CLXII

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| — Después Lee, un joven asiático que tenía mucha destreza en el mercadeo de drogas y otras sustancias. |

— ¿No piensas decir nada?

— ¿Y no sería él? |

— Hey.

| — Murió a causa de un disparo después de que tratara de filtrarse en la propiedad de Gatcombe. |

— V.

| — Murió a causa de un disparo después de que tratara de filtrarse en la propiedad de Gatcombe. |

— Niño.

| — Murió a causa de un disparo después de que tratara de filtrarse en la propiedad de Gatcombe. |

— ¡Niño! —Le gritó cerca de una oreja recibiendo un manotazo en la cara en respuesta.

— ¡Déjame en paz de una puta vez!

— ¿Qué está pasando aquí? —Habló Neeson apenas entró a la pieza en la que V se había encerrado desde la noche anterior.

— Los mataré. —Murmuró apretando su puño. — Aún no sé cómo, pero lo haré. Voy a matarlos a todos. —Hablaba entre dientes sin mirar a los demás hombres a su alrededor.

— Hey, V, reacciona. —Le llamó Neeson. — ¿A quién tanto piensas matar?

— A todos. A los reyes, a su hijo, a sus empleados, a todos. Les prenderé fuego por todas partes, pondré una bomba, les dispararé mientras duermen; ya no me importa, ellos asesinaron a mi hermano, y les pagaré con la misma moneda.

— Genial, ¿y qué haces aquí?

— ¿David Johnson está muerto?

— Y perfectamente sepultado.

— ¿Seguro?

— Claro. ¿Por qué?

— Porque los reyes tienen a alguien que parece saber mucho de ustedes y es sólo cuestión de convencerlo de hablar para que diga todo lo que sabe.

— ¿Y quién es esa persona?

— No pude a descubrirlo. Ellos creen que es Johnson, porque no han encontrado su cuerpo, no creen que sea Mansom porque está muerto y mi hermano también, así que dígame, ¿de quién sospecha usted? —Neeson alzó una ceja, como si esperase que el chico comenzara a reírse y dijera que era todo una broma, pero no fue así. La mirada seria de esos ojos enrojecidos no estaba ni cerca de una burla.

— Así que tenemos un soplón. ¿No serás tú, V?

— ¿Por qué vendría a decirle esto si fuera yo? Exponer mi pellejo así como así no es algo que haga si no persigo un fin.

— Entonces ¿por qué viniste a mitad de la noche?

— ¿No le parece que esto es importante? Sólo tenía que decírselo. —Neeson sonrió de lado.

— Bien. —Miró al resto de sus cómplices. — Si alguien aquí está tratando de traicionarme, más vale que tengan bien en claro que el precio va a ser muy caro.

— Señor, es más probable que lo haga este niño que nosotros. Le somos leales.

— Ya se lo dije. —Repuso de nuevo V. — Ellos lo tienen.

Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora