CXXIX

70 11 4
                                    

La semana había parecido completamente solitaria dentro de aquel departamento que sólo era atendido en la mañana. El único que se quedaba ahí una gran parte del día era Lucky, que a veces salía por la ventana y se paseaba por ahí, subía a la azotea o simplemente alborotaba a los perros de los vecinos que siempre estaban encerrados. Ren y Minsoo habían estado saliendo a dar caminatas o simplemente a sentarse en el parque un buen rato, que Ren aprovechaba para ayudar a su hijo a levantarse y dar unos cuantos pasitos.

Ese día, como de costumbre, habían estado fuera y no volvieron hasta las seis de la tarde llevando solamente una bolsa del supermercado.

— Bien, ya estamos en casita, bebé.

— Ahh. —Se emocionó el niño mientras su madre lo ponía en el suelo para tomar los sobres del buzón en su puerta, ajeno a la persona que se acercaba a ellos.

— Mami preparará la cena hoy, ¿qué dices?

— Ahh. —Estiró sus brazos siendo alzado por los brazos del otro mientras Ren revisaba el correo. Al ver por el rabillo de su ojo la figura que ahora sostenía al niño volteó de inmediato.

— ¿Dónde andaban?

— Minhyun, me asustaste.

— No veo por qué, ¿dónde estaban?

— Fuimos a comprar. —Mostró su bolsa de compras.

— Estoy aquí desde hace dos horas y media, Ren. No tardas tanto comprando.

— Bueno, pudiste avisar que llegarías temprano hoy.

— Creí que iba a alegrarte.

— ¿Terminaste tú trabajo?

— Por ahora. Tendré más actividades después.

— Pero ahora ya quedaste libre, ¿verdad?

— Sí.

— Bien. —Finalmente Ren lo besó. — Prepararé algo delicioso para la cena. Apuesto a que querrás ver el avance de Minsoo.

— ¿Avance?

— Sí. Hemos estado practicando sus pasitos y casi lo logra.

— Mi vida, yo quería estar presente en ese momento.

— Lo lamento, estábamos aburridos y comenzamos a practicar, ¿no, bebé?

— Ahh... —El pequeño puso su mano en la boca de Minhyun.

— Puedes intentarlo. Minsoo, ¿no quieres mostrarle a papá?

— Ahh. —Repitió el niño asintiendo con la cabeza. Ren le sonrió y le dio un beso en la mejilla.

Minutos más tarde estaba en la cocina preparando la cena y escuchando a su marido emocionado por ver a su hijo haciendo el esfuerzo para caminar.

Cenaron gustosos sin dejar de atender a su hijo que comenzaba a probar uno que otro bocado diferente a la papilla.

— Estuve platicando con Raina, ella dice que Jong Suk también está comenzando a dejar las papillas.

— Ahora que tienen dientes creo que sería lo normal, ¿verdad?

— Sí. Raina dice que mamá le dijo que lo es. Aunque parece que Jong Suk aún no tiene interés en caminar.

— ¿En serio?

— Sí. Ella dice que aún gatea y no muestra señales de que quiera siquiera ponerse de pie.

— Vaya. Nuestro pequeño Minsoo está avanzando muy rápido, quizá quiera salir a pasear por ahí con sus piernitas.

— Bueno, yo voy caminando a todas partes. Lo hemos estado haciendo estos días, ¿no, Minsoo?

Cien millones de razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora