La luz de la mañana se filtró en las tres tiendas. Los primeros en despertar fueron los padres y salieron con apenas unos minutos de diferencia reuniéndose en el camper. Prepararon algo de café y charlaron de sus tiempos de juventud antes de que cuatro de los chicos entraran saludando; ellos eran: Baekho, Jeonghan y las chicas. Se sentaron junto a sus padres y conversaron sobre la futura boda de Raina y Baekho y las anteriores de Minhyun y Ren.
— ¿Qué tenemos planeado para este día? —Habló Jeonghan mirando a la nada.
— Papá prometió que nos enseñaría a pescar. —Reprochó Raina volviendo su mirada a su padre. — ¿Todavía lo haremos
— Por supuesto. Rentaremos una lancha o un barco e iremos a pescar.
— Si salimos temprano podremos comer allá. Nos quedaremos aquí esta noche y nos vamos mañana por la mañana, tal vez hasta podamos recorrer el lugar. —Anunció Baekho antes de dar otro trago a su café.
— Me parece buena idea. —Apoyaron los demás.
Continuaron hablando un rato, después Lizzy se ofreció a preparar el almuerzo y los demás comenzaron a poner la mesa.
— Oigan, ya es tarde. ¿Qué Minhyun y Ren no piensan levantarse?
— Cálmate, Jeonghan, apenas van a dar las ocho.
— No entiendo cómo estás tan tranquila, Raina, tampoco deberían estar muy cansados. ¿No se levantan temprano a diario?
— Quizá por eso quieren descansar más hoy, son vacaciones, Jeonghan, cálmate. —Apoyó Baekho a su prometida. Apenas pasaron unos segundos antes de que Jeonghan volviera a hablar:
— Ya es suficiente, voy a despertarlos para que al menos salgan y desayunen con nosotros. —Dejó los platos que tenía en las manos sobre la mesa, se dirigió a la tienda a sus espaldas y entró. Efectivamente, los dos chicos seguían acostados, abrazados y serenos.
— Eh, Ren, Minhyun. —Le llamó acercándose a ellos. Los movió un poco volviendo a llamarles y agregando: — el desayuno estará listo pronto. Arriba.
— Jeonghan, Ren está muy cansado. —Escuchó decir a Minhyun, aunque no abrió sus ojos.
— Pues despiértalo y salga ya. Son los únicos que siguen acostados. —Minhyun sintió a su esposo moverse a punto de despertar.
— Shh, no pasa nada. —Le susurró volviendo a acomodarlo.
— Levántense ya, ¿no piensan desayunar? —Finalmente Ren se estiró y abrió lentamente sus ojos. Minhyun suspiró.
— Dime una cosa, Jeonghan. —Volvió a hablar Minhyun mirando está vez a su cuñado. — ¿Todos los abogados son igual de amargados o solamente los que yo conozco? —Jeonghan se cruzó de brazos.
— No soy amargado.
— Pues no se nota.
Vamos en un momento.— No lo soy. —Repitió y salió de la tienda.
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Cien millones de razones para amarte
Romance¡Atención! Si estás leyendo esta historia en cualquier otra plataforma que no sea Wattpad, probablemente corras riesgo de sufrir un ataque virtual (Malware / Virus). Si quieres leer esta historia te recomiendo hacerlo en el sitio donde está publicad...