Cien millones de razones para amarte

L

La mañana se había presentado con una fina, pero pertinaz lluvia cubriendo la ciudad de Londres. Nuevamente eran cerca de las seis de la mañana cuando Ren se levantó rápidamente de la cama y corrió al baño. Minhyun se levantó al escucharlo vomitar y volvió a entrar al baño.

— Mi vida, —Le llamó tras ponerse en cuclillas junto a su esposo. — esto ya no es normal, llevas dos días así.

— Estoy bien. —Respondió antes de suspirar. — No pasó nada. Sólo necesito mis pastillas.

— Si es por eso ¿por qué no las has tomado?

— Porque esta vez no me ha dolido nada. —Se apoyó en el suelo para ponerse de pie y Minhyun le ayudó. — Estoy bien, ¿ves?

— ¿Seguro? —Ren asintió.

— Sólo quiero descansar un poquito. —Tres toques en la puerta llamaron la atención de ambos.

— De acuerdo, vamos. —Lo alzó en sus brazos y salieron del baño, sentó al menor en la cama y dirigiéndose a quien estaba afuera de la habitación dijo:
(Inglés)
— Adelante.

— Perdonen, majestades, —Habló un sirviente al abrir la puerta. — los duques los esperan en su oficina.

— Voy en un momento.

— Sí, majestad. —Hizo una venia y se retiró.

(Coreano)
— Bien, Rennie, descansa cuanto quieras, ¿sí? Voy a ver a mis padres y te daré el resto del día, y si no te sientes bien en la noche le diré a los chicos que mejor nos quedemos.

— Ellos quieren ir de fiesta, pueden ir, yo me quedaré...

— ¿Y tú crees que te dejaré solito? —Dijo con una mirada llena de amor. Ren sonrió y se cubrió hasta la cara con las cobijas. — Descansa, mi vida. —Dijo con una sonrisa. Se cambió el pijama y bajó al primer piso, saludó a sus amigos, les aviso que Ren no bajaría hasta más tarde, mandó a Nina a cuidarlo y se dirigió a la oficina donde lo esperaban sus padres.
— Mamá, papá, buenos días.

— Buenos días. ¿Todo bien?

— Rennie se siente un poco mal, podrán notar que no bajó ahora.

— ¿Lo llevaste con un doctor ya?

— No, papá. A Ren le asusta un poco los hospitales, así que no lo llevo a la fuerza a menos que haga falta. ¿Sucedió algo o sólo vinieron a ver a su hijo? —Bromeó invitando a sus padres a sentarse.

— Ambos. —Respondió su padre. — Pudo traerte la noticia el capitán de la policía, pero preferimos hacerlo nosotros.

— ¿Qué noticia?

— Neeson habló; dijo que David Johnson aún está en las minas y ya hay rastreadores por toda la zona.

— ¿Han encontrado algo?

— Nada además de sus cosas aún en la casa que se le asignó.

— Bueno, sí es así avísennos en cuanto lo encuentren.

— De acuerdo, majestad. —Minhyun sonrió al escuchar el tono orgulloso de sus padres.

— Se quedarán a desayunar, ¿cierto?

— Sería un gusto volver a desayunar con ustedes.

— Bien, vamos. Tal como se los dije Ren no se siente bien, pero nuestros amigos están de visita.

— De acuerdo. —Los tres volvieron a ponerse de pie y salieron de la oficina.
Se encontraron con los invitados ya en el comedor y después de saludarse desayunaron compartiendo una agradable conversación; después, los duques se despidieron y las horas comenzaron a pasar.