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Juntos. Todos juntos. No esperaba encontrarlos en... ¿A quién engañaba? Era obvio que estarían juntos, ahí, en las ruinas de su hogar. Todo el clan Kim reunido en lo que antes fue el imponente castillo del poderoso Aquelarre. Miró alrededor encontrando a todos menos a su hermano mayor, Jin le sonrió con tristeza mientras movía la cabeza indicándole a donde ir, le devolvió la sonrisa para dirigirse al lugar indicado.

Habían muchas cosas obvias que pasaba por alto sin saber el motivo.

Pasó por las ruinas sin cuidado alguno, no resbalaría con facilidad y aún si lo hiciera, sus reflejos actuarían tan rápido que ni lo notaría. Caminó despacio admirando lo que quedaba de su hogar, ese castillo que lo había visto crecer, ese lugar donde había tenido tan maravillosos y (pocos) malos momentos. Suspiró tocando las paredes de roca manchadas de negro y cenizas, se sentía imponente, triste pero nada se podía hacer. Bajó, siguiendo el camino que alguien previamente había despejado al sótano.

El fuego también había alcanzado el precioso jardín de su hermano, las plantas no eran más que cenizas y ramas o troncos negros, sus ojos se cristalizaron ante aquella deprimente vista. Sus dedos temblorosos tocaron una hoja oscura en el suelo, se desmoronó bajo su tacto superficial, cerró los ojos con fuerza para evitar llorar. Se perdió en todos los momentos felices que vivió en ese mágico lugar, tantos e innumerables pero que nunca volverían.


-Éste lugar siempre te gusto de niño- escuchar a JungMyeon no lo sorprendió -Decías que: las 'lucesitas flotantes' eran como magia, realmente te gustaba estar aquí- mencionó.


Jongin subió lentamente los párpados y se giró para ver a su hermano mayor a unos pasos de él, su expresión nostálgica pero sobresaliendo la tristeza, asintió con una sonrisa decaída mientras JungMyeon parecía perderse en ese añorado pasado. El silencio los envolvió, los escombros adornaban el lugar de una manera tan desgarradora, todas las plantas aplastadas y quemadas. Nada había sobrevivido. Las luciérnagas no estaban, era obvio que se habían ido para mantenerse con vida.


-JungMyeon- lo llamó sin verlo directamente -Creo que te debo una disculpa- se atrevió a mirarlo.


-¿Por qué?- elevó una ceja, curioso.


-Por huir- dijo con simpleza -No huí de ti sino de mi y en ese momento debí apoyarte, también estabas sufriendo y yo fuí egoísta, solo pensé en lo que yo sentía...- su voz se rompió.


JungMyeon le sonrió con ese inmenso cariño que solo él le podía brindar y lo abrazó, sus brazos más cortos pero más fuertes le brindaban seguridad, lo confortaban de una manera similar pero tan diferente a los de Chanyeol. Se sentía tranquilo bajo ese simple contacto, cerró los ojos y dejó que sus lágrimas salieran por fin, bajando por sus mejillas fluyendo como ríos de libertad. Se sentía mucho mejor. Deseo preservar ese bello momento por una eternidad.


-Papá hizo éste jardín por alguien que siempre considero muy especial- JungMyeon le contó aún abrazandolo.


♥ Aquelarre ♥ Chankai [Exo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora