CXLV

75 9 2
                                    

Baekho y los niños volvieron al hotel con una bolsa con las compras.

Al entrar a su habitación, Raina, estaba ahí platicando tranquilamente con su hermano y cuñado, aunque de los dos, sólo Minhyun estaba mirándola, ya que Ren tenía la mirada perdida en la pantalla de su computadora mientras hablaba y escribía.

— ¡-ami! ¡-apá! —Llamó Minsoo con emoción corriendo hacia ellos. Su padre fue quien lo recibió en sus brazos y lo alzó. — ¿Me comp-a-una -e-ota?

— ¿Quieres una pelota, hijo?

— Ti.

— Estuvo viendo juguetes un buen rato.

— ¿Te dio problemas? —Dijo Minhyun mirando a Baekho. — Realmente es muy especial cuando vamos de compras.

— Mmm, se portó… bien. Con un yogurth de manzana se quedó contento.

— Lamento si te pidió demasiado, —Habló finalmente Ren sin dejar de teclear. — le gusta ver muchas cosas, pero entiende cuando le dicen que no.

— A menos que realmente lo quiera, entonces es como su madre y sólo sabe qué es lo que quiere. —Le dio un beso a su hijo. — ¿Verdad que sí? Te pareces a mami, ¿verdad?

— Ti. -ami. —Tendió su mano hacia su madre, quien finalmente lo miró, cerró la computadora sonriendo al niño y le dio un besito en sus pequeños dedos. — ¿Me comp-a-una-e-ota?

— Tienes una en tu maleta. —Repuso Minhyun con tranquilidad.

— ¿Ten-o una? —Se sorprendió el niño.

— Sí. Mañana la sacamos y vamos un ratito a la playa antes de la misa, ¿de acuerdo?

— Ti.

— ¿Esos cinco? —Su hijo chocó su manita con la de él y sonrió. — Bien, ¿qué compraron de cenar?

— -o hay mochi. —Un puchero apareció en su rostro al recordar su decepción ante la carencia de los dulces.

— Minsoo, aquí no venden mochi. —Explicó Raina alzando también a su hijo para sentarlo en sus piernas. — Pero hay otras cosas que también conoces y nuevas que te pueden gustar.

— -oco-a-te.

— Sí, por ejemplo. —Volvió a decir ella.

— Me -u-ta e- -oco-a-te. Tío -ae-ho me dio -oco-a-te.

— Ah, con que comiendo dulces antes de la cena, eh

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Ah, con que comiendo dulces antes de la cena, eh. —El niño sonrió tratando de evadir la sentencia.

— Ay, Minsoo, ¿ya ves? Ya nos echaste de cabeza. —Bromeó Baekho desde la cocina, encendiendo la estufa y poniendo aceite en la sartén.

— -e-o tamb-en t-a-imos -ollo, y -e-cado. A--oz, y -ogu-th.

— Ah, ¿y qué vamos a cenar? —Volvió a hablar Raina mirando a su esposo.

Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora