Todo comenzó con un simple pedido de su hermano mayor, salir juntos por primera vez en sus vidas, o al menos así lo sentía. Si alguna vez salieron del castillo juntos, ya no era capaz de recordarlo. Recién había caído la noche y extrañamente era cálida, sin nubes de lluvia o brisas frías, únicamente media luna y sus acompañantes permanentes, las estrellas.
Caminaban tranquilamente, estaban bastante lejos del castillo que los vio crecer, solo los dos. Miró alrededor, estaban rodeados por altas montañas, lejos de cualquier Aquelarre que conociera. Era bonito y pacífico, sin humanos cerca, sin animales ruidosos (hombres lobo) y lo más importante, sin otros vampiros. Solo ellos dos, solo JungMyeon y Jongin, como casi nunca tenían la oportunidad de estar.
—Jongin...— su voz casi podía perderse con el viento.
—¿Qué sucede?— preguntó deteniéndose tras él.
—Siempre he defendido una sola cosa...— murmuró JungMyeon también deteniéndose —'La familia es primero'— se giró, mirándolo fijamente —Crecí bajo esa ideología, pero a veces creo que no es suficiente— su mirada se oscureció con tristeza.
—JungMyeon...— intentó acercarse pero el mayor se alejó unos pasos.
—¿Cuándo fue la última vez que me llamaste 'hermano'?— su expresión decayó.
Abrió la boca dispuesto a decir algo pero las palabras no salieron, estaban atoradas en su garganta así como sus lágrimas luchaban por abandonar sus ojos, se habían distanciado después de que habían sido como uña y mugre en el pasado que en realidad no era tan lejano. Sabía muy bien lo que lo había causado pero no se atrevía a afrontarlo, no se sentía capaz de hablarle con la verdad. Aún no.
—¿Así que no tienes nada que decir?— le mostró esa sonrisa triste que tanto odiaba.
—JungMyeon, yo no quiero ocultarte nada, pero tampoco...— mordió su labio inferior sin saber cómo excusarse.
—No digas más— habló JungMyeon, decaído —Veo que ya no hay confianza entre nosotros...— volteó para no verlo más —Volvamos a casa— ordenó comenzando a caminar.
—JungMyeon, espera— colocó una mano en su hombro.
—Creí que ya no había nada más que decir...— mencionó girándose para verlo con seriedad.
—Escúchame, sé que nos hemos distanciado mucho y que tal vez te oculte cosas, pero tú también lo haces y aún así no quiero obligarte a hablar...— se sinceró el menor —La confianza no se mide con cuantos secretos compartimos, yo confío en ti, pero parece que tú eres el que no confía en mí— una lágrima salió.
—Oh, mi inocente hermano menor...— se acercó con una sonrisa temblorosa —Tú no sabes lo que es la confianza— afirmó secando la lágrima con su pulgar.
Tomó las mejillas de Jongin entre sus heladas manos para obligarlo a bajar un poco la cabeza, había crecido mucho, era mucho más alto que su hermano mayor. Le dio un casto y muy cariñoso beso en la frente para luego sonreírle con tristeza y alejarse, Jongin se quedó petrificado, hace varios años que no recibía ese tipo de muestra cariñosa pero se había sentido horrible, como si ese beso significará una despedida y esa sonrisa un adiós definitivo ¿Cómo terminó así? ¿Qué había pasado exactamente?
—Hermano...— llamó con voz lastimera.
JungMyeon no giró ni se detuvo, fingió no escucharlo y aceleró el paso, con lágrimas llenas de dolor usó su velocidad sobrehumana y desapareció de la vista de su hermano menor. Esa había sido la última oportunidad, si Jongin no se atrevía a decirle la verdad, significaba que ya no confiaba en él y si esa confianza ya no existía, entonces ¿En qué se convertían ellos dos? ¿Dónde quedaba su hermandad? ¿Siquiera podía volver a llamarse "su hermano mayor"?
¿Qué había sucedido? O mejor dicho ¿Qué les había sucedido? Bajó la cabeza, dejando que sus lágrimas fueran liberadas, recorriendo sus mejillas con toda la tristeza que albergaba su corazón. No entendía, no lograba entender. Creyó que todo estaba yendo bien; su relación con Chanyeol avanzaba a pasos agigantados, las cosas con los Park habían mejorado considerablemente, su propio clan aparentaba unión y por un momento pensó que cuando tuviera el valor suficiente le diría todo a JungMyeon y tendría un final feliz.
—Vaya final feliz...— murmuró con ironía.
Levantó su vidriosa mirada al cielo oscuro mientras una sonrisa sin gracia se formaba, todo el mundo funcionaba con ironía, ¿eh? ¿Por qué otra razón se reunirían grandes y pesadas nubes negras, listas para llover sobre su miseria? Y no era una simple llovizna, era una tormenta, una tormenta como la que había en su interior. Suspiró resignado y bajó la cabeza pero no habían lágrimas, ya no sentía la necesidad de llorar, no sentía... Nada.
—Hora de volver a casa— se dijo en un nuevo suspiro.
Fijó la mirada en la misma dirección que había seguido su hermano mayor con anterioridad, frunció el ceño al darse cuenta de un pequeño detalle, ese no era el camino que los llevaba a su Aquelarre. Sin estar completamente seguro, se encaminó por aquella desconocida dirección por la cual JungMyeon se había perdido rápidamente. Dio un paso al frente considerando arrepentirse pero por una vez en su vida debía ser valiente.
Usando su velocidad sobrehumana se aventuró a seguir los pasos dados por su hermano mayor, era claro que no estaba preparado para contarle todo pero no quería que su relación (hermandad) se siguiera fracturando de esa manera, aún si tenían secretos, seguían siendo hermanos. Eso nunca cambiaría, sin importar las disputas, la distancia o diferencia abismal de opiniones... Siempre serían hermanos. Pasó entre las montañas buscando la presencia de un vampiro, obviamente no podría saber si era JungMyeon pero no tenía muchas opciones.
Llegó a un lago, era muy hermoso, sus ojos recorrieron el lugar hasta dar con una figura sentada sobre una enorme roca a la orilla del lago. Era JungMyeon. Tuvo la intención de acercarse pero prefirió quedarse oculto tras los arbustos al notar lo que sucedía, temblaba levemente y mantenía la cabeza gacha, estaba llorando. Su hermano mayor estaba llorando y era a causa suya. Suspiró sintiendo que sus lágrimas volvían nuevamente para atormentarlo.
—Hermano...
Susurró entrecortadamente para sí mismo mientras seguía mirando la espalda encorvada del mayor que, probablemente, por el shook emocional no había notado su presencia y solo se concentraba en el reflejo de la luna en el lago, siendo distorsionado por el contacto de las continuas gotas que caían sobre el agua cristalina. Nunca se había sentido tan triste bajo la lluvia.
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♥ Aquelarre ♥ Chankai [Exo]
VampireEl amor no está prohibido. No se puede evitar amar. El verdadero problema es ¿Quién esta dispuesto a arriesgarse por vivir aquel sentimiento tan complicado e imposible de controlar? Los clanes siempre están en guerra, aunque no estén peleando físi...