Después de hacer sus compras, Ren, salió del centro comercial revisando su teléfono con una mano, tratando de encenderlo, y en la otra llevaba la bolsa y su mochila.
Caminaba con tranquilidad por la acera prestando atención a la pantalla recién apagada de su teléfono hasta que una figura a unos metros llamó su atención. Una persona lo saludaba alzando el brazo, pero sin saber si era realmente a él a quien saludaba no respondió y continuó caminando hasta que aquella persona se hizo completamente visible.
— Hola, Minki.
— Ah, Jungkook, eres tú.
— Sí. ¿No me parezco? Es que me corté el cabello.
— Sí, lo noté. Se te ve bien. —Le alborotó el flequillo castaño que caía rebelde en su frente.
— Había ido a tu casa a buscarte, pero como no estabas...
— Lo lamento, Jungkook. Estoy volviendo apenas.
— Sí, es lo que puedo ver.
¿Y tu niño?— Está con sus abuelos.
— Ah, ya veo. Déjame ayudarte con tus compras.
— Por favor, no te molestes...
— No, no. No es molestia.
Tal vez podamos ir por un helado.— ¿A esta hora?
— ¿Qué tiene? No es tan tarde. —Revisó su celular. — Apenas van a dar las ocho.
— Sí. —Suspiró pesadamente. — Las ocho. Me pregunto si mi marido ya llegó.
— ¿A qué hora sale?
— Esa es la pregunta. —Se frotó la sien y miró a su amigo. — Tengo que ir a preparar la cena.
— No, no, a ver, espérate. ¿No sabes a qué hora sale?
— Ay, Kook, —Suspiró de nuevo el rubio. — Minhyun ha estado teniendo tanto trabajo que no siempre sale a la hora que me dice. Es más, hay veces en que ni siquiera llega a casa.
— ¿Y eso?
— No sé. No lo sé. Me encantaría que me lo explicara, pero no pasa de decirme que son asuntos de la empresa, que tiene mucho trabajo y que tiene que irse. —Espetó haciendo ademanes con la mano libre. — Sinceramente ya no sé si llegaré y él estará o no ahí. Iba a preguntarle, y justo mi teléfono se quedó sin batería. Al parecer mañana será mi día de mala suerte y no sé, ya no sé, no puedo esperar nada bueno, pero me estoy imaginando algo todavía peor desde que empiece el día.
— ¿Por qué dices eso? Si hoy fue un mal día mañana puede ser mejor...
— No, no, Jungkook. No he tenido tan mala suerte y, te aseguro, ese día ni siquiera voy a poder pararme tranquilo. Lo presiento. —El castaño lo tomó gentilmente del hombro.
— Ya, tranquilo. —Ren suspiró de nuevo.
— Igual tienes razón y Minhyun todavía no llega. Digo, hace rato que fui toqué la puerta y nadie abrió, y esperé en la entrada del edificio pero no lo ví llegar.— ¿Cómo entraste al edificio? —Se sorprendió.
— Una señora que iba saliendo me reconoció. Me dijo: 'eres amigo del chico rubio del 46, ¿verdad?' —El otro rió leve por la manera en que su amigo había imitado aquella voz. — Y yo le dije: 'sí, ¿no sabe si está?' Me dijo: 'no sé, pero si quieres pasa. Ya te he visto venir a verlo varias veces, no creo que sea malo'.
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Cien millones de razones para amarte
Romance¡Atención! Si estás leyendo esta historia en cualquier otra plataforma que no sea Wattpad, probablemente corras riesgo de sufrir un ataque virtual (Malware / Virus). Si quieres leer esta historia te recomiendo hacerlo en el sitio donde está publicad...