kyungsoo ¿Cuándo había entrado? ¿Cuánto tiempo llevaba observandolo en silencio? Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no notó la presencia de ese molesto vampiro. Bufó volviendo a mirar a la ventana, estaba oscuro y llovía con fuerza ¿Cuándo anochecio?

Suspiró levantándose, pasó por el lado del más bajo y salió de su habitación, ignorandolo. Realmente no estaba de ánimo para jugar con él y su sentido del humor tan ácido como su personalidad. Avanzó por los pasillos, sintiendo un olor extra, había otro vampiro en el Aquelarre pero sabía que no era quien quería ver. Frunció el ceño confundido.

-¿Quién es?- se preguntó en voz baja.

Abrió los ojos con sorpresa al recordar la última "charla" con YiXing, Luhan estaba de visita esa noche, suspiró con tristeza. No debió tratar de esa manera al vampiro que se suponía debía amarlo para la eternidad, pensándolo con cuidado, no sabía su nombre. Sonrió con ironía ni siquiera sabía el nombre de quien lo tenía tan ansioso y decaído.

-Príncipe Park- una suave voz lo sacó de su calvario.

Miró a Luhan, estaba haciendo una reverencia, rodó los ojos fastidiado por la muestra de respeto y la forma en que lo había nombrado. Odiaba que lo llamarán de esa forma, le recordaba a su padre, a ese vampiro despreciable que... Movió la mano como saludo y continuó caminando, ya había llegado a la sala y ni siquiera lo había notado.

-¿Se encuentra bien?- se oía sinceramente preocupado.

Volteó a mirar a Luhan con el ceño fruncido por la confusión ¿Lucia mal? Era imposible que luciera enfermo. Sonrió al recordar que no había peinado su cabello en días y su ropa tampoco había sido cambiada, asintió como respuesta y siguió caminando, no quería hablar con nadie ni enfrentar lo que sucedía. Solo quería escapar de todo.

Continuó caminando, dejando que sus pies lo guiarán ciegamente, no tenía ánimos ¿Tanto lo afectaba ese chico? O se debía a otra cosa. Tal vez era culpa, había tratado mal al chico y luego aplastó sus esperanzas, la imagen del menor caminando bajo el ardiente sol y quemando su piel se repetía sin descanso en su mente.

-¿Cómo están todos?- era la voz de YiXing.

-Bien, pero YiFan parece preocupado- Luhan estaba con él.

No necesitaba acercarse más, ya los escuchaba bien y a esa distancia no deberían poder sentir su presencia, los amantes estaban en la parte trasera del castillo, sentados en la ladera y bajo la luz de la luna. Estaban abrazados con la vista al frente, donde las luces de la ciudad más cercana, parecían estrellas caídas en la Tierra.

-¿Por qué?- YiXing se oía bastante interesado.

-Por...- Luhan parecía dudoso de continuar.

Chanyeol forzó un poco la vista para ver lo que hacían, YiXing tomaba la mano contraria y le sonreía tranquilizadoramente, Luhan terminó sonriendo y acercándose para besarlo, desvío la mirada. No tenía derecho a ver algo tan íntimo, algo que podría estar haciendo con cierto vampiro que lastimó. Suspiró mientras una idea iluminaba su cerebro y una sonrisa aparecía. Solo debía llevarla a cabo.