LVIII

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Minhyun llevaba casi media hora sentado en esa gran silla de cuero detrás del escritorio de la oficina principal. Sólo miraba al techo sin nada exacto en su mente. Había pedazos de recuerdos de su abuela, una mujer de ojos claros, verdes, de hecho, inglesa, sus delgados labios se curvaban en una sonrisa al ver a su único nieto; ella siempre se peinaba de trenzas, luego las recogía en un chongo que decoraba con las diferentes peinetas que tenía, su cabello oscuro se tornaba lentamente plateado con el pasar de los años y su blanca piel se arrugaba al mismo tiempo. Sus temblorosas manos parecían ajenas al trabajo, por lo que se la pasaba dibujando nuevas ideas para joyas o cosiendo mientras su hijo, pero si se trataba de Minhyun dejaba de lado todo el trabajo y se ponía a prepararle tartaletas de manzana, piña o moras y se sentaba a contarle muchas cosas de su juventud y de la vida en Inglaterra; claro que cuando Minhyun era un niño esas historias sólo le parecían interesantes y una buena forma de pasar tiempo con su abuela, pero cuando los duques hicieron un viaje a Inglaterra a sus 14 años dejándolo con su abuela, él preguntó quién era el hombre que acompañaba a sus padres y entonces ella le contó todo después de confesarle la identidad y el parentesco de aquel hombre.

— "¿Cómo podría mi hijo afrontar todo esto si ni siquiera mi padre ha podido? ¿Cómo decirle que su abuelo tuvo, prácticamente, que cazar a su padre?" —Su teléfono sonó, pero él lo ignoró los primeros segundos, hasta que el timbre rompió por completo sus pensamientos y tomó la llamada.

~ Diga.

~ Minhyun, que bueno que respondes, ¿están bien?

~ Más o menos, ¿por?

~ ¿Cómo que por?
~ Les dispararon.
~ Ya sabes que por Aron hyung nos enteramos rápido de todo.
~ ¿Qué fue lo que pasó?

Minhyun se frotó los ojos.

~ Ay, Hoshi, no puedo con todo esto.

~ ¿Por qué?
~ ¿Qué pasó?

~ Neeson escapó de prisión.

~ ¿Qué!

~ Y no es lo peor... dos oficiales de la policía están muertos, y no me cabe duda que fue Neeson el responsable.

~ ¿Fue él quién les disparó?

~ No estoy seguro, la verdad no vimos quién fue, pero sospecho que tuvo algo que ver. La guardia está vigilando todo el palacio.

~ Santísima...
~ Y ¿están heridos? ¿ya capturaron al culpable o algo? ¿lo vieron aunque sea de lejos?

~ No, Hoshi. No vimos a nadie, lo que sí sé es que estaba en un lugar alto donde podía vernos con claridad, porque de haber estado entre la multitud yo mismo lo habría capturado. Hablando figuradamente, claro, ahora que soy rey debo cuidar mis actos.

~ Pues sí, pero de haberlo visto ¿qué ibas a hacer?
~ Te conozco, no te hubieses quedado ahí parado gritando: '¡guardias, allá va, atrápenlo!' y menos estando ahí Ren, ¿o sí?

~ No, claro que no. —Suspiró.
~ Igual ya movilicé a la policía, pero por ahora es otra cosa lo que me preocupa.

~ ¿Qué es entonces?

~ Ren.

~ ¿Qué le pasó?
~ No me digas que por el susto tuvo una emergencia. No me vayas a decir eso.

Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora