CLXXIV

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| — Parece que Ox. H Line han establecido una base en las islas Salomón.

— Es terrible, majestad, pero aún no comprendo ¿qué tiene que ver con nosotros?

— Ellos pudieron tener origen aquí.

— ¿Cómo dice?

— Oxyuranus H Line fueron exiliados de Reino Unido hace más de 5 décadas. No sabemos mucho al respecto, pero es probable que sus raíces sean inglesas. 

Un golpe fuera de la pieza captó la atención de Minhyun, que había estado absorto, sentado frente a su escritorio y mirando la ventana desde hacia casi 1 hora.

La puerta se abrió por las manos de dos empleados, y fue Minki quien entró.

— Minhyun, ¿está todo bien?

— Sí, mi vida. ¿Por?

— Desde ayer estás un poco distraído. Incluso parece que sólo estuvieras pensando en una cosa y no tiene que ver con Minsoo o conmigo...

— Lo siento, mi vida. Ustedes son mi prioridad, no quiero que sientas que no les presto atención.

— No, no, no. No es eso. Es sólo que me preocupas. —Se acercó al escritorio y se sentó en una de las sillas al frente de este. — ¿Fue por algo que dijo la presidenta? —Minhyun bufó dejando que su espalda se apoyara completamente en el respaldo de la silla. — Después de que ella se despidió y se fue, tu actitud se volvió así. ¿Quieres que hablemos al respecto? —Tomó la mano de su marido. — Sabes que voy a apoyarte, por mal que parezcan las cosas.

— Gracias, mi vida. —Sostuvo también la mano de su esposo y la alzó un poco para besarla con delicadeza. — Sólo he estado haciendo memoria de algunas cosas que me comentó la reina.

— ¿Y eso?

— La presidenta trajo una carta que llegó desde las Islas Salomón.

— ¿Uh?

— La reina y el príncipe Phill iban a resolver algo, que ni siquiera tuvieron oportunidad de explicarnos. Fue una decisión de último minuto.

— Hace, quizá, más de cuatro años que no recibíamos noticia alguna de ellos. No creo que fuese un problema muy grande. Quizá ni siquiera era un problema, tal vez un negocio o era por los extraditados que mandaríamos. Ellos serían enviados para cooperar con una investigación, quizá la reina iba por eso mismo; pero murieron en el mismo accidente, y se lo hicimos saber al gobierno isleño.

— Lo sé, mi vida.

— ¿Qué dice la carta?

— Esperan que podamos cooperar.

— ¿Cooperar en qué?

— Con su investigación.

— ¿Siguen investigando a Croked?

— No, mi vida. Ellos sólo necesitaban atar algunos cabos sueltos. —Soltó la mano de su esposo para tomar un sobre a su izquierda y sacar la carta que había vuelto a estar ahí desde la noche anterior. — Escucha: —Su esposo le dio su atención completa — "Un cordial saludo a sus majestades de Inglaterra; los reyes Hwang, y reciban también mucha dicha en su familia.
El motivo de este comunicado, que tanto nos hemos rehusado a enviar antes por razones de respeto, es solicitar una vez más su colaboración en la investigación de Ox. H line, de serles posible.
Sabemos que es un tema muy delicado, y asimismo les pedimos dispensen que les hagamos revivir tan trágico suceso, pero la última colaboración que recibiríamos de su parte se vio afectada por el accidente que devastó y marcó un día para ustedes y para su país.
Ahora tememos que nuevamente estemos enfrentándonos gravemente a estos criminales que por estos años nos dejaron vivir casi en paz. Es de suma importancia capturarlos y enjuiciarlos tan pronto como podamos, sin embargo, sobra decir que no tenemos suficiente información para buscar a personas específicas, y en vista de que nunca pudimos hablar con sus testigos hemos seguido pistas ciegas. Les suplicamos que, de haber obtenido alguna información de los difuntos convictos respecto a nuestro caso con Ox. H Line, se reúnan con nosotros para discutirla.
De antemano gracias, honorables reyes.
Atentamente: Gobernador William Wilson."
Es todo. —Dejó la hoja sobre el escritorio.

Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora