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El sonido de la lluvia fue lo primero que los oídos de Ren percibieron, mientras su cuerpo reposaba boca abajo sobre la extensa cama, sus descubiertas piernas y espalda sintieron el frío viento, pero sería lo lógico estando apenas cubierto con una sábana. Sus muslos desnudos estaban enredados en la tela grisácea que cubría hasta el borde de su cintura, Ren abrió sus ojos y se mantuvo aún adormilado con su mente en blanco y su cuerpo desnudo sintiendo el viento que se colaba por la ventilación en una esquina superior del muro, pero esa ya no era la primera vez que despertaba así y esperaba que tampoco fuera la última. Se alzó apenas un poco y miró al lado derecho de la cama; su marido ya no estaba ahí, pero eso explicaría el sonido de la regadera abierta. Ren pensó en levantarse e ir a ver al mayor, como lo había hecho en varias ocasiones en ese tiempo, pero levantarse de la cama requeriría un esfuerzo un poco mayor para él, principalmente porque su cuerpo aún estaba entumecido. Lo analizó por varios minutos, tiempo suficiente para que Minhyun saliera del baño con una toalla enredada en la cintura y otra sobre sus hombros (con la que estaba secándose el cabello).
— Buenos días. —Fue lo primero que dijo acercándose a su esposo y él lo miró.
— Buenos días. —Respondió con una sonrisa. — Te levantaste más temprano. —Volviendo a acostarse se giró de frente al castaño.
— Sang Hun hyung dijo que tendré unas cuantas actividades hoy.
— Está lloviendo. No tienes que volver a viajar, ¿o sí?
— No. —Respondió con una sonrisa. — Sólo son unas cuantas fotografías y un fanmeeting dentro de la ciudad, debo salir en una hora. —Ren abultó sus labios en un mohín que enterneció a su marido. — Te prometo que volveré a las cinco.
— Bien, ve a trabajar. —Se dio la vuelta quedando nuevamente de espaldas al mayor. — Le pediré a JR que pase por mí y me vaya a buscar a la escuela, tal vez me deje pasar la tarde en s... —Minhyun lo tomó del hombro y lo acomodó con la espalda sobre la cama, después lo aprisionó sujetando las delgadas muñecas del menor haciéndolo alzar los brazos sobre su pelirrosa cabeza y con voz tranquila le dijo:
— ¿Por qué sigues con eso?
— ¿Estás celoso?
— Mucho. —Se inclinó y comenzó a besar a su esposo.
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— Puedes estar tranquilo, —Susurró a unos cm de los labios del mayor. — JR me cuida bien. —Rodeó el cuello ajeno con sus brazos y le sonrió. — Puedo pedirle que me lleve de compras y así, cuando llegues del trabajo habré preparado la comida. —Se besaron una vez más.
— ¿Ah, sí?
— Sí. Te prepararé algo muy rico.
— Seguro que sí.
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— Tú, vida mía, conseguirás robarme tiempo. —Ren arqueó su espalda al sentir el roce. A pesar de no ser la primera vez, ese leve toque conseguía hacerlo sentir de la misma manera. — ¿Qué planeas? —Se subió a la cama quedando sobre su esposo. — ¿Acaso quieres tenerme aquí hasta tarde?
— Podría. —Retiró la toalla de los hombros del mayor y la tiró al suelo. — ¿Te quedarías? —Sus labios volvieron a unirse mientras Minhyun sentía las uñas de su esposo recorrer suave y lentamente su espalda.
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— ¿Por qué preguntas eso? Si ya sabes que, por ti, perdería todo el día. —Le susurró tomando suavemente el muslo del menor que rozaba el suyo fuera de la sábana. Repartió besos por el cuello blanquecino del menor escuchándolo soltar varios suspiros.
No pasaron más un par de minutos antes de que la toalla que cubría la cintura de Minhyun también estuviera en el suelo y él en medio de las piernas de su esposo haciéndolo arquear más su espalda al pasear sus labios por la piel del menor.
