CXI

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Trabajo.
Títulos, decoraciones, fiestas de gala, legalizaciones, medidas, meticulosos estantes de exhibición, cuidados al bebé, noticias de última hora, avisos sobre eventos, entre otras cosas, era lo que había mantenido ocupados a Minhyun y Ren durante casi una semana desde el cumpleaños de su hijo, a quien, por cierto, Nina, cuidaba y paseaba una gran parte del día, al menos hasta que el pequeño exigía la atención de sus padres, siendo Minhyun quien aprovechara los eventos para sacar a su hijo un momento y que no se aburriera. Sí. Todo parecía exactamente una semana muy atareada.

— Creo que si se exponen en un orden de costo es más probable que la gente prefiera lo más económico, deberías considerar mezclarlas un poco. Mm, ¿qué tal en orden alfabético? —Dijo Jungkook con unas hojas en la mano.

— ¿No te parece que sería un poco extraño por el tamaño de algunos? —Ren lo miró dedicando su atención al castaño.

— Tal vez si los separamos por categoría y cada categoría en orden alfabético o de tamaño sería menos... —Un golpe fuera de la oficina advirtió la apertura de la puerta.

— Mi vida, —Llamó Minhyun tras cruzar el marco de la entrada con su hijo en brazos y un sobre. — llegó esto. Creo que te convendría verlo. —Dirigió una mirada fugaz al castaño junto a su esposo. — Jeon.

— Hwang. —Fue la mínima respuesta de Jungkook.

— ¿Qué es? —Atrajo de nuevo la atención el rubio recibiendo el sobre de las manos de su marido.

— Hubo un cambio en las exposiciones.

— ¿Cambio? —Sacó las hojas y las analizó.
— ¿Intercaladas?

— Ideas de nuestros padres. Aún así, comienzan y terminan igual.

— Ya veo.
Así que comenzamos con Osaka, Viena... ¿Manchester?

— Sí, la agregaron y cancelaron la de Lyon, para hacerlo en la capital.

— Entiendo. Entonces, después vienen las de París, Milán, Potsdam y de ahí a Seúl.

— ¿Será problema? —Dijo Jungkook mirando a su amigo.

— En lo absoluto. —Sonrió Ren. — Osaka sigue abriendo la semana, sólo debemos centrarnos en este orden para terminar los preparativos a tiempo y en forma, tenemos tiempo aún. Y tendremos que cambiar el estilo de Lyon por algo que se apegue más a París.

— Serán un par de semana más, mi vida. ¿Ya viste en qué día vamos a comenzar? —Ren lo miró y volvió su atención a las hojas.

— ¿El 22?

— Hace unos años, ese día, te pedí que te casaras conmigo. —Las mejillas de Ren se volvieron rosadas y bajó su rostro sonriendo levemente.

— Minhyun...

— Minhyun

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Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora