♥ Aquelarre ♥ Chankai [Exo]

65.

Una noche oscura, llena de vientos fuertes y nubes negras, la tormenta arremetía contra sus pelajes pero no eran afectados. Sus patas se hundían en la tierra transformada en barro por el agua, sus garras se marcaban con facilidad en el blando terreno y sus hocicos se desfiguraban por lo que parecían ser sonrisas, estaban tan emocionados de volver a ese lugar. Llegaron a la mansión en apenas segundos y la puerta trasera se abrió para ellos en "automático".

Ambos se imponían con tal altura y salvajes cuerpos pero ninguno mostraba sus dientes en forma amenazante, el lobo gris comenzó a disminuir en tamaño transformándose en humano, al tiempo que su compañero, el lobo cafe cobrizo hacía lo mismo. Todo frente a los asombrados ojos de Daniel, quien les había abierto la puerta y sostenía dos túnicas rojas, obviamente sabía que sus invitados estarían desnudos al salir de su forma lobuna (fase).

Siendo un vampiro le resultaba molesto el olor de un hombre lobo, ya que se asemejaba al de un perro mojado, peor aún gracias a su olfato bien desarrollado pero en ese momento solo estaba impresionado por los seres frente a él. Eran humanos perfectamente normales, de su forma lobuna solo quedaban sus distintivos colores de ojos; el que antes era el lobo gris, tenía los ojos miel y el otro, el lobo cafe cobrizo, ojos verdes.

—Los guiare al salón principal— mencionó rápidamente.

Los dos hombres, ya vestidos con las túnicas rojas, asintieron y lo siguieron en silencio. Era sorprendente ver la tranquilidad con la que se movían, no parecían en lo más mínimo afectados por estar en su forma humana en una mansión llena de vampiros, no tardarían mucho en transformarse pero mientras lo hacían, podrían ser fácilmente atacados por un vampiro y aún así caminaban sin afán y hasta parecían felices de estar ahí.

Sus cabellos negros despeinados pero haciéndolos lucir sexys, sus cuerpos bien formados y estilizados, sus pieles pálidas pero que fácilmente adquirían color por el calor que ellos mismos emanaban y esa elegancia envidiable al caminar, hacían dudar de que realmente fueran lobos. Solo su repulsivo (para los vampiros) olor era lo que los delataba como algo más que hermosos seres humanos.

—Bienvenidos, caballeros— los recibió Daesung con una leve reverencia.

—Gracias por tan agradable recibimiento, somos los representantes/negociadores oficiales de las tribus de cambia-formas— el ojimiel inclinó la cabeza.

—Soy EunHyuk y mi compañero DongHae— presentó el ojiverde, también inclinándose —Venimos por el problema que surgió apenas unas lunas atrás— mencionó cortésmente.

—Es grato tenerlos nuevamente aquí, por favor, tomen asiento— habló con amabilidad.

Ambos se dieron una mirada que parecía cómplice e hicieron lo que había sido indicado, durante lo que parecieron horas se dedicaron a escuchar lo que decía el dueño de la casa, quien había expresado el punto de vista de los príncipes que habían hablado horas atrás y sus propias opiniones, obtenidas después de hablar con el resto de su clan. Cuando ya no hubo más que decir, EunHyuk miró a su compañero y después de verlo asentir, habló.

—Si no es mucho pedir, nos gustaría hablar con el Príncipe directamente implicado— pidió amablemente.