CXXVI

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La mañana pareció llegar demasiado rápido. Sang Hun despertó a Minhyun y también se aseguró de que se preparara antes de salir rumbo al lugar donde grabarían.

El viento fresco y salado les dio la bienvenida a la costa donde ya estaban reunidos algunos miembros del staff con el director.

— Buenos días. —Saludaron ambos hombres al llegar junto a los demás.

— Ah, ustedes siempre puntuales. —Felicitó el director recibiéndolos. — ¿Cómo estuvo su viaje? Supe que habían asistido a una pasarela ayer.

— Así es. —Respondió Minhyun. — Pero el viaje fue bueno. Ni siquiera se retrasó. —El director rió ante el comentario del castaño.

— ¿Qué les parece si vamos viendo las escenas que grabaremos del comercial y con quiénes trabajarás? —En esto último se refirió a Minhyun.

— Por supuesto —. Apenas dieron unos pasos para estar junto a los demás presentes y comenzaron a hablar para después, recibir indicaciones del director y que todo el equipo de filmación comenzara a moverse.

 Apenas dieron unos pasos para estar junto a los demás presentes y comenzaron a hablar para después, recibir indicaciones del director y que todo el equipo de filmación comenzara a moverse

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— 🎶You rock my world, you know you did, and everything I own I give... —El llanto de Minsoo llamó su atención haciéndolo dejar de cantar y también de limpiar. Caminó hasta la habitación atendiendo de inmediato al pequeño. Lo tomó en sus brazos calmando su llanto y lo meció suavemente.
— Ya, Minsoo. No llores, bebé; ¿tuviste una pesadilla? —El pequeño se aferró al pecho de su madre sollozando levemente. — Tranquilo, aquí está mamá. —Le dio un beso en la frente y salió de nuevo de la habitación con su hijo. Continuó su aseo después de haber calmado completamente el llanto de su hijo y haberlo metido en el corralito donde de quedó entretenido con sus juguetes.
— Soo. —Le llamó y el niño lo miró de inmediato. — ¿Sí? ¿Te gusta que mami te llame Soo?

— Ahh. —Sonrió el pequeño.

— Bien. Soo, hoy también nos visitará JR hyung, ¿de acuerdo?

— Ahh.

— Y seguro ya no tarda en llegar, y no tenemos nada en la cocina, así que tú y yo vamos a ir de compras súper rapidísimo para estar a tiempo cuando él llegue. —Explicaba mientras guardaba la aspiradora y se quitaba el delantal. Luego se acercó al corralito y tomó a su hijo en sus brazos, le puso un suéter, sus pequeños zapatos, lo acomodó en un brazo y terminó por ponerle una manta. — Hoy vamos a aprender a preparar una rica y espero que exitosa tarta.

— Ahh.

— Sí. —Se acercaron a la puerta. — Una tarta, y sólo quiero agregar que si fracaso de nuevo es porque no soy bueno en la repostería. —Tras meterse los zapatos y tomar del perchero un abrigo y su guardar su cartera, salió del departamento asegurándose de cerrar bien la puerta.

Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora