XXXV

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El gran día había llegado. Desde la mañana, se pudieron ver patrullas recorriendo las calles. El cuerpo policiaco había preparado un equipo de al menos 20 oficiales que acompañarían a los 26 criminales y apoyarían a la guardia real a mantener todo bajo control.

El día había resultado muy nublado, caía una fuerte lluvia, no había nieve o granizo acompañándola, aunque la que se había acumulado en las calles los días anteriores es suficiente para que el tráfico se volviera casi una pesadilla.

La puesta de sol comenzaba a caer iluminando vagamente algunos rincones de la nevada ciudad. Minhyun se encontraba en la oficina del palacio donde había estado trabajando los últimos meses, revisaba que los documentos estuvieran completos y en orden mientras esperaba a su esposo que estaba terminando de despedirse de su muy adorable gato. El timbre de llamada sonó de su celular sobre el escritorio, suspiró una vez y tomó la llamada sin dejar de organizar los papeles en su negra carpeta.

~ Diga.

~ ¡Hola, Minhyun!

~ ¿Uh?
~ Raina, hola. ¿Qué pasó? ¿Cómo están?

~ Uff, súper bien.
~ Estamos por dejar Las Vegas.

~ ¿Ah, sí? Suena bien.

~ Y ¿qué onda con ustedes?
~ ¿Dónde andan?
~ Tratamos de llamarles temprano y ninguno respondió.

~ Lo lamento, Raina.
~ Hemos estado en Londres los últimos meses y... hoy es un día ocupado.

~ Ah.
~ ¿Es muy ocupado? ¿tanto que no puedan ni respirar?

~ Tampoco es para tanto. —Respondió tras una leve risa.

~ Chido, entonces, abusando de que andan por allá, ¿podemos pedirles un favor?

~ Sí, ¿qué necesitan?

~ Bueno, Baekho y yo queremos pasar el Año Nuevo en Inglaterra y nos preguntábamos si, para no pagar hotel ¿nos recibirían en su casa?

~ Claro. No creo que haya problema.

~ ¡De verdad?

~ Seguro; si quieren puedo enviar un auto a que los recoja.
~ Estoy seguro de que les encantará la fiesta de Año Nuevo.

~ Ay, que bien.
~ Permíteme.
— ¡Baekho! ¡Dijo que sí!

Minhyun rió bajo mientras se escuchaban murmullos del otro lado de la línea.

~ Okay.
~ Gracias, Minhyun.

~ No es nada, ¿a qué hora llegan? Para mandar el auto por ustedes.

~ Ay, no. No hagas eso.
~ Mejor mándame la dirección y tomamos un taxi.
~ Estaremos llegando en unas horas.

~ Ah, okay.
~ Los recibirá el ama de llaves en cuanto lleguen al palacio...

~ ¿El palacio?
~ ¿Viven en el palacio?

~ Sí.
~ Ella los recibirá y los acomodará en una de las habitaciones.
~ Es muy probable que sus majestades también estén presentes cuando lleguen...

~ Okay.
~ Estaremos muy felices de saludarlos, aunque yo les recomendaría mudarse.
~ Uno normalmente no vive en un palacio.

Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora