♥ Aquelarre ♥ Chankai [Exo]

44.

Se acomodó mejor en el sofá evitando moverse demasiado, abrió nuevamente el libro que ojeaba distraídamente, pues leerlo le costaba mucha atención que no poseía en esos momentos ¿Qué estaría haciendo Jongin? ¿Lo extrañaría tanto como él? Nunca habían pasado tanto tiempo separados y mucho menos tan lejos, suspiró pasando la página sin saber realmente si la había leído, prácticamente era una especie de reacción por hacer algún tipo de movimiento por más mínimo que fuera.

—¿Tienes sed? ¿Quieres algo?— Jin se asomó en la sala.

—No, gracias— contestó sin mirarlo.

Aún estaba molesto con ellos, bastante de hecho pero no sabía como manejar ese tipo de situaciones, siempre había creído que la confianza era la base de cualquier buena relación e intentaba cumplir con ese ideal pero al parecer su familia ni siquiera consideró que él habría aceptado la relación de Jongin y el Príncipe Park con tal de no ver a su hermano menor sufrir. Jin asintió con una sonrisa triste y se dio media vuelta yéndose nuevamente.

Todos estaban preocupados por su bienestar, eso era obvio pero tampoco podía perdonarlos así como así, él también tenía su orgullo y dignidad. Levantó la mirada dirigiendola hacia el tablero de ajedrez sobre la pequeña mesa frente al sofá, los hermanos Lee estaban sentados en el suelo jugando en silencio, no habían querido alejarse de él ni un centímetro ni por un segundo. Suspiró pensando en el poco tiempo que llevaba devuelta en su hogar.

—Lindo...— susurró con cariño.

Bajó la mirada a su regazo donde Sehun tenía la cabeza apoyada, el resto de su cuerpo estaba acostado a lo largo del sofá, acarició su cabello mientras admiraba su tranquilo rostro dormido. El menor tampoco había querido dejarlo solo, apenas se había sentido con la suficiente fuerza para ponerse de pie, abandonó la mansión del Consejo Vampirico y volvió a su castillo. Los hermanos Lee se encargaron de contarles a los miembros de su clan al respecto y él simplemente se dedicó a recuperarse.

Aún estaba un poco débil, después de todo nunca había sufrido tanto daño, aunque si consideraba su estado anímico, prefería volver a esa tortura física. Suspiró al sentir varias presencias rodeando la sala, sabía que todos estaban allí para asegurarse de que no le hiciera falta nada, levantó la mirada al techo y apretó los labios para no sonreír. Taehyung estaba de cabeza mirándolo fijamente y con una clara expresión preocupada.

—Sé que todos están aquí, salgan de una vez— demandó bajando la mirada.

Realmente extrañaba esos momentos familiares y simples; Taehyung se dejó caer y aterrizó con suavidad frente al sofá pero bastante lejos, Jin se asomó nuevamente y entró con la cabeza gacha seguido por Namjoon, Mark y YuGyeom entraron por la ventana como murciélagos y finalmente, MinSeok y Jongdae entraron casi corriendo para sentarse en el suelo al lado del sofá (el mismo lado donde él estaba sentado). Dejó el libro en el suelo y los miró con seriedad.

—¿Por qué se ocultaban?— preguntó tranquilamente.

—No queríamos molestarte— murmuró Namjoon.

—¿Molestarme?— sonrió con ironía —Ojalá hubieran pensado en eso cuando decidieron ocultarme algo como eso— mencionó sabiendo que lo entendían.